- Al final solo somos tu y yo Tommy, dos corazones rotos que laten juntos.
🏅#3 - thomasshelby
🏅#1- lanadelrey
ＤＩＳＣＬＡＩＭＥＲ
Los personajes de Peaky Blindres pertenecen a Steven Knight y BBC, algunas imagenes tampoco son de mi propiedad.
Esta historia...
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Gwendoline miro a sus hermanas y hermano subir a la camioneta entre risas y bromas, siendo acompañados por los regaños de Arthur, quien al parecer ya se llevaba bastante bien con ellas, aunque a veces se ponía un tanto exasperado por lo irritables que podían ser, juro ver a Bernice jalando de su bigote con burla y corriendo para no ser atrapada un par de veces.
-Prométeme que estarán bien John. -Suplico, tomando ambas manos del hombre, cuando sus hermanas y Aiden ya se encontraban arriba del coche viejo que los llevaría a "conocer lo que era la verdadera vida" Según las palabras de Arthur.
- Te lo prometo Gwen, cuidaremos muy bien de ellas, Aiden regresará siendo todo un hombre, ¿no es así? -Le pregunto al muchacho, que asintió con entusiasmo. - De regreso iremos a Small Heath, espero verte ahí con Tommy, ¡andando Arthur!
El sonido del motor le hizo dar un brinco en su lugar, mirando como se alejaban en el coche con sus hermanas, despidiéndose de ella entre gritos y risas, lo único que la mantenía tranquila era que se veían felices por hacer cosas nuevas con gente nueva.
En el fondo sabía y aceptaba, que sus hermanas estaban cansadas de solo pasar tiempo con ella, era doloroso, pero no era nada más que la verdad.
- Dime que he tomado la decisión correcta. -Le dijo a su esposo cuando entro a la casa, mirándolo caminar de un lado a otro, como hubiese pasado su rato buscando de algo, algo que ella tenía.
- Con Arthur y John nunca se sabe.
- No me digas eso porque soy capaz de correr detrás de ellos Tommy. -Susurro con preocupación. Miro con atención a su esposo, quien se acercó lentamente hasta quedar frente a ella, para tomar su rostro con ambas manos, y a pesar del frío que hacía, estas estaban cálidas y ásperas.
-No te preocupes, ellos estarán bien... -Humedeció sus labios con nerviosismo, mirando directamente a sus ojos azules, la única que vez que los había tenido así de cerca había sido el día de su boda, cuando tuvieron que compartir ese beso tan incómodo, de ahí en fuera no se había permitido apreciarlos lo suficiente y qué arrepentida se sentía, eran aún más hermosos que el mismo cielo.
- ¿Buscabas esto? - Gwendoline interrumpió sus propios pensamientos, extendiendo el sobre frente a sus ojos, Thomas lo miro sin mostrar emoción alguna, aunque por su mente pasaran un millón de cosas por segundo. -Se cayó de tu saco.
- No es nadie importante. -Dijo, al ver la mirada en su esposa y saber que sea lo que sea que estuviese escrito ahí, había causado molestia en ella.
- ¿Qué más da si lo es? No será la primera ni la última, ¿no es así? - La calidez de sus manos grandes abandonaron su rostro, haciéndola sentir vacía por un momento, extrañándolas de nuevo a pesar de la conversación incómoda que estaban a punto de tener.
