•|| Enigma ||•

Capitulo 10 || Calor...

Miguel suspiro, recién se había levantado y se sentía cansado, ¿Por qué? No lo sabía, y tampoco tenía las ganas de saberlo, así que como siempre... Lo ignoro.

Tomó asiento en la enorme cama matrimonial, y se frotó el rostro con sus manos, noto que estaba sudando de demas, el cuello de su camisa estaba húmedo...  Chasqueo los dientes y se levantó en dirección al bañó, tomaría una ducha bien fría para despertarse.

El agua recorría cada parte de su cuerpo, sentía como poco a poco se recomponía de su pesadez y sueño, al terminar con todas sus necesidades tomo la toalla y la enrolló en su cintura, salió y se adentro a un pequeño cuarto... Su armario... Tomó su ropa habitual, su traje de trabajo, que le día de hoy consistía en algo fresco. Una camisa blanca, una chaqueta que moldeaba a la perfección su buena figura unos pantalones y su sacó, el cual más tarde usaría.

Llegó hasta la planta baja y camino hacia la cocina, hoy se sentía más sediento que de costumbre, tomo una botella de agua y bebió de esta hasta el fundo.

El no era una persona que desayunara con constancia, de hecho casi nunca lo hacía, normalmente solo comía un manzana o uno de sus  batidos nutritivos. Pero hoy solo tomaría lo segundo.

Después de comer -beber- el mayor ya estaba listo para partir. Tomo su portafolio y su sacó -aunque este no se lo puso, simplemente lo llevo en el brazo-.

Salió de su apartamento, camino en dirección al ascensor que lo llevaría a la planta baja del edificio... Llegaría en menos de lo que canta un gallo.

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Peter observó su reloj con detenimiento, tenía menos de veinte minutos para poder llegar a tiempo...

— ¡Demonios! ¡¿Por qué me pasa esto a mí!? — se quejo Peter corriendo de un lado al otro, alistándose a penas para el trabajo

No era raro ver al castaño en esas situaciones, ¿Pero por qué estaba llegando tarde está vez? Ni el lo sabe, simplemente se despertó de golpe, sudado y con mucha sed, notando que la alarma estaba sonando por... Quien sabe cuántas veces... Era tarde.

La pequeña MayDay era su prioridad, despues de darse cuanta de que se habia despertado tarde, corrió hacia la habitación de esta, y con todo el dolor del mundo, la despertó. La tomó de brazos y la llevo hasta su habitación donde la dejo en una pequeña colchoneta para bebés -la cuál tenía unos juguetes colgantes, con los cuales entretenerse-.

Corrió rápidamente al baño he hizo todas sus necesidades, aunque con mucho enredó, ya que mientras se bañaba... Se cepillaba los dientes... Dios Peter era un verdadero caso...

Salió de la ducha con una toalla ya enrollada en su cintura, y -como son las T/Ns- tomo lo primero que encontro. Se vistió y salió del cuarto, pero casi al instante se detiene... Había dejado a MayDay, regreso y la tomo llevándola a la cosina dónde le daría de comer, si puede ser un hombre descuidado que casi siempre llega tarde... Pero, sea cual sea la situación... El debía alimentar a MayDay.

— a ver nena... Papá llegará un poco tarde haci que por favor comete todo esto — Peter tomó la papilla -platano y durazno- con la cucharita especial y se la acercó, la bebé con mucha alegría comió de esta

¿Plátano y durazno? ¡¿por qué no!? Es una de las muchas patillas que Peter preparaba para ella -por que si, el preparaba cada uno de sus alimentos, en su mayoría papillas y recetas con avena o sólidos-. Debía mantener a su pequeña saludable...

De pronto alguien tocó la puerta.

— ¿Es Gwen? — se preguntó Peter, dejándole la cucharita a la bebé para que comiera.