•|| Enigma ||•

Capitulo 25 || Miguel...

Mierda... Lo había mordido...

¿Que esperaba Miguel exactamente con éso?

¿Tener a Peter?

Pues... Esa idea estaba muy lejos de hacerse realidad.

Sobretodo cuando después de ser mordido Peter le dió una fuerte cachetada a Miguel.

Y Miguel... Sólo se mantuvo en silencio.

— Tu... — murmuró Peter mientras miraba el suelo, apretando su mano

Miguel observó la expresión de Peter, era muy evidente su molestia, su rabia... La había cagado en grande...

¿Y ahora que haría? ¿¡Cómo respondería a las interrogantes de Peter?! ¡¿Qué rayos iba a decirle!?

Amaba tener a Peter cerca de él, sentir su calida piel y su atrayente aroma, uno que lo volvía loco, cómo ahora...

¿Lo había mordido por la misma razón?

¿Un impulso bajo de sus instintos Enigma?

¡Pues el se haría responsable! ¡Y si Peter lo odiaba...!

Si Peter lo odiaba... Entonces trataría de apaciguar su irá de alguna forma.

Entonces... Algo llegó a su mente, una idea muy estúpida, ¿Esa era la razón por la cuál quería a Peter? ¿¡Era porqué se sentía naturalmente atraído!?

Él... Difinitivamente...

Sólo tenía dos palabras para expresar lo que verdaderamente sentía... Aunque aquello era mucho más profundo cómo para explicarlo con simples palabras.

Peter sacaba lo mejor de Miguel.

Pero Miguel... No sabía si Peter sentía lo mismo.

Y eso lo volvía egoísta...

— Yo... —

Y de un movimiento rápido, Peter se levantó, se limpio y arreglo su ropa para poco después salir y dejar a Miguel ahí con la palabra en la boca. Completamente atónito.

Y Miguel que hizo lo mismo al poco tiempo fue tras de él, ¡Debía aclarar las cosas! ¡No podía permitir que Peter lo odiara o que nunca le volviera a dirigir la palabra!

Cuando esto cerca de él le tomó del brazo evitando que siguiera caminado, ahora se encontraba en otro jardín, debido a que la vergüenza de Peter.

— Lo siento — murmuró Miguel tratando de arreglar las cosas.

— ... —

Mala señal, Peter no respondía, ni siquiera lo miraba, éso puso ansiosos a Miguel, que en busca de alguna muestra de cualquier sentimiento, lo tomó de ambos brazos y lo volteo hacia él.

— Lo que hize estuvo mal... M-Me deje llevar — excuso apenado.

Y entonces, Miguel pudo ver la expresión qué lo cambiaría todo...

Vió a un Alfa muy enojado, apretando sus labios, con una expresión avergonzada, mejillas rojas probablemente por la irá que sentia en ése momento.

Peter estaba muy enojado con él.

— Suéltame — pidió con su voz de alfa.

— No, quiero hablar contigo, tengo que aclarar ésto Peter por favor... — ignoro su petición.

— Que me sueltes... ¿Creé que soy una especie de juguete? ¡¿Cómo se atreve a hacer algo cómo éso en este lugar!? ¡Mi hija está aquí! — reclamo muy enojado.