Narro yo:
Hoseok tiene un problema y como lo llama el "defecto" nació con una vejiga inmadura (osea que no se formo bien) gracias a esto sufre de incontinencia lo cual le a causado muchos problemas ya que esta iniciando en secundaria, afortunadamente los únicos que saben de su problema son sus padres aunque aun así lo mortifica por dentro su humillante condición que lo obligaba a usar "protección" en viajes largos y cuando duerme.
últimamente su padre que es quien lo lleva a casa en la salida esta tomando otro turno en el trabajo por lo que tiene que caminar a su casa un trayecto de 20 a 25 minutos, el problema aquí es que Hoseok no es muy bueno aguantando por mucho tiempo y tomaría medidas para que no ocurra un accidente con su querido uniforme.
Eran como las 12:56 casi hora de que Hoseok saliera del colegio y por mas sed que tenia intento distraerse y no ir a tomar agua, hasta que recordó ese jugo de fresa que le empaco su madre, ¿saben? aveces me pregunto ¿porque cuando no debes hacer algo mas lo quieres hacer?, pensó que si tomaba solo un poco no pasaría nada, grave error que le costaría un pantalón seco.
Después de unas cansadas horas de matemáticas, tomando algunos sorbitos de aquel delicioso liquido sabor fresa, sonó la ruidosa campana que anunciaba la salida de los estudiantes y Hoseok se maldijo internamente porque podía sentir su vejiga un poco llena, rápidamente bajo las escaleras a los baños antes de que los cerraran y gano la carrera, pero por mas que hizo fuerza no pudo vaciar ese liquido caliente, derrotado salio de los baños dirigiéndose a la salida del colegio.
Faltaban aproximadamente 18 minutos de camino pero el castaño sentía que ya no podía ni un minuto mas, a menudo paraba para darse apretones disimulados porque la ruta a su casa era bastante transitada por personas y carros, hasta que llego un momento en el que un chorrito se escapo sin dar aviso a otros que le seguían, el chico apenas logro detener esos chorritos con un pequeño gemido casi inaudible, con temor a ser descubierto se adentro en un callejón cerca de su casa.
Bajo la cabeza en vista a su uniforme encontrándose con una mancha del tamaño de una mano, un fuerte sonrojo se hizo presente de oreja a oreja en la cara del niño que tapo su cara con sus mano y sollozo, se sintió tan avergonzado con el mismo que ni noto cuando un chico se acerco a el y lo abrazo intentando calmarlo.
Abrió los ojos un poco sobresaltado cuando vio a su único amigo Yoongi, que lo viera fue aun peor porque sus sollozos se convirtieron en lagrimas de total vergüenza que bajaban por sus rojas mejillas.
—¿Me quieres decir que paso?— pregunto el pelinegro preocupado y enternecido por la escena que estaba armando Hobi.
El castaño negó abrumado pero rápidamente sus pensamientos se esfumaron y su energía se concentro en intentar sostenerlo porque una ola enorme de desesperación lo inundaba, se separo del abrazo para clavar sus manos en su entrepierna con el objetivo de no mojarse mas de lo que estaba, una mirada gatuna no se separaba de él.
Yoongi se paro atrás de él aparto las manos de su menor y bajo su cremallera sacando su miembro que rápidamente comenzó a orinar Hobi tiro su cabeza hacia atrás apoyándola en el hombro de su amigo y soltó un gemido que solo él y Yoongi escucharon, su orina empapaba la pared enfrente de el llegando hasta el pasto y a sus pies.
—Te lo aguantaste mucho, ¿verdad bebé?—