Capítulo 17: Montaña Rusa de emociones.

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Emiliano entra y yo tenía el pijama puesto, se sienta con su espalda pegada a la cabecera de la cama. Toma mi mano para que me acueste junto a él colocó mi cabeza sobre su pecho y esté me rodea con su brazo mientras que con el otro me acaricia.

—¿Qué descubriste de mi mamá? — lo digo sin titubeos quiero llegar al fondo de esto.

—Acasia no te gustará nada pero debo de contarte que…

+++

Una pequeña luz que emana de la ventana hace que me despierte. En algún punto de nuestra platica me quedé dormida, tenía a Emiliano pegado a mi espalda abrazándome tan fuerte como para evitar irme de su lado, como puedo extiendo mi mano para ver la hora eran casi las 10:00am.

Me giró muy despacio para apreciar como duerme, su cabello esta todo desordenado y un mechón le cae en la cara, sus facciones son relajadas, debajo de sus ojos se marcan pequeñas ojeras ¿habrá pasado malas noches? A pesar de eso seguía simplemente bello. No era como tenía pensado pasar la noche pero me encantó, aunque sólo dormimos fue algo muy especial e íntimo se siente una conexión especial fue como una terapia emocional.

Después de lo que Emiliano me dijo no podía parar de llorar no quería hablar, no tenía ánimos de nada. Emiliano me abrazo con ambos brazos y se acostó a mi lado sin soltarme, puso su cabeza contra mi cabello y dijo;

—Se que no quieres hablar y no sé que decirte, así que me quedaré en silencio el resto de la noche en este momento necesitas más el contacto físico y emocional. Estoy dispuesto a estar contigo en esta etapa, quiero subirme a la montaña rusa de emociones que atraviesas, ser tu copiloto y pasar cada uno de las bajas y subidas. No te dejaré, te quiero.

—Te quiero.

Con esa última respuesta me quedo dormida, una montaña rusa de emociones, hace un mes atrás podía decir con facilidad quien era yo y mi familia, todo lo que habíamos pasado y cada obstáculo que logramos vencer mi mamá y yo. Pero ahora es diferente, desconozco con la mujer con la que vivo, desconozco este pueblo, desconozco a mi familia y me desconozco a mi.

Lo malo de reventar la burbuja en la que te encontrabas es enfrentar la realidad, empezar un camino desconocido más si esta lleno de obstáculos para continuar, es fácil perderse y no saber regresar....

Y ese gran vacío se siente en cada parte de tu cuerpo cuando alguien te decepciona Te rompe sin ni siquiera saberlo, ¿cómo reparas algo que ni tu mismo sabes que estaba roto? Miro a Emiliano aún dormido y es así, de esta manera Emiliano me a estado reparando con cada una de sus caricias, besos, abrazos, sonrisas, los momentos que hemos estado juntos han sido simplemente increíbles. Él no rompió nada pero cuida cada una de mis heridas como un médico a vendado y curado de a poco lo que tenía roto, inclusive las que no sabía que existía.

Saber que una persona se queda contigo a pesar de todos tus defectos, heridas, cicatrices y pasado es la muestra de amor más grande que un ser humano pueda hacer.

—Buenos días — me dice Emiliano aún con los ojos cerrados.

—Buenos días — acaricio su mejilla.

Sonríe ante mi contacto.

—Hoy llega mi mamá — abre los ojos.

—Lo sé, ¿qué haremos? — me abraza un poco más fuerte.

—Lo primero es sacar todas mis cosas de aquí y lo segundo es idear un plan.

—Lo que decía mi baby.

—¿Baby? — lo miro confundida.

—Si, eres mía y sólo mía, no colocó apodos me gusta llamar a las personas por su nombre, pero, quiero hacer las cosas diferentes contigo y “Baby” es una buena manera de iniciar.

Sonrió por su lindo argumento, no puedo evitarlo y lo beso con mucha intensidad, él responde a mi beso con la misma intensidad nuestros cuerpos se pegan, mis manos se enredan en su cabello y a esté se le escapa un jadeo cuando tirón de el.

Emiliano me toma de la cintura y me sube encima de él sin detener el beso, se separa no por mucho tiempo porque baja a mi cuello provocando que un gemido se escapara de mis labios, mis manos viajan hasta tu pecho y lo presionó con fuerza mientras gimo ante su contacto, coloca una mano en mi espalda baja y con la otra sujeta mi cuello, en cuestión de minutos empieza a bajar su mano a mis nalgas y de un momento a otro se detiene, empieza a mirarme con los labios entre abiertos.

—Acasia debemos parar o no responderé de mi parte — respira de manera agitada  — no es el momento.

—Esta bien.

Sonrió y él hace lo mismo.

Que mañana tan interesante.

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Notas de la autora:
Hace tiempo no publicaba, perdón :( los extrañe mucho,
¿Qué les parece esta nueva fase en la relación de Emiliano y Acasia?
¿Qué pasó con la mamá de Acasia?
NECESITO RESPUESTAS :'(

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