Capitulo 9 - "¿A dónde vamos?"

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Oakley tenía los labios apretados, en parte por la diversión.
-Estoy impresionado, nena. No pensé que fueras así.- Oakley se inclinó de lado en su coche, poniéndose cara a cara conmigo, siendo astuto, con una sonrisa burlona mostrándose en su cara.

Me burlé. -Bueno, ahora ya lo sabes- le lanzó una falsa sonrisa.

Miré hacia abajo, echándole un vistazo. Finalmente llegué a ver lo que llevaba puesto, y no voy a mentir, él se veía bien. Llevaba una camiseta blanca con cuello en V y un joggin negro junto con unas nike blancas.

-Me estas echando un vistazo, por lo que veo?- miré hacía arriba para verlo, me miraba con una mirada burlona.

Rodé los ojos. -No- miré lejos, avergonzada de que me hubiera descubierto.

Se lamió los labios, pasando sus ojos por arriba y abajo de mi cuerpo. -Tu no te ves mal.

Me miró a mí, al ver que yo llevaba un par de jeans ajustados con una camiseta y un suéter, con un par de zapatillas vans color negro

No sabía si estaba hablando en serio o simplemente estaba bromeando, pero tomé el cumplido que me había dicho de todas formas, agradeciéndole algo aturdida.

El simplemente se rió, enviando un escalofrió por toda mi espalda.
-Sube al coche, baby- el hizo un gesto con su cabeza volviéndola hacia el coche que parecía el batman mobile. El había cambiado su coche y ni siquiera hacia una hora que lo había visto.

Iba a preguntarle de donde lo había sacado, pero algo dentro de mí me advirtió que no lo hiciera.

Ni siquiera me di cuenta de que el ya estaba sentado dentro de su coche, hasta que tocó el claxon de su coche, haciendo que me sorprendiera y saliera de mi trance.

Oakley sacó la cabeza fuera del coche, su codo colgaba del borde de la ventana.
-Vas a entrar o que?

Le miré a él, a su coche y a mi casa. No era una decisión muy difícil de tomar. Mirando hacia atrás de él, me acerque al lado del pasajero de su coche. Inclinada hacia abajo para tirar de la palanca, me di cuenta de que no había ninguna manija para tirar.

-¿Que te esta tomando tanto tiempo?- dijo Oakley a través de su ventana.

-¡Cállate! No hables tan fuerte, mis padres te escucharan y no se como abrir esta cosa!- susurré fuertemente para que me escuchara.

El se rió entre dientes. -Basta con hacer clic en el botón lateral.

Miré hacia abajo, tratando de encontrar el botón del que estaba hablando. Cuando lo encontré, rodé los ojos antes de abrir la puerta y me senté en el interior del coche.

-Ya era hora- dijo en broma.

-No es mi culpa que tu coche sea tan difícil!- susurré a la defensiva.

El sonrió, acelerando el coche antes de salir de la ranura en la que estaba estacionado y salimos a la carretera. Pocos minutos habían pasado, tarareaba mi propio ritmo mientras tamborileaba con mis dedos en el borde del apoyabrazos debajo de la ventana. Miré a través del cristal, preguntándome donde estábamos. Fue entonces cuando me di cuenta de que ni siquiera sabía a donde íbamos.

-¿A dónde vamos?- me volví para mirarlo.

Oakley simplemente se echó a reír, sacudiendo la cabeza.

Fruncí las cejas juntas -¿Qué es tan gracioso?

El no me hizo caso. En su lugar, solo se reía. Una vez que se calmó, me miró a mí. -¿No aprendiste de la última vez que me preguntaste?- me dejó de mirar volviendo su vista hacia la carretera.

Algunos momentos que ocurrieron hoy volvieron a mi cabeza y me acordé cuando le estaba preguntando en repetidas ocasiones a donde me llevaba, pero el como era un cabezota, nunca me respondió.

Me encogí de hombros. -No, porque sigo siendo muy curiosa.- sonríe con orgullo, haciendo que el riera una vez mas.

Sentado en el asiento de cuero de su coche, apoyó su rodilla izquierda en el volante, utilizándola para dirigir el coche mientras su otra pierna presionaba el acelerador. Haciendo uso de sus tres dedos de la mano izquierda para sostener el volante y asegurarse de que no perdía el control, comenzó a buscar en el bolsillo derecho. Agarró un atado de cigarrillos y un encendedor, lo deslizó fuera de la caja, aprisionándolo con sus labios antes de encenderlo. Tomó unas bocanadas para asegurarse de que estaba encendido y guardó la caja en su bolsillo.

Al deslizar el cigarrillo entre sus dedos, colgaba su brazo izquierdo en el borde de la ventana, despegando la rodilla del volante. Puso su cigarrillo entre sus labios, absorbió el humo del cigarrillo mientras lo mantenía por unos momentos en su boca antes de echarlo haciendo un anillo perfecto de humo, que al instante se extendió por todo el coche.

Negué con la cabeza. Este chico iba a conseguir que nos matáramos por la forma en la que manejaba y la cantidad de atención que ponía sobre ese maldito cigarrillo.

Estaría mintiendo si dijera que no encontraba eso sexy, porque lo encontraba. Odiaba admitirlo, pero todo lo que hice era admitir que era caliente lo que hacía, muy a mi pesar, por supuesto.
Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba en un coche con un asesino, una vez más.

En ese momento, me vino a la cabeza cuando esa misma noche me había sentado por primera vez en el mismo coche con él.

-¿Cómo voy a saberlo? Estoy en un coche con un asesino -rodé los ojos y crucé los brazos en mi pecho.

-¿Me vas a reprochar eso cada vez que abro la boca para decir algo?- gruñó, su voz era profunda y sus ojos se tornaron oscuros.

Sentí mi estomagó como se revolvía por el sentimiento de culpa. Supongo, que lo juzgue con demasiada rapidez. Lo se, el mató a alguien y él era probablemente uno de los chicos mas bipolares que había conocido en mi vida, pero, todavía no tengo derecho a juzgarlo porque no sabía porque había hecho eso.

Supongo que se puede decir que estaba intrigada por él, y impresionada porque me había dicho en su casa que en realidad me iba a dejar que me fuera a casa.

Le miré, intentando encontrar imperfecciones en su rostro, que no existían.

-¿Qué estas mirando?- se encogió de hombros mientras mostraba una sonrisa.

Negué con la cabeza. -Nada.- aparté la vista torpemente.

-Sabes que puedes tomarme una foto. Te va a durar mas tiempo.

Yo simplemente rodé los ojos.

El sonrió, mirando hacia atrás de la carretera mientras tomaba otra bocanada de su cigarrillo.

Si me preguntas porque accedí a ir a alguna parte con él, y porque entré en su coche, no tengo ninguna respuesta, porque para ser honesta, realmente no sabía la razón por la que había hecho eso.

-Te voy a llevar a comer- Oakley habló una vez mas, refiriéndose de nuevo a la pregunta que yo le había hecho antes, mientras mantenía sus ojos en la carretera. Podía sentir la sonrisa tirando de sus labios. -¿Esta bien?- llevó sus ojos hacia mí.

Mi estómago se revolvió nervioso. -Claro.- me encogí de hombros despreocupadamente, como si no me importara, pero la verdad si que me importaba.

Otro pensamiento vino a la mente y, como siempre, la palabra se encargó de salir de mis labios antes de que tuviera la oportunidad de evitarlo. -¿Es una cita?- mentalmente maldije las palabras que volaban de mi boca.

El sonrió. -Solo si tu quieres que lo sea, nena.

DANGER || ADAPTADA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora