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Llamé a la puerta suspirando, un poco harta de haber caminado para nada después de buscar a Garnet por toda la ciudad. La madre de mi mejor amigo me recibió con una gran sonrisa, como era costumbre, y me invitó a pasar. Me explicó que Jaehyun estaba acabando de ducharse y que esperase en el salón junto a ella si quería, por lo que yo acepté. Mientras hablaba con ella, me fijé en un marco con un par de fotos de mi amigo cuando era un pre-adolescente, ahora que conocía a Taesan, podía identificar después de tantos años de que la persona con la que posaba se trataba de él. Parecían ser íntimos, se veían muy felices, como si fuesen el uno para el otro, no podía entender cómo una foto en la que dos niños sonríen pudiese esconder la dura realidad detrás.

-¿Con quién hablas, mamá?-Preguntó mi amigo saliendo del baño con solo una toalla por la cintura.-¿Addison?

Jaehyun se sonrojó al verme, ya que nunca se había atrevido a mostrarme su cuerpo y, encima, no esperaba que fuese a estar en su casa. Me levanté al instante y le pedí hablar en su habitación, lo que hizo que él dudase por un momento, pero terminó aceptando.

-No puedo soportar estar así contigo, Jaehyun.-Confesé.-Te adoro y no voy a permitir que esto que ha ocurrido pueda separarnos.

-Me alegra escuchar eso, Addie.-Dijo mi amigo todavía tímido tratando de taparse lo máximo posible.-Pero esa persona me ha hecho mucho daño en su día y me duele verte con él.

-Eres mucho más importante para mí que él, pero no puedo tampoco mandarle a la mierda ahora mismo.

-¿Por qué no?

Dudé si confesarle todo lo que me había ocurrido, ya que no sabía si realmente me creería o no, pero había que intentarlo. No podía dejarme llevar por el miedo, debía plantarle cara a lo que me aterraba.

-Verás...-Suspiré.-¿Recuerdas el hombre que vi en la meditación de vidas pasadas?

-Sí.-Respondió frunciendo el ceño.

-Gracias a él he descubierto que ese hombre realmente existió y que, además, fue un criminal muy famoso.

-¿¡Cómo!?

-Incluso su fantasma me ha hablado.

-¿¡Estás mal de la cabeza, Addison!?

-¡Te lo juro, Jaehyun! ¡Taesan ha encontrado muchos documentos con información y fotos suyas! ¡Gracias a su ayuda he podido hablar con el hijo de aquel hombre!

-¿¡Por qué te metes en ese tipo de cosas!? ¿¡Y si te matan!?

-No lo sé... Pero hay algo que me atrae muchísimo a este caso y, de alguna manera, tengo que saber todo lo que ocurrió.

Mi amigo me miró poco convencido, mientras, yo rogaba mentalmente que me pudiese creer. Miró al suelo suspirando, parecía que empezaba a tragarse todo lo que había dicho, quizás había tenido en cuenta que yo jamás antes había creído en todas estas cosas

-Está bien...-Dijo al fin.-Pero quiero que tengas mucho cuidado con Taesan y con el misterio en el que te estás metiendo.

-Lo tendré, puedes confiar en mí.-Respondí abrazándole con fuerza.-Tendré en cuenta todo lo que me has dicho.

-Una cosa más, Blondie... ¿Taesan y tú estáis saliendo?

-No puedo negarte que nos hayamos besado, está bastante claro, pero ahora mismo no somos absolutamente nada.

Él asintió con la cabeza y me abrazó una vez más, su piel estaba caliente después de haber salido de la ducha y le acaricié la espalda. Su cuerpo se tensó bajo mi tacto, lo que me hizo continuar con las caricias.

-He notado que as subido un poco de peso.-Le susurré.-No sabes cuánto me alegro.

-Empiezo a verme mal de nuevo.-Confesó separándose de mí.

-No digas tonterías, ¡tienes un cuerpo de escándalo!

Jaehyun volvió a sonrojarse y sonrió, empezaba a sospechar que lo que me había dicho Taesan fuese verdad. Me daba un poco de miedo ver a mi amigo con esos ojos, pero realmente era muy atractivo.

Me quedé a cenar después de que la madre de mi amigo me insistiera y, una vez terminamos de comer todo lo que había en nuestro plato, decidí que lo mejor sería que me fuese a casa. Había sido un día bastante largo y con muchas emociones distintas juntas, así que tocaba realizar una última caminata hasta mi hogar, por muy exhausta que estuviese. A mitad de camino, un coche frenó en frente mía, lo que me asustó hasta que vi de quién se trataba.

-Pareces una muerta viviente, ¿quieres que te acerque a casa?-Preguntó Taesan.

-Me vendría muy bien si no es molestia.-Dije subiendo al coche.

Sin que me lo hubiese preguntado, solté todo lo que me había ocurrido esa misma tarde después de haberle dejado tirado. Sentía que podía confiar en él y empezaba a notarse de más, quizás tendría que haberme callado muchas cosas...

-¿¡Has dejado que te roben todos los documentos!?-Exclamó.

-¡Me los ha quitado!-Le corregí.-Además, los verdaderos ladrones somos nosotros. Son recuerdos de una familia que no es la nuestra.

-Aquella casa estaba abandonada con cientos de cosas en cajas, ¿creías que me marcharía sin llevarme nada al ver toda la información que había de Taehyung Kim?

-No ha estado bien, Taesan... Quizás deberíamos dejar la investigación de lado.

-Tú haz lo que quieras, Williams, pero yo no me rendiré tan fácilmente.

Me quedé mirando la carretera y me quedé en silencio, en realidad me moría de ganas de continuar la investigación para resolver el gran misterio de qué habrá ocurrido en verdad, pero sabía que era algo muy peligroso.

-¿Esta es tu casa?-Preguntó una vez llegó al destino.-Es preciosa.

-Demasiado grande para mi gusto, pero es acogedora.-Le sonreí.

Taesan se me quedó mirando justo cuando estaba a punto de bajarme del coche, sabía a la perfección lo que se venía, por lo que me puse nerviosa.

-¿Mañana a las ocho estás libre?-Me preguntó mirando a mis labios.

-No lo sé.-Respondí seca.

Él me besó, primero acariciando mi mejilla mientras lo hacía y, después, agarrando uno de mis muslos con fuerza a medida que el beso empezaba a subir de temperatura. No me veía del todo capaz de separarme de él, hasta que recordé las palabras de mi amigo y le aparté al momento.

-¿Qué ocurre?-Preguntó frunciendo el ceño.

-¿Mañana a las ocho, entonces?-Pregunté.

-Así es.

Bajé del coche sin despedirme de él, lo que le sacó una sonrisa traviesa por algún motivo que desconocía. Realmente me gustaba estar con él, pero debía tener mucho cuidado, sabía bien que si Jaehyun me lo advertía era porque era necesario.

Al entrar en casa, Mathías me miró con un brillo en los ojos y una sonrisa. Estaba jugando con mi hermano a las cartas y sentí sienta pena por no poder pasar tanto tiempo conmigo como a mi padre le hubiese gustado. Quizás si Mathías me hubiese llegado a gustar realmente en algún momento, me habría ahorrado tanto sufrimiento, pero una persona no es capaz muchas veces de controlar por quién siente cosas y por quién no.

Circles [Taesan & Jaehyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora