Capítulo 2.

58 12 0
                                    

Mochi interrumpió.

Mochi: señor NamJoon... ¿aun me va a obsequiar el collar?

Nam: escoge todos los collares que gustes Mochi, mientras tanto intentaré convencer a tu hermana.

Mochi estaba feliz.

Mochi: muchas gracias, espero que tenga suerte.

Nam: gracias.

Agustina sonreía, después de todo no era que Nam le desagradara... solo que él era conocido por jugar con las mujeres y aunque tenía 30 años, no se le conocía una relación seria... solo rumores de sus aventuras.

Se acercaron las otras hermanas de Agustina.

Gina: señor NamJoon... ¿es cierto que usted le dijo a Mochi que escogiera todos los collares deseados?

Nam: ¡por supuesto cuñadas, ustedes pueden esco...

Agustina interrumpió muy molesta.

Agustina: ¡bueno ya! ¡nadie va a comprar nada con el dinero del señor Kim!

Nam: Agust...

Agustina lo interrumpió de nuevo.

Agustina: ¡espero que le quede claro, usted no me interesa y por favor deje de decirle cuñadas a mis hermanas... usted y yo no tenemos nada!

Nam: ¡no me voy a rendir!

Agustina solo lo miró y salió del almacén.

Las chicas estaban avergonzadas.

Nam: no se preocupen chicas, estoy acostumbrado a los desplantes de su hermana... pero olvidemos eso.

Nam les entregó unas invitaciones para un baile que iba a realizar.

Kooky: señor... ¿a qué se debe el baile?

Todas estaban muy curiosas.

Nam: pronto llegaran mis hermanos y mis amigos de América.

Esperanza: ¿de América? ¿son americanos?

Nam reía.

Nam: no, son coreanos... pero tienen sus negocios allá.

Tatiana: wau... ¿y son tan apuestos como usted?

Nam sonreía.

Nam: ¡desde luego! ¿quieren saber algo?

Todas: ¡sí!

Nam: vienen con fines de conseguir unas hermosas chicas para matrimonio.

Las chicas estaban emocionadas.

Llegó la noche.

Habían terminado la cena.

Las chicas se fueron a escoger sus mejores vestidos para la fiesta.

Xiomara se llevó a Agustina para la biblioteca.

Agustina: ¡no mamá! ¡no me voy a casar con ese hombre para ser el hazme reír del pueblo! ya me imagino a todos diciendo ¡ahí va la esposa cornuda!

Xiomara: hija, eso es solo chisme de la gente... ese hombre solo tiene ojos para ti.

Agustina: ¿Qué hay de la fiesta que va a realizar? ¡las chicas están felices, tal vez papá y usted logran casar a alguna!

Xiomara: ¡está bien, esperemos a esa dichosa fiesta... pero si no se logra casar a ninguna de tus hermanas tendrás que hacerlo tu y no se diga más!

Xiomara salió enojada.

Agustina quedó ahí sola.

Se decía...

¿Cómo quieren que sea la esposa de ese don Juan?

¿acaso no conoce a más mujeres a quien molestar?

¡que ni crea que me voy a casar con él, aunque sea tan guapo y tenga mucho dinero!

A pesar de decir eso, suspiraba de solo pensarlo.

(✿◠‿◠) ლ(╹◡╹ლ)

Los amores destinados 🐨😸🦙🐿️🐥🐅🐇💕💯♾️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora