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Los días pasaron y a Soprole se le hacían eternos, fueron dos meses enteros soportando burlas y críticas por parte de aquel suizo de cabellos de oro. Aun así, al muchacho había algo que no dejaba de causarle incertidumbre...¿Por qué cuando lo miraba, su corazón latía rápidamente? Quizás era frustración, estrés o algo parecido. Pero no podía dejar de sentirse extraño o nervioso cada vez que sentía los ojos diamantes recorriendo su figura.

Un día miércoles, Soprole y Colún estaban almorzando tranquilamente en el casino de aquel gran lugar, cada uno había llevado su almuerzo. Soprole estaba comiendo papas duquesas con un pedazo de pollo asado que compró en el Unimarc y Colún, como de costumbre, una cazuela de vacuno. Ambos comían tranquilamente, a su vez que conversaban acerca del ahora tema principal: Nestlé.

- Oiga pariente, ¿sa'e lo que se me hace bien raro? Es que...u'te' siempre hau'la del suizo ese como si fuera el diau'lo, o sino sólo se queja. ¿Por qué no sólo lo ignora y listo? Es má' fácil que andar peleando, pue'. Pareciera que le gusta tanto que hau'la de él. - Comentó el sureño, mirando a su compañero de trabajo a los ojos, evidentemente bromeando. Emitió una suave risa, pero a Soprole no le hizo gracia. De hecho, frunció el ceño.

- No digai' weás, huaso. ¿Cómo se te ocurre decir que me gusta un culiao como él? Sé que es broma, pero no quiero que me consideres como un fleto. - Remarcó la última palabra con una palabra de asco. En el fondo, Soprole tenía algo de...rabia o frustración. Es difícil explicarlo, ya que él había asumido su sexualidad hace años, pero no se lo había dicho a nadie y tampoco quería que se descubriera.

Dentro de él, el pelinegro siempre sintió que tenía algo mal. Nunca se sintió incluido en ningún grupo y era difícil que se sintiera cómodo. Chicas aquí, chicas allá, que las mujeres, que esto, que esto otro...le parecía repugnante juntarse con sus compañeros ya que sólo sabían hablar de algo que a él no le gustaba. Estando en enseñanza media, Soprole tuvo una amiga bastante querida: Savory. Nunca volvió a saber mucho de ella después de la licenciatura, pero ambos fueron muy unidos. Ahí fue cuando Soprole se dio cuenta, a través de charlas con la joven, que compartían muchos gustos...incluyendo el sexo masculino.

Pasaron los años y con el tiempo Soprole intentaba aceptar lo que era, aunque le costaba por su enseñanza conservadora. Ahí viene el repudio por la broma que había hecho Colún hace unos momentos.

- Ya oh...Huaso y a toda honra, no como vo', cuiquito. - Contestó bromeando, ahora sí el joven de lentes emitió una risa leve, negando con la cabeza. Suspirando, ambos terminaron de comer y se dirigieron a trabajar de nuevo, aunque...se toparon con el europeo de camino. Nestlé a propósito pasó a chocar a Soprole.

- Disculpa, amigo. Deberías caminar mirando hacia el frente, ¿o acaso te gusto tanto como para que no quieras verme ni la cara porque te pongo nervioso? - Preguntó el rubio. Ahora se notaba que Nestlé quería intimidar y molestar a Soprole por una razón. Soprole frunció el ceño.

- ¿Podríai' callarte, suizo y la conchetumadre? - Dijo el más bajo, su tono de voz era algo rasposa.

- Qué tierno, ni siquiera quieres responder. - Le respondió, acariciándole el cabello a Soprole en forma de burla. El chileno le tomó la mano con brusquedad y la sacó de su cabeza, y su compañero lo tomó por los hombros con una sonrisa nerviosa.

- S-Soprole, oiga pariente...No haga ná', vámonos nomás. Ni se le ocurra- - este fue interrumpido por su amigo, el cual se estaba ya arremangando la camisa para poder darle un buen combo a su "querido" compañero trabajo. Se soltó del agarre de Colún y rápidamente este le dio un puñetazo en el rostro a Nestlé, quien simplemente se hizo para atrás y agarró con fuerza el cabello del menor.

- ¿Qué crees que haces, idiota? No vuelvas a golpearme si no quieres que te destroce. - Pronunció en un tono demandante y enojado. Sostenía los cabellos del contrario con fuerza, obligándolo a mirarlo a los ojos. Soprole desvió la mirada, al parecer había...malentendido las palabras.

- S-Suéltame, culiao...Me duele. - Murmuró entre dientes, queriendo golpearlo de nuevo. Nestlé tomó las muñecas con su mano libre y sostuvo con firmeza al otro para que no se moviera, y Colún se comenzaba a poner algo nervioso con lo que pasaba. No se le ocurrió mejor idea que ir a avisarle al jefe, dejando a solas a los jóvenes.

Continuará.

Mi Dulce de Leche (Nestlé x Soprole)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora