𝟔𝟒

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Él toma mi rostro entre sus manos y se detiene para verme a los ojos un momento más. Parece querer decir algo, pero al final solo me acerca para besarme. Y antes de caer sobre él, me apoyo con las manos a sus costados nuevamente, dejándome llevar por su boca y tomando el beso como una respuesta clara. Siento sus manos bajar y deslizarse debajo de mi camisa, levantándola poco a poco hasta que es suficiente y la saco por mi cabeza, recostándome de nuevo y lentamente sobre él. Sintiendo la piel desnuda de nuestros torsos. Resulta tan extrañamente excitante que sigo sintiendo mis pantalones apretar más.

—Me gustas, Doyoung. Y no me cansaré de recordarlo.

Sus manos acarician la piel de mi espalda y nuca. Puedo sentir mi piel caliente y el tacto que tiene conmigo, el tacto que nunca tuve con él. Como si quisiera fundirse en mí y protegerme. Y ahora quiero hacer lo mismo con él, aunque ahora sea demasiado tarde.

Sus manos bajan por mi abdomen, pasando la punta de sus dedos por mi V hasta llevar al elástico de mis bóxers. Los cuales estira un poco y luego suelta. Y, de alguna manera, me tengo que despegar de sus labios para jadear con voz ronca. Mi cuerpo no está preparado para una reacción fuera de él y su cuerpo, así que el sentir el elástico golpear tan ligeramente mi piel, me hace sentir un escalofrío.

De alguna manera, eso me hace tomar iniciativa y confianza. Siento que parte del miedo se va y puedo sentir seguridad en mis movimientos. Meto mis manos entre su espalda y colchón, tomo impulso y me pongo de pie sobre el piso y a Doyoung le dejo de rodillas sobre la cama. Estamos frente a frente. Me mira a los ojos un último momento, sus manos se apoyan sobre mis hombros y luego se inclina para besar mi cuello, a lo que dejó caer mi cabeza hacía atrás, permitiendo que su húmeda lengua tenga más accesibilidad a mi piel. Sin cansarme de sentir esta nueva sensación que me provoca con cada roce y toque. Sus manos se deslizan desde mis hombros hasta mis manos, que están en su cadera. Pero no se detiene hasta llegar nuevamente al inicio de mis jeans.

—Tengo miedo —admito cuando desliza un poco mis jeans hasta que estos caen por sí solos hasta mis pies.

Tengo miedo de estar desnudo frente a un hombre. Se que lo he estado antes, pero nunca en una situación así, no es una situación donde lo quería y deseaba. Y ese sentimiento me asusta. Tengo miedo de hacer algo mal, de recordarle a Lucas o de lastimarlo. Pero a pesar de ello, coloco mis manos en su cadera y comienzo a deslizar con facilidad sus jeans. Porque Doyoung parece querer continuar y no dejaré que mis miedos arruinen nuestra última primera noche.

Descubro ropa interior femenina de color rosa pastel bajo sus jeans. La tela es suave y siento un cosquilleo fuerte más abajo de mi abdomen cuando deslizo abajo estos también, no logré verlo mucho y no sé cómo pero la idea de que el llevará ese tipo de ropa interior tan delicada termina de formar mi erección bajo mi bóxer, apretando mis dientes para no jadear sobre su boca. Pongo mis manos en sus costillas y comienzo a recostarlo conmigo sobre él, teniendo cuidado de no lastimarlo. Sacando su jean y ropa interior por sus pies y dejándolo completamente desnudo sobre mi cama. Doyoung toma mi mano con timidez y la guía hasta su boca introduciendo tres dedos y comenzando a lubricarlos lo mejor posible. Mis mejillas enrojecen como el fuego, siento un cosquilleo en parte del abdomen y más abajo. Resulta tan excitante aquella imagen frente a mí que siento mi erección hacer más presión sobre mi boxer.

Estoy a centímetros de su rostro, viendo y sintiendo como lame mis dedos. Sus ojos están cerrados, sus labios llegan hasta mis nudillos. Y cuando creo que es suficiente saco mis dedos y bajo mi mano hasta su entrada.

—Doyoung... —digo preocupado, pero antes de que pueda decir más él me besa, levanta un poco su cabeza y enreda sus dedos detrás de mi nuca.

Con timidez, comienzo a introducir el primer dedo, escuchando quejas ahogadas de Doyoung. Aprieta mi piel y muerdo su labio gentilmente cuando comienzo a hacer movimientos suaves, metiendo y sacando de su interior.

𝐉𝐀𝐄𝐃𝐎 -𝐆𝐘𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora