Celos ♡

56 13 5
                                    

Me dirigí a la sala, tome el teléfono inalámbrico, me senté en el sofá y marqué el número.

Ya no podía seguir haciéndome el tonto.

Finalmente, después de dos tonos me contestó.

-¿Bueno?

-Hola Mark -le saludé en voz baja.

-¡Zee...! ¿Qué ocurre? Me pregunto.

-¿Porqué? Respondí

-Me has llamado en dos días, algo malo debió haber pasado.

-No, Mark, no ha pasado nada, bueno, nada que valga la pena mencionar -agregué pensando en Mew.

Miré hacia la cocina, Saint se hallaba haciendo el suficiente ruido, seguramente no me escucharía.

-Mark, necesito que me hagas un favor -dije volviendo mi cabeza al frente de nuevo.

-Dime- respondió.

-Necesito que averigües todo lo que puedas de una persona. - Agregue

-¿De Saint? Pregunto.

-Sí, puedes anotar su nombre completo.

-De acuerdo, espérame un segundo.

Mark trabajaba en un departamento de la policía donde se encargaban a investigar a las personas perdidas.

Muchas veces bromeaba diciendo que cuando yo no contestaba revisaba la base de datos preocupado, pensando que quizás ya me habían reportado como desaparecido, aunque seguramente él lo acabaría haciendo después.

-Bueno, ya. Dime -dijo nuevamente.

-Suppapong Udomkaewkanjana, así se llama.

-Más lento, más lento...

-S.A.I.N.T- SU.P.P.A.P.O.N.G- U.D.O.M.K.A.E.K.A.N.J.A.N.A.-repetí impaciente.

-De acuerdo, lo tengo.

-Tiene que estar entre los desaparecidos -conjeturé-. Si no, trata de averiguar todo lo que puedas de él. Creo que también pondré al tanto a Joss. Es una buena persona, sé que no dirá nada, y me ayudará.-dije.

-Entonces finalmente te has decidido en saber su verdadera identidad.- agregó Mark.

-Sí, supongo...- respondí.

-¿Dónde estás? No me marcaste de tu celular como siempre.

-Estoy en mi apartamento. En la sala.

-¿Y Saint?

-En la cocina, de la nada parece ser muy bueno en cocinando -comenté-. Quizás estudiaba gastronomía o algo parecido. Le encanta cocinar.

-Hablas como si llevaras años viviendo con él.

Me quedé callado unos segundos.

Eso me inquietaba bastante. No me gustaba confiar en la gente rápidamente, y sin embargo.

-Mark, estoy preocupado -solté al fin.

-¿Sobre qué?

-Sobre Saint. -bajé un poco más la voz-. No me gusta cómo me estoy comportando. Supongamos por un segundo que sí me he enamorado. -a mí no me quedaba duda en realidad-. ¿Por qué tan de repente? Quiero decir, sabes como soy. Y aparece Saint, y de la nada... ¿me enamoré? No tiene sentido. Fue demasiado rápido.

-Sí, quizás... -vaciló-. No sé Pruky, algunas cosas son así: precipitadas.

-No me gusta la precipitación.

SEDUCCIÓN HOMICIDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora