Capítulo 5

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Damon no lo podía creer sentía que estaba como en una extraña pesadilla.

Todo estaba pasando en cámara lenta frente a sus ojos.

No quería creer que la chica que estaba frente a él ahogándose con su propia sangre fuese Alleia, ella de pronto cayó al suelo, su rostro se veía triste, pero por fin en paz. El estaba en shock. No sabía cómo reaccionar, su corazón estaba detenido, paralizado, sentía como había comenzado a entumecerse cuando la vió cortarse el cuello.

La estaba perdiendo. Se le estaba yendo de las manos y no sabía que hacer. De pronto se acercó a ella y puso su mano donde ella se había cortado, pero ella intentó alejarlo. El lloró de desesperación.

-Por favor, déjame ayudarte. Por favor.

Ella quiso volver a alejarlo pero poco a poco fue perdiendo sus fuerzas. Sus ropas estaban empapadas de sangre, había botado la suficiente sangre como para entrar en un estado de sueño profundo.

Y de pronto nada, ella dejó de moverse. Dejó de luchar. Y el supo que la había perdido. Ella se había ido, el corte que se había hecho había sido tan profundo que aunque llamara a urgencias no podrían hacer nada.

-Alleia...Alleia...abre los ojos por favor...Perdóname, perdóname, lo siento tanto...All...mi All...no te vayas. No te vayas.

-No, no te vayas Alleia...Alleiaaaa! ¡PERDÓNAME!

-Señor... Señor despierte, es...es sólo una pesadilla. Despierte- un hombre de traje negro movía suavemente a Damon para que despertara. Era su mayordomo. El hombre que había estado con el desde hace cinco años- Despierte...

Damon abrió los ojos con terror, el pánico se podía notar en su mirada.

-Alleia- dijo apenas fue conciente de que se había quedado dormido mientras la veía a través de los monitores de las cámaras que tenía en su habitación para vigilarla.

Ella estaba durmiendo en posición fetal sobre su cama. De tanto haber llorado, se había quedado dormida.

El suspiró con alivio al verla bien, pero la nostalgia y el miedo seguían dentro de él, tan vivos como si todo hubiera sido real. Sentía su corazón adolorido como si hubiese sido golpeado.

Se levantó de su asiento ignorando a su mayor domo y fue a la habitación de Alleia, ella dormía profundamente, pero se movía de vez en cuando como si estuviera soñando cosas malas.

El podía imaginar lo que ella soñaba, y por primera vez en su vida sintió verdadero arrepentimiento por lo que le había hecho.

Hace dos años cuando la entregó a su hermano, jamás hubiera pensado que se arrepentiría de su decisión mas tarde, estaba tan molesto con ella que realmente no le importaba en absoluto lo que le pasara en ese entonces.

Ella había secuestrado a Leyla y la había llevado a un lugar donde el no pudo llegar hasta que fue demasiado tarde, lo peor de todo es que Leyla, la que creía era su gran amor, había perdido al bebé que esperaban tan ansiosos, lo había perdido porque los hombres que habían ayudado a Alleia la habían violado, habían abusado de ella, o eso fue lo que Leyla le dijo cuando el la encontró llorando con su rostro golpeado y un par de moretones en sus brazos.

Ni siquiera pidió explicaciones, sólo mandó a buscar a Alleia y a los hombres que eran los amigos de esta, y cuando logró encontrarlos, o mas bien cuando ellos llegaron tiempo después a el y a Aydan, con la intención de rescatarla, los torturó y los mandó a matar en frente de ella. Aydan se había encargado de todo, mientras el y Leyla miraban orgullosos su trabajo detrás de un espejo.

Los muy tontos habían intentado rescatarla, incluso le dijeron a Aydan que lo que Leyla había dicho no era cierto, jamás la habían golpeado ni abusado de ella solo la habían secuestrado y amenazado para que dejara de regodearse ante Alleia que se había quedado con el. Pero claro el no les creyó, y Aydan tampoco, porque era imposible que Leyla le mintiera, había más posibilidades de que ellos lo hicieran para salvar a Alleia.

UN POZO DE DOLOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora