Promesa Gentil

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"... Tlacopan... Enserio me estas diciendo que... En verdad quieren ir hasta a-...?" Dijo con fastidio aquella mujer de gran rango entre los guerrero del imperio.

"El Imperio Maya... El tiene algo de importancia para España." Respondió rápidamente y algo nerviosa Tlacopan.

"... ¿España?... ¿Te refieres a ella?" Su voz era un tanto mas gentil y suave, pero igualmente permanecía su expresión de molestia. Texcoco señalo a mi con su mirada... Me dio escalofríos sus ojos fríos y oscuros, el cual le resaltaba mas con su piel blanca y joyería de mil colores.

No se porque, pero sentía como mi piel arder, en especial mi rostro. Tambien estaba algo inquieta ante su mirada. No era un sentimiento que me gustara o si quiera había experimentado antes en algun tiempo lejano del ahora. Afortunadamente, Tlacopan volvió a ganar la atención de Texcoco.

"Sí, ella es España... ¿Usted creé que podríamos ir entonces?"

"... No. No creo que a Imperio le gusté la idea. Mucho menos para algo tan absurdo." Juzgo.

"No es absurdo! Ademas no puedes hablar por él!" Tlacopan reprocho con enojó. Esto pareció sorprender mucho a Texcoco, tanto que dio un ligero brinco atrás. Ya no parecia molesta o frustrada, si no algo en pánico y actuaba en una forma mas tímida.

"T-tienes razón en e-eso, no puedo hablar por él... P-pero enserio lo dudo, Tlacopan." Me daba escalofríos y hasta cierto ascó al ver como una mujer como tal se 'femeniza' ante otra mujer considerada 'inferior'.

"No perdemos nada al preguntarle." Comenté sin pensarlo. Ambas voltearon a verme como si hubiese dicho algun mal.

"... Saben que? Sí, vayan y preguntenle. Si me necesitan pues llamenme. Solamente te digo ya de una, España... Cuidado." 'Cuidado'¿cuidado de que? Tenochtitlán nunca quisiera hacerme daño... Mucho menos por una sugerencia que no le hace daño a nadie.

"Vale, adios, señorita Texcoco. Perdonadme por las molestias." Soné mas triste de lo que quisiese... Raramente, muy en el fondo, casi se oye una voz apagada la cual expresó miedo. No se porque. Supongo y fue una falta de respetó que me compartió mi cuerpo incluyendo mi voz. Tlacopan solo me miro algo extrañada, pero igualmente decidió seguirme sin mas. Mientras tanto, Texcoco mantenía esa timidez y cierta cantidad de preocupación en su carita rojita y de piel canela.

. . .

Toqué la pared al lado de la entrada como si fuese una puerta, ya que no sabría como mas pudiese llamar la atención de aquel Imperio. Ademas de que no quiero interrumpirlo si es que esta ocupado al entrar o gritar su nombre sagrado.

Tlacopan no estaba en ese momento, ya que en el caminó un guardia se le acerco y al parecer le informo de algo probablemente alarmante. Pues, Tlacopan parecía gravemente preocupada al escuchar al hombre hablar. Claro, yo no sabia de que hablaban ya que era en ese idioma extraterrestre y salvaje. Pero lamentablemente al final se tuvo que ir con prisas, siguiendo a aquel guardia.

"Adelante, España." Mi nombre llamó aquella voz tan... No sabría como describirlo de forma respetuosa. Tragué saliva y entré a aquel lugar que lamentablemente no había tenido la bendición de estar mas de tan solo dos veces. Al entrar pude ver al hombre de espaldas, parecía que estaba trabajando en papel. Me sentía altamente nerviosa por alguna razón tonta.

"Hola, Imperio Azteca. Perd-"

"Vamos, España, usted sabe que no es necesario referirse a mi de tal forma." Volteó a verme. Y al hacerlo pareció un tanto contentó y tenía cierto encantó en su tonalidad de voz e movimientos gentiles al tan solo voltear.

"C-claro, perdonadme." Me adentré mas a la habitación, cercando me donde él se encontraba.

"Bueno... ¿Que es lo que necesitas? ¿Paso algo?"

"No, todo esta bien... Solo tengo una pregunta... Vale, es mas como una sugerencia." Raramente sentía como mi habla quería fallarme. Es como si una mano estuviera alrededor de mi cuello y poco a poco estuviese presionándola.

"¿Cual es?" Podía ver aquella expresión de curiosidad en su bella carita. Era como si estuviera viendo la inocencia de un niño en sus ojos color café... Me recuerda a alguien...

"Hay algo que necesito..."

"¿Y que es eso?"

"Es algo que es pertenencia de mi hetmano, Franquista..." Esa curiosidad inocente se fue ligeramente."Sí, se que no te cae bien del todo, pero pido que me escuchéis... Es un libro, la biblia, la cual fue pasada desde mi madre, luego mi hermana, y ahora mi hermano. La cosa es que ahora esta en... Emm... En..."

"Imperio Maya."

"¡S-sí! Eso es lo que quería decir, que en el Imperio Maya se encuentra. No se por cual razón esta alla, pero necesito el libro."

"Mm... Okay, no veo porque no." Me dio una sonrisa tierna, la cual borre al aventarme a él. Lo abracé con gravedad y al mismo tiempo cariño al hablar mientras escondía my rostro en su hombro.

"Gracias, gracias, gracias, graciaaaas!!!" Enseñé mi rostro denuevo. Le devolví una sonrisa, y de regalo de agradecimiento le dí un beso... En la mejilla, lamentablemente.

Él soltó una levé y suave carcajada antes de devolverme el abrazó. Duramos un rato en silencio hasta que este fue parado por Tenoch."Te prometo recuperarlo. Te lo prometo, mi amor."

Mi Destino Es...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora