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— Listo. Llegamos.

Dream ayudó a bajar del auto a George y el pelinegro vió donde se encontraban y creció una sonrisa desde la comisura de sus labios.

Ambos corrieron hacía la entrada del parque de diversiones mientras se empujaban el uno al otro.

comenzó a sonar
Heart Made Up On You - R5

Empezaron por los primeros juegos.
Montañas rusa, Columpios, Balancines.

Terminaron y se dirigieron a mini juegos donde regalaban peluches si conseguías ganar.

— Lo haré por ti George.

Dream comenzó a tirar los aros mientras el sudor bajaba por todo su cuello.

Un aro, Dos aros, Tres aros.

— Conseguido! Felicidades! — Habló la trabajadora mientras entregaba el peluche al pelinegro.

George volteó a ver a Dream y depósito un beso en su mejilla.

Se dirigieron al siguiente juego, carrito chocones!

— Abrochen sus cinturones... Y QUE EMPIECE! — Sonó la voz de la máquina.

Dream empezaba a manejar hacía el auto del pelinegro mientras fingía una sonrisa malévola.

— No No No! Dream No! — Gritó.

Toda la duración del juego se la pasaron persiguiendo al otro mientras reían sin parar.

Fueron hacía unos bancos que quedaban cerca del juego y se sentaron.

— Ahh estoy muy cansado. — Mencionó George tratando de limpiar el sudor de su frente.

— ¿Tan débil?

— Me empujaste unas cinco veces para ser exactos, a eso llamas ¿Débil?

Dream rió.

—  Es broma cariño. — Lo miró. —  Ahora que estamos solos, estuve pensando mucho esto, no sabía si dar el primer paso pero finalmente lo estoy haciendo, y espero que para nuestra boda seas tú el que pregunte. Así que George... — Suspiró — ¿me dejarías ser tu novio?

El pelinegro solo se quedó en shock.

— ¿Es enserio?

— Sí. —  Dream sacó unos collares de su bolsillo y se lo entregó.

Era uno dorado con iniciales de ambos. Dream tenía el gris.

— ¿Es esto un sueño? Obvio que acepto.

El pelinegro se tiró a los brazos del contrario mientras empezaba a dejar besos cortos en sus labios.

— Estuve esperando esto mucho tiempo. —  Mencionó.

—  Lo sé. Yo también.

Ambos se tiraron al pasto mientras tenían sus miradas fijas en el cielo, o bueno, al menos George.

Analizaba el cielo de noche, las estrellas, la luna.

Pero solo podía sentir la mirada de Dream encima de él.

—  Tienes una vista mucho mejor en frente y prefieres verme.

— Por supuesto que prefiero verte. Tú eres mi panorama favorito. —  Aclaró el rubio.

— ¿Siempre fuiste así de cursi?

Dream rió y abrazó por la cintura a George para atraerlo más a él.

— Solo contigo. — Respondió.

Dream se apoyó en su brazo quedando casi encima de George. Tenía su mirada y su atención solo hacía él.

— Te quiero.

Las mejillas del pelinegro se tornaron rojas.

— ¿A qué se debe este nivel de cursilería? — rió nervioso.

— Acostumbrate porque cada mañana al despertar te lo diré.

Dream volvió a recostarse en el pasto.

- Oye, ¿Qué es de la vida de Wilbur? - Preguntó.

- Nunca más volvió a escribirme, solo me envió un mensaje deseandome suerte en mi nueva relación, y nosotros ni si quiera estábamos juntos aún!

Dream rió, aunque por dentro sentía un mínimo nivel de satisfacción.

George se sentó y empezó a mirar un punto fijo.

— Ayer hablé con mi madre. — Dijo.

— ¿Si? ¿De qué?

— Ya tengo mi casa comprada.

Dream se sentó de golpe.

— Oh... me alegro por tí, cómo así la conseguiste? — Preguntó cabizbajo.

— La tenía elegida hace un mes, y recién la compré hace tres días. — Lo miró. — Nos iremos a vivir juntos Dream.

El rubio volteó a verlo mientras abría y cerraba la boca sin saber qué decir.

— ¿Juntos? Realmente no sé que decir... gracias por incluirme en todos tus planes del futuro, prometo no defraudarte, mi gogy.


















Roommate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora