Decídete

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"... QUE?!!" Gritó Franquista con gran enojo."Me estais diciendó que ahora tenemos que VOLVER?!!" Golpeo fuertemente la mesa al decir la ultima palabra proveniente de sus labios.

"Eh?! No señor! Solo que su padre, el Imperio Español, necesita que uno vaya para que puedan traer nuestro ejercito... Mi señor!" Dijo aquel soldado de los pocos que habian traidó. Luego una voz femenina habló.

"Y por que no solo viene ese viejo con el ejercito? O... acaso no piensa venir en lo absoluto? Que cobarde..." Segunda Republica dijo con fastidio hacia su padre.

"Bueno... Les mando esta carta para explicarles mejor esta situacion, señorita." Saco la carta y se la entregó a Segunda Republica. "Y si me permiten, me tengo que retirar." Franquista asintió a su propuesta sin darle mucha importancía."Gracias señor, que tengan linda noche." Y sin decir mas se excuso.

"... Ten Franq..." Le entregó la carta antes de que siquiera pudiese responder. Republica se levanto de su asiento para luego dirigirse a la salida.

"Eh? A donde vas? Todavía no la hemos leído..." Dijo el menor con gran confusion en su rostro.

"Sera importante que tu la leas, tu vas a ir. Yo le avisare a nuestros aliados de tu ida."

"QUE?! Pero ni siquiera acordamos a eso! Ademas yo conosco el lugar, tu no. Sería mejor si yo me quedara..." Su hermana paro en seco.

"No, porque si te llegan a capturar de vuelta te matarian, ellos ya te conocen, saben que tu les causaras problemas... Que lo mejor seria matarte... No dejare que eso pase..." Dijo mientras miraba a Franquista sin darse la vuelta.

"... Y que hay de ti?"

"A mi no me conocen, no me matarian de inmediato, ya ves, España sigue viva, gracias dios. Ademas, soy mujer, no me tocarian ni un solo cabello, al menos que quiera que lo hagan... Al contrario de ti...." Dijo burlandose de las desgracias de su hermano.

"Ugh... Como te odio..." Se tapo la cara con su mano desocupada."Nunca dejarás pasar eso, verdad...?" Segunda Republica solo solto una pequeña risa.

"Je! Tu sabes que no... Pero, si en serio deseas quedarte dime tu respuesta cuando vuelva, yo me ire a hacer algo de mas importancía que leér la carta de un cobarde... Pero piensalo muy bien, vale? Aceptare cual quiera que sea tu respuesta..." Y así se marcho.

"... Maldita... Pero tiene razón..." Franquista dió un ligero suspiro."Ellos no dudarian ni un segundo el matarme... O peor aun.." Se le vino un recuerdo cuando le habian capturado ya hace mucho, nunca podría olvidar lo que le habian hecho esos salvajes." NO! No debería pensar en eso!... Ugh! Eso ya es cosa del pasado, no hay razon porque recordarlo!"... Porque duele tanto recordarlo...? No es justo...

Franquista soltó una lagrima, la cual calló en la carta, llamando devuelta su antencion a ella."... Ah, si, la carta..." Se limpió la cara suavemente y abrió lentamente la carta.

... Su hermana estaba afuera, justo al lado de la puerta. Escucho la mayoria si es que no todo lo dicho."... Hay España... Espero y estes bien... Esos salvajes son de lo peor." Dijo lo ultimo casi a gritos. Sentía como le ervia la sangre con tan solo pensar en lo que le podrian hacer. Y aun que había bromeando sobre aquello que le paso a su hermano, aun así le molestaba aquel suceso. Pero tuvo que salir de sus pensamientos al escuchar una voz familiar.

"Segunda Republica? Que haces afuera? Se peleó con su hermano o algo así?" Era Tlaxcalteca!

"Emm... No, solo que estabamos hablando sobre unos asuntos, nada mas..."

"Eh?... Enserio? La miro un poco... Inquieta. Segura que no es nada?" En su mirada se veía preocupacion junto con pena. Como le molestaba a República ver esa mirada, sea de quien sea siempre le molestaba. Claro, no expreso esto con él.

"... No, solo que hay cierta desicion muy importante que tenemos que tomar. Así que estaba analizando los beneficios e problemas que podríamos encontrar..." Dijo con neutralidad, no queria involucrar ningun sentimiento, en especial con Tlaxcalteca.

"... Esta bien, entiendo. Pero recuerda que somos aliados, debemos que confiar el uno al otro. Puedes hablarme de lo que quieras, yo no soy nadie para juzgar pues dios no soy. Cada loco con lo su1yo como decía my padre... Así queee... Quieres hablar de esto??" decía con una sonrisa juguetona.

Habló en forma de susurro, "Ay... Vale, pero en un lugar mas privado."

...

Termine de leér la carta, solo describía mas a detalle lo que ya sabiamos, nada nuevo. Ahora tengo que tomar una decísion...

Paso una hora y media hasta que Republica por fin había regresado.

"Y bien? Ya te decidiste?"

"..."

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