Capitulo 10 - "¿Quién dijo que esto era una cita?"

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Finalmente, después de lo que parecieron horas, el coche se detuvo una vez que se estaciono en una plaza de aparcamiento. Mirando por la ventana, las palabras luminosas de “Perry’s Palace” me hicieron sonreír a pesar de que los rayos de sol fluían por todas partes.

¿Como fue eso posible? No tenía ni idea.

Desabroche el cinturón de seguridad de mi cuerpo, volví a mirar a Oakley. Fruncí las cejas juntas por la confusión.

¿Nos vamos a ir o que?

Sintiendo mis ojos sobre él, se volvió a mirarme.
-¿Qué? - dijo en voz alta, y creo que por fin queda confirmado que es un bipolar

Luché contra la urgencia de rodar los ojos. -¿Vamos o no?- murmuré. Si yo pudiera darle un puñetazo libremente sin tener que pagar las consecuencias después, lo haría.

-Si- el se agachó hacia abajo, tirando de la llave del coche y la metió en su bolsillo para abrir la puerta, el cigarrillo que había estado fumando colgaba de un lado de su labio.

Con un suspiro, abrí la puerta, salir era un poco más difícil de lo que quería.

-Ten cuidado- gruñó- Ese coche cuesta más que todo lo que tu tienes.

Levanté una ceja para arriba- Es bueno saberlo- murmuré sarcásticamente, hundiendo las manos en los bolsillos de mi suéter.

El me dirigió una mirada lateral. -Actitud- advirtió el con un movimiento con su dedo en mi dirección.

Ahora rodé los ojos. -Lo que sea- aparte la vista.

Largo el humo, arrojando el cigarrillo al suelo antes de que lo pisara con la suela de su zapato. Ladeando la cabeza a hacia un lado, hacia el comedor, empezó a caminar, esperando que lo siguiera detrás.

Yo lo hice, muy a mi pesar.

Una vez que llegamos al interior, comenzamos a caminar a la parte posterior del lugar cuando su cuerpo chocó con otro que causo que me golpeara con su espalda. Gemí, frotándome la frente.

-Qué mier“- empecé a maldecir cuando me detuve a mitad de camino, sintiendo que el ambiente se estaba poniendo algo tenso, al darme cuenta que un tío estaba delante de nosotros.

Era alto, aproximadamente unos pocos centímetros, más alto que Oakley, si no era de la misma altura. Tenía el pelo negro y sus ojos eran verdes electrizantes. Unos que podrían hipnotizarte con solo mirarlos una sola vez. Tenía algo de músculo y un culo para morirse.
Es embarazoso admitir esto, pero el suyo era incluso mejor que el mío.
Así que no es justo.

Apreté los labios hacia un lado, mirando entre él y Oakley, al instante sentí la tensión.

-Danger- el hombre dijo con una sonrisa. -Un gusto verte aquí, ¿eh?

-Ahora no- Oakley habló con los dientes apretados, su voz baja y mortal, por un momento, podía haber jurado que vi un flash de la muerte en sus ojos.

Los pelos de mis brazos se erizaron rápidamente.

-¿Cuándo será el momento, amigo? ¿Cuando tengas a tus matones cubriéndote el culo?- el enderezó su postura, su cuerpo lo presionó aún más a Oakley, para verse más intimidante.

El se hubiera intimidado si Oakley hubiera caminado aún más, cerrando la brecha entre ellos, de sus ojos saltaban chispas y las venas de su cuello se notaban.

Oakley fingió una sonrisa- Tu y yo sabemos que podría hacer trizas con mis propias manos- bajo la voz hasta un susurro.

Se produjo un intercambio de palabras sin sentido antes de que el hombre se alejara y Oakley me agarró del codo, caminando por el pasillo hacia un asiento para nosotros y nos sentamos los dos.

DANGER || ADAPTADA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora