Yin, es Yin

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WanWan caminaba furiosa, hundiendo los tacos en la tierra a cada paso que daba, farfullando groserías y maldiciones, deseando que esos tres pudieran destruirse mutuamente y deseando un montón de mala suerte para ese trío. Cuando sintió que alguien apoyó la mano en su hombro, precipitadamente le aplicó una llave de judo, no quería lidiar con quien fuera que le haya dado alcance. Cuando vió de quien se trataba solo pudo atinar a decir “Ay”.

— ¿Te encuentras bien?—

— Eres tu el que está en el piso… perdóname Zilong

Llevaba un buen tramo tratando de alcanzarla, por como caminaba supo que estaba molesta. Él y Baxia fueron a los poblados mas pequeños por los cuales Yu Zhong también había pasado causando un gran daño, y no supo que pasó en las Cataratas Florales para que ella terminara de esa manera.

— Supongo que me lo merezco de algún modo —

— Es que… —

Apretó los labios y empezó a temblar su mandíbula como una pequeña queriendo contener las lágrimas. Zilong entrelazo los dedos, se puso cómodo en el lugar donde había caído y espero a que WanWan dejara salir todo lo que se estaba guardando.

— Tranquila,  no se lo diré a nadie —

— Es que… primero ese tonto de Ling con su extraña manera de actuar y luego Yin que no me quiso contar nada y luego Yu Zhong con su desequilibrio hormonal —

¿Desequilibrio hormonal?, no la corrigió. WanWan cayó de rodillas al lado de Zilong y le contó absolutamente todo, desde que los había conocido, el paso del tiempo junto a ellos y los distintos sentimientos que profesaba por ellos.

Yu Zhong, fue mi amigo y mi maestro, me usó para poder controlar al Dragón Negro,  no se cómo fui de ayuda o porque, no lo entendí… Ling solo dice cosas opuestas a lo que hace, me confunden y me enoja y Yin… bueno Yin, es Yin —

— ¿Pero? —

— Yin, es Yin pero no hizo nada que me lastimara, estaba luchando solo contra ese dios que vive en su interior —

Pensó mejor en el resultado de sus acciones y entendió que había juzgado a Yin injustamente por culpa de todos los sentimientos negativos que estaba experimentando.

— Creo que es el único que no merecía tu enojo —

— ¿Y si le pasa algo? —

Zilong puso una expresión de sorpresa al ver la genuina reacción de preocupación de su pequeña amiga.

— Yin… ¿él te gusta? —

— ¿Cómo podría… gustarme? —

Comparó los sentimientos que experimentó con Ling, con lo que Yin le hacía sentir… guardó silencio y las lágrimas casaron.

— Vuelve al altar,  debo ir con esos tontos de allá —

Zilong se adelantó al campo de batalla y WanWan se quedó sumida en sus pensamientos.
Otra fuerte explosión de poder proveniente del hogar de Yin se sintió, Lieh estaba disfrutando del espectáculo que brindaba su poderoso contenedor, con un cuerpo como ese, Lieh podría reinar fácilmente a los humanos y los dragones no significarían problema alguno. Por su lado, Ling esperaba a que la batalla de esos dos terminara,  porque el vencedor igual significaba un peligro potencial.
Cuando Yu Zhong se marchó, dejó un caos en el hogar de Yin, pero la gente estaba totalmente sana, no sufrieron bajas humanas, solo materiales. Zilong, Baxia y Ling ayudaban en todo lo que podían, pero Yin se quedó con la amarga respuesta de saber que mientras el estuviera vivo o Lieh estuviera dentro suyo, Yi Zhong lo perseguiría hasta conseguir matarlo, no quería involucrar a su gente en una guerra que jamás escogió para si mismo. Su padre, con esa mirada vieja y cansada pudo distinguir la enorme tristeza de su hijo, haciendo que deseara ser fuerte y joven otra vez para poder proteger a su pequeño de la crueldad del mundo y sus habitantes. Lo abrazó como pudo, el enorme de Yin no cabía por completo entre sus brazos, Yin abrazó las piernas de su padre y se quebró como un niño pequeño al que golpearon con demasiada violencia, su padre también vertió sus lagrimas en esa dorada cabellera al tratar de consolar a su niño.
Por viejo, era sabio de su parte deducir que su hijo decidiría marcharse antes de que la desgracia volviera a cernirse sobre ellos, Yin dijo lo que el predijo y no pudo hacer más que desearle un buen viaje.
Cuando Yin se alejó lo suficiente de su hogar, Luo Yi lo detuvo en el camino, una mujer de fría mirada y cortantes palabras le explicaba lo que debía hacer y a donde debería ir, tocó su pecho y fue ella que con sus propias manos vendó el cuerpo de Yin con una venda especial que Yu Zhong bendijo para él, el dragón comprendía que era una víctima, pero Lieh era otro asunto. Yin agradeció la gentileza de la hermosa mujer, y ella sonrió, una sonrisa tan hermosa como la de ninguna otra mujer, lo sonrojaron y llevó a recordar a WanWan, aunque ella no fuera de sonreír pocas veces.
Sus pasos lo guiaban entre senderos angostos y algo familiares, sin saber que su inconsciente lo estaba llevando al Altar del Dragón. Cuando se vió frente al arco, encontró a WanWan con Zilong, ella cargaba sus cosas en una mochila y le pareció extraño.

— Yin, que bueno verte antes de su viaje —

No comprendía que quería decir con eso, puesto que Yin se disponía a viajar solo hasta Lumina, en Moniyan. Zilong y WanWan se acercaron a él.

— Se que se cuidarán mutuamente, no estaré preocupado porque ira contigo en todo momento, eres un gran caballero Yin, me alegra de que la señorita te escogiera como su compañero —

Zilong habló tan fuerte y claro que sonrojó a los dos presentes y enfureció al tercero que supo desde un inicio que andaba por ahí escondido, escuchando la charla ajena.
Aunque Yin tuviese sus dudas en todo momento de llevarse a WanWan, lo hizo porque tuvo el presentimiento de que era lo correcto, ella tenía en mente que Yin necesitaba mucho de alguien que pudiere comprenderlo y apoyarlo, que no lo juzgaran por algo que no es culpable. Con pensamientos distantes de lo romántico, Yin se cargó la mochila de WanWan al hombro y se despidieron con ánimos de aquel amigo que jugaba con las emociones de un narcisista.

— Se que se convertirán en una gran pareja antes de que lleguen a su destino… ámense y cuídense mutuamente, ya nadie podrá interferir —

Zilong agitaba la mano en forma de despedida y hablaba tan fuerte para que sus palabras cortaran el ego de Ling quien observaba cada paso que ella daba desde la cima del muro entre los árboles, ahora siempre con la nueva expresión que había aprendido en ausencia de la gatita, esa expresión de un amor no correspondido. La dejó marchar sin siquiera intentar frenarla, y escuchar del amor entre aquellos dos no era para nada de su agrado, no quería pensar en dejar que otro ocupase su lugar, que otro la viera sonrojada y nerviosa por su cercanía… pero tampoco quería hacer nada para detenerla, apretó su cabeza con fuerza por todo ese embrollo de sentimientos que lo asediaban y volvió al interior del Altar para poder encerrarse en su habitación y dormir lo suficiente hasta olvidarla.
Zilong suspiró cansado al ver a Ling actuar como un tonto.

— Bueno, necesita dormir para poder tener un buen viaje hasta Moniyan —

Corazón Narcisista ~MLBB~ (Ling x WanWan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora