05

1.5K 115 82
                                    

Ya era la mañana del día siguiente, y eran de esos días en los que no quieres salir de tu cama por nada del mundo.

Seguía lloviendo desde ayer en la noche.

Entonces el celular de George sonó, indicando que había llegado un nuevo mensaje.

Dream (roomie)🚬

¿Quieres que vaya acompañarte?
con este frío vendría bien ¿no?

George no imaginó lo descarado que puede llegar a ser una persona.

— Jodete.

Dejó el celular y volvió a dormirse.

Toc Toc Toc

— Solo quiero dormir!!! — Mencionó.

Dream abrió la puerta y supo de inmediato que el pelinegro estaba enojado.

— Perdón. No contestaste mi mensaje. Tenía frío y quería dormir contigo.

— Pues yo no. — Respondió.

— ¿Porqué estás así?

— No lo sé. Tú sabrás. 

— Si no me dices no sabré que hice mal.

— Todo hiciste mal. Arruinaste mi noche, no entiendes pero a veces tus palabras pueden llegar a herir a los demás sin que te des cuenta. No sabes controlar lo que dices y por eso siempre terminas diciendo puras idioteces. — Suspiró.

— Fue por lo que dije que no somos nada ¿verdad?

George asintió.

— Al fin entiendes algo.

— Perdón, estaba... no lo sé ¿fastidiado? ¿enojado? ¿celoso? pero no quise decir eso. Si bien es cierto, recién estoy descubriendo esto de mi sexualidad por ende no sabría como llamar a lo que tenemos, pero tienes razón. Me equivoqué en decir eso. Lo siento.

— Te perdono. Solo por que aceptaste tu error.

— Ahora sí puedo darte besitos?

— No. Tu castigo será ese.

— QUÉ, NO ME PUEDES QUITAR ESO

— Es lo que más te gusta así que sí.

Dream empezó hacerle cosquillas al pelinegro en forma de venganza.

Mientras lo veía reír podía confirmar que es la sonrisa más bonita que vió en su vida. Nunca se puso analizar todo el perfil de George pero ahora que lo tiene de tan cerca comenzó a ver cada detalle que hacía que se enamorará cada vez más y más.

— ¿Por qué me miras tanto? — Preguntó.

— Por que creo que me estoy enamorando...

Empezó a crecer una sonrisa desde la comisura del pelinegro.

— Quién lo iba a pensar.

Ambos durmieron abrazados debajo de las sábanas.

No sabían como llamar a lo que tenían pero lo que sí sabían era que los dos estaban dispuestos a entregar todo por el otro.

La lluvia caía con más intensidad convirtiendo ese momento aún más romántico.

•••

Por otro lado...

¿Te gustó la comida? — Preguntó el pelirojo.

Roommate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora