2.

24 3 3
                                    

— Soy de Suiza, Europa. Espero que no te sientas intimidado, compañero...sólo vine aquí para pasarla bien y claro, vender productos.

— ¿Intimidado? Oh, no tendría por qué sentirme así. — Comentó el pelinegro, aún sonriendo entre dientes. Era una sonrisa forzada pero intentaba hacerla lo más amable posible para no llevarse un regaño de su jefe. — En fin. Hay trabajo que hacer y debo hablar un poquito con Colún. ¿Podrías retirarte? — Añadió, acomodándose sus gafas cuadradas y suspirando. El rubio simplemente carcajeó, asintiendo con la cabeza y caminando unos metros. Desde ahí podía escuchar la conversación que los latinos estaban a punto de tener, pero no se notaría.

— Oye Soprole, ¿qué te pa'a con el nuevo? Se ve ma' feli' que perrito con do' cola' de 'tar aquí pue', y tú lo trata'i así. ¿Por qué te cae tan mal si apenas cru'aron palau'ra? — Cuestionó el castaño, mirando con confusión a su compañero más alto y rascándose la barbilla.

— Hay algo de él que no...no puedo pasar. Estos extranjeros culiaos nos vienen a robar el trabajo. Y anda poniéndole buena cara a todos para ocultar lo chupapico que va a ser con el jefe. Espérate nomas, y te darás cuenta de que tengo razón. — Contestó, con un tono de voz algo molesto. — Este suizo tiene algo bajo la manga, lo sé;...no puede ser así de buena onda con todos.

— Oiga pero pariente, si uste' se pone así de pesa'o con el señor Nestlé obviamente que se van a caer mal pue'. Sonría un poquito má', que la vida e' muy bonita como pa' andar como un viejo cascarrabias. — Finalizó el muchacho, sonriendo levemente e intentando animar a su compañero, mientras que el mismo se frotaba el entrecejo y seguía molesto por la mera presencia del suizo en la habitación.

Las horas habían pasado rápidamente para todos...excepto para el de cabello carbón. Pasaron varias cosas que hicieron que su día se amargara completamente, y todas involucraban de alguna u otra manera al europeo.

Ya a la hora de almuerzo Soprole decidió que debería ser mejor despejar su mente, por lo que salió del edificio y fue a una tienda cercana a comerse un completo. Colún lo seguía de cerca, y ambos hablaban tranquilamente. Parecía que el día iba a terminar mejor, pero no sucedió.

Cuando volvieron a entrar a aquella gran construcción, el azabache tenía una bebida Coca-Cola en sus manos y la bebía mientras hablaba, hasta que Nestlé decidió interrumpirlo y lo chocó, haciendo que el líquido se derrame en la ropa de su "querido" compañero de trabajo. En ese momento, el sureño guardó silencio y simplemente se dignó a ver la escena.

— Oh. Lo siento, Soprole. No vi por dónde iba...— Dijo este, fingiendo pena.

— N...No hay problema, compañero. Los accidentes ocurren. — Contestó, sonriendo de manera forzada e intentando no tener escalofríos por lo fría que estaba la Coca-Cola. Nestlé, de manera burlona, le acarició el cabello haciendo alusión a que este era más alto que el latino.

— Es una lástima que tu uniforme se haya manchado con refresco. Deberías ir a cambiarte ropa. — Finalizó, y simplemente se marchó. Cuando eso ocurrió, lo primero que hizo Soprole fue fruncir el ceño y tirar el vaso ahora vacío a la basura. Emitió un gruñido, volviendo a acomodarse su cabello, siendo perseguido por su amigo con un posible complejo de Golden Retriever. Eso había sido el colmo para él, y sí, fue todo en sólo un día. El primer día con Nestlé. ¿Cómo van a ser los siguientes? Probablemente peores, o no...Aún no se sabe.

Mi Dulce de Leche (Nestlé x Soprole)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora