Esta es mi vida, no importa lo que otros digan o me quieran hacer creer; solo yo soy dueña de esta vida que mis padres me regalaron.
Solo yo decido su rumbo, pero es muy triste que eso tuviera que pasar para darme cuenta; y a veces dudo de si es lo...
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PoV General
¿Dónde estas Victor?, ya desesperada interrogo al cielo mientras admiraba esa marcada línea entre ambas ciudades; en su pecho había tantas preguntas pero mayormente dudas, solo tenia que dar un paso y estaría pisando otro mundo. Un mundo desconocido al mismo punto que el suyo propio que no es tan brillante como todos plantean; ¿Quien ha dicho más mentiras, quien ocultó la verdad?, una respuesta algo obvio pero igual peligrosa.
Al menos asi debía ser porque en medio de tantos pensamientos alguien le habló y ahora estaba frente a ella.
¿Podré obtener alguna respuesta?
Esa fue la otra pregunto que comenzó a rondar su cabeza desde que fue llamada de forma bastante discreta por uno de los empleados de esa glamurosa Yordle, como si no quisieran que nadie se entere de esta reunión; en su camino inevitablemente presenció el fantasma de Vi guiandola, ¿Qué demonios era eso, preocupacion o algo mas?
Caitlyn anduvo con la mayor naturalidad posible mientras balancea ello con una mezcla de ciertos comportamientos que aprendió de la misma Violet, apenas hubo tiempo para aprender pero eso no la detuvo de exprimir su cabeza y estructurar. Mirada baja nunca y si alguien te mira a los ojos debes lanza un desafío firme; que se vaya a la mierda o que se prepare.
Expresarles a los habitantes del subsuelo que ignoren a su acompañante; prácticamente decir en el brusco lenguaje local que está rosa de apariencia fina tiene sus espinas.
Con una sonrisa interna agradeció haber soportado todos esos eventos tan pomposos en los que desarrolló grandes habilidades actorales; Caitlyn Kiramman sintio que creció un poco como persona, sin saber que con cada paso que dio un Firelight daba su último suspiro mientras su cuerpo arde en las llamas del infierno planificado por Silco.
La petición del concejal Talis sobre sus hombros pudo lograr que muchas cosas fluyeran y se concretarán con una facilidad que casi no pudo creer, Jayce llegó tan lejos con su cerebro privilegiado y su deseo; ella no se quedó quieta pero su parte más miserable y mezquina no pudo evitar sentir algo opuesto a felicidad por el éxito de su amigo junto a su nueva autoridad.
A ese hombre le debe la casi inexistente oposición por parte de su madre; asi que no podia ser ingrata con ese trabajo, además de haber una vida de por medio. Por ello no se tomo las cosas a la ligera por la justicia que su corazón siempre ha tenido presente, sin embargo por muy bonito que suene estaba en un callejón; todo lo que concierne a ese hombre se había esfumado sin más, sin dejar rastro.
Como si Victor nunca hubiese pisado Piltover, todo se fue y nadie le dio alguna importancia como quien pierde un calcetín, sus documentos fueron borrados; lo mismo para sus trabajos o contribuciones, lo más chocante fue que nadie se percató de ello hasta que ella se incluyó en la ecuación.
