𝟕𝟎

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ʚ♡ɞ

—¿Por qué solo tú lo notaste? —pregunta.

—¿Notar qué?

Estamos sentados frente a frente sobre la alfombra de la sala de mi casa, yo con una cerveza a mi lado y él con una lata de refresco. Hace casi media hora que se despidió de los chicos, algo nostálgico y triste. Abrazos de más de dos minutos y frases como "Es por tu bien, todo estará mejor, lo mereces".

—¿Por qué solo tú notaste que no quería irme de aquí por qué "Seúl es mi hogar"? —pregunta, jugando con la agujeta de su tenis entre sus dedos.

—Todo el tiempo que te veía estabas con alguien más. Lucas, Tae, Johnny, Taeyeon... Quién fuera. Te ves feliz cuando estás con alguien más. Pero cuando te veía en los pasillos de la escuela solo, o cuando ibas de regreso a casa tu sonrisa y alegría desaparecían, ¿Qué importa Seúl? Si todas esas personas que te hacen sonreír se fueran, ¿Qué quedaría?

Doyoung se encoge de hombros y bebe un poco de su refresco.

—Un hogar no es una calle o una casa, es la gente que te hace sentir feliz y vivo. Y sé que dijiste que no conocías nada de eso del amor —le digo, agachando un poco mi cabeza para intentar verlo a los ojos, pero el sigue mirando al suelo—. Pero sabes que no quieres quedarte solo, y que solo quieres quedarte por la gente que vale la pena a tu parecer.

—Suena egoísta.

—¿Sí?

—No es justo que use a las personas para hacerme sentir mejor, y que cuando lo acepto nuevamente tengo que quedarme solo. Tal vez es mi maldito karma por ser un egoísta de...

—¡Doyoung! —me levanto del suelo, molesto. Pero me arrodillo frente a él, sin tocarlo para no obligarlo a mirarme—. La gente que quieres también te quiere, es algo mutuo, nadie pierde. No eres egoísta.

—No quiero quedarme solo, Jaehyun —dice y poco segundos después suelta un sollozo silencioso que quería soltar desde que nos fuimos del parque.

—No lo harás, Doyoung —aseguro, aunque yo lo dudo por dentro. Me siento con las piernas cruzadas nuevamente enfrente suyo, esta vez hasta que nuestras rodillas se juntan—. Quita tus manos de tus ojos —pido cuando oculta su rostro entre sus manos—. Dodie, por favor... —insisto, tomando sus muñecas con suavidad e intentando quitar sus manos para que me mire.

—¿Algo hubiera cambiado si yo hubiera sido.... Normal? —pregunta, opacando sus palabras con sus manos.

Aprieto los puños con fuerza y tomo sus muñecas para quitarles de su cara con algo de brusquedad. Tomando su mentón con mi mano y casi saltando sobre él para besarlo de una manera casi desesperada, aunque a la vez brusca y molesta.

Por el repentino movimiento ambos caemos, Doyoung sobre su espalda y yo sobre él, apoyándome en el piso con mi brazo izquierdo y tomando su nuca con mi mano derecha para acariciar su cabello y piel del cuello.

—¿Crees que esto no es normal? —pregunto con molestia—. Dodie, toda mi vida creí que esto estaba mal. Y toda mi vida estuve en lo incorrecto —acepto—. No eres un error, eres una fantástica y hermosa persona, tan normal pero a la vez especial como todos, ¿Bien? —pregunto y sus ojos lagrimosos me ven con atención, para segundos después asentir con la cabeza y dejar que algunas lágrimas caigan hacia sus orejas—. ¿Puedes prometerme algo?

—No. Pero puedo intentarlo —sonrío un poco y miro su cuello, bajando un poco el cuello de la sudadera para ver la marca que deje la noche pasada.

—No dejes que nadie vuelva a tratarte como Juwon. Y no dejes que nadie sea tratado como tu madre. Enséñale a la gente a ser fuerte y valiente como tú, a encontrar algo bueno en la gente como yo. Pero siempre mostrando que ellos mismo son a quienes más deben cuidar... No pongas las necesidades de otros antes que las tuyas. No puedes ayudar a nadie si no puedes mantenerte de pie por tu propia cuenta —acaricio la marca en su cuello y dejo un beso en la punta de su nariz—. ¿Entendido?

Doyoung me mira sin decir nada, y al final levanta un poco su cabeza para acariciar mis mejillas y besarme como en nuestros primeros besos. Suave, tímido, dulce y con un poco de miedo. Miedo de tener que separarnos. Me coloco sobre él como si fuera a hacer lagartijas y termino por hacerlas por broma. Separándome pocos segundos para luego flexionar mis brazos y bajar hasta darle un pequeño beso, viendo su expresión cambiar de un puchero a una sonrisa.

—Doyoung, no —rio un poco cuando toma mi nuca y no me deja levantarme—. Te voy a aplastar.

—Hazlo —se encoge de hombros y continúa besándome.

—Necesito hablar contigo, por eso le dije a los chicos que te irías antes —digo cuando noto que él no busca un simple beso—. No, Dodie. Hablo enserio, espera —insisto y tomo impulso para ponerme de rodillas frente a él.

—Perdón —dice, con las mejillas rojas mientras se arrodilla también—. En serio, perdón... E-Es solo...

—No, no, está bien —tomo su pequeña mano y acarició sus nudillos mientras lo miro a los ojos—. Pero en serio necesito hablar contigo. Quería hacerlo desde hace días, pero no estaba listo y además había otros problemas.

—No entiendo —frunce ligeramente el ceño y yo sonrío tan poco que probablemente solo se vea una mueca.

—Quiero que me conozcas y que sepas lo que hiciste en mi.

—Jaehyun, no es...

—Hablo en serio, Doyoung —me cruzo de piernas en el suelo—. Para mi es importante contarte esto, para todos excepto Johnny y algunos amigos es un secreto —me rasco la nuca y suspiro con fuerza—. En cierta parte explica por qué no creí que yo podría ser... Gay.

—Esta bien —se cruza de piernas también y ahora él busca mirarme a los ojos, pero yo miro a cualquier lado, queriendo no sentir pena por lo siguiente—. Eres bueno, recuerda eso cuando termines.

—Y tú recuerda que cambié, mayormente por ti. Así que no me dejes, Doyoung. Por favor —pido.

Él asiente con la cabeza y mira al suelo para luego mirarme a mí, como si él tuviera que ser el que tiene que prepararse para hablar.

—¿Qué sucedió? —pregunta—.

—Tengo que decirte porque termine con mi novia, Chaehyun. Y también el por qué me fui de Seúl —digo, tomando la cerveza que está a mi lado para tomar lo que quedaba de un solo trago.

𝐉𝐀𝐄𝐃𝐎 -𝐆𝐘𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora