Roommate.

10

4 años después...

Se encontraban en uno de los restaurantes más lujosos de Francia, con vista a la torre eiffel.

— ¿Amor?

— ¿Si?

Dream carraspeó.

— Sé que cuando pedí ser tu novio dije que tú serías el próximo en preguntar para nuestra boda. Pero ví que demorabas mucho en hacerlo. Así que... — Sacó un anillo de su bolsillo y se lo extendió. — ¿Quisiera usted casarse conmigo, Señor George?

Las lágrimas ya amenazaban con salir, George asintió de inmediato y rodeó la mesa para ir abrazarlo.

— Mil veces sí. — Susurró en el oído del rubio.

Fue una pedida de mano muy íntima y privada. Solo para que ellos lo recuerden y sean solo ellos los únicos testigos del momento.

— Te amo Dream. — Sonrió.

— Yo más. — Rodeo su cintura con sus manos y besó sus labios.

Las personas al rededor empezaron aplaudir sin saber realmente lo que ocurría. Solo veían a una pareja ser feliz.

— ¡FELICIDADES! — Se acercaron dos meseros con vinos en la bandeja.

George Inmediatamente reconoció la voz de Karl y volteó a ver ambos lados tratando de encontrarlo.

Sin embargo no lo encontraba.

¿Estaré alucinando?

Hasta que hizo contacto visual con el mesero y reconoció esos ojitos de cachorro.

— ¿Karl?

— Demoraste mucho en encontrarme. — El castaño se quitó el tapabocas y fue abrazar a su amigo mientras reía. — Ya era hora de la boda ehh!

George no pudo aguantar más y rompió en llanto.

Karl y Sapnap se encontraban disfrazados de meseros para sorprenderlo. Dream les avisó para que estuvieran presentes en el momento de la pedida de boda y así fue.

El celular del pelinegro empezó a sonar. Dando a entender que su Mamá le hacía una videollamada.

Respondió y sin dudar mostró su mano con el anillo ya puesto.

Dream lo miró y sonrió enamorado.

— Ohh Gogy!! Felicidades!! — Dijeron toda su familia al otro lado de la llamada.

Ahora George tenía todo lo que quería.

A sus personas favoritas a su lado.

Era felíz.

Fin.