ADVERTENCIA: Este primer capítulo es el más duro de leer y me costó mucho escribirlo, pero tuve que hacerlo para desarrollar la historia. Ya que dependiendo de este primer capítulo se podrá entender lo que viene después. (Es un capítulo para mayores de edad), así que si alguna niña lo lee, perdón 😔 no pude hacerlo menos fuerte, de lo que es. Me costó mucho escribirlo de hecho, por el contenido. Todos los capítulos son fuertes, pero este es el que tiene más contenido sexual, perdón 😔 😔)
"Cuando te pierdes a ti misma, es cuando realmente lo pierdes todo"... By; Alleia Barner.
Alleia Barner no tenía nada, al menos nada a lo que aferrarse en la vida, todo lo que tenía lo había perdido, incluso se había perdido a sí misma hace mucho tiempo o eso le parecían esos dos años interminables que llevaba hay, en aquel lugar donde ahora se encontraba.
Ya no se pertenecía. Ni se reconocía.
La persona que cada día veía en el espejo, ni se le parecía a la que había sido antes. Ese reflejo que la miraba con ojos vacíos, carentes de emociones, de sentimientos, era desconocido para ella, aunque había aprendido a vivir con él. Se había acostumbrado a aceptarlo.
Después de todo no tenía más opciones.
Su vida era miserable hasta ahora, pero seguía en pie, aunque no tenía idea con que propósito, si ya no tenía nada. Ahora sólo tenía un hombre que se hacía llamar su dueño, su amo, y que la sometía cada día a todo tipo de vejaciones horribles, y la torturaba en un cuarto donde siempre terminaba inconsciente.
Había perdido a los que amaba. Había perdido todo lo que valoraba en la vida, su familia, sus amigos, todo. Los había perdido hace mucho tiempo porque la habían obligado a renunciar a ellos.
Su belleza, la que tanto había presumido, ya no estaba. Al menos no como antes, ya no se preocupaba en verse bien, de que servía de cualquier forma, si lo único que su dueño quería era que fuera complaciente con él en otros ámbitos. Si se veía bonita o no, a él no le importaba. El sólo quería disfrutar de su perfecto cuerpo, y decirle todo tipo de obscenidades mientras la tomaba en cualquier parte que se le ocurriera.
Y es que pese a todo, su cuerpo y su rostro seguían siendo perfectos, hermosos a la vista de cualquiera. Esos hermosos ojos azules color de océano, eran hipnotizantes, y sus labios rosados y carnosos volvían locos a los hombres, sobre todo a su amo que siempre la besaba y la mordía cada vez que la poseía.
Lo odiaba, como lo odiaba, si tuviera la oportunidad, estaba segura de que sería capaz de asesinarlo, pero no podía, cualquier cosa que a ese hombre le ocurriera, su familia lo pagaría, y no estaba dispuesta a que eso pasara, pese a que le hubieran dado la espalda los protegería siempre, pues sus dos pequeñas hermanas menores, y sus padres, lo eran todo para ella.
Ni siquiera podía hacerse daño a sí misma, pues cualquier falta o intento de suicidió, podía terminar con una de sus hermanas siendo violadas, o uno de sus padres asesinados.
Los extrañaba tanto a todos ellos, habían pasado ya dos años que no los veía, y los seguía extrañando como el primer día. Anhelaba poder verlos aunque fuese de lejos, pero aquello era imposible. El despiadado hombre que la tenía presa en su castillo se lo impedía.
Éste la había comprado en una subasta de mujeres, donde Damon, el hombre que amaba, la había obligado a participar. El y su nueva novia la habían acorralado a hacerlo, y habían sonreido con crueldad cuando vieron que no la había elegido cualquier comprador, sino un sádico, un hombre despiadado que era conocido por asesinar a todas las sumisas que compraba, pasado un año.
Para mala suerte de ella, ya llevaba dos años ahí, y el hombre no daba señales de querer deshacerse de sus servicios. De hecho cada vez veía más deseo en sus ojos, más ganas de poseerla que antes. Aunque no le extrañaba, seguramente en el contrato que la hicieron firmar, no sólo iba escrito que aceptaba por voluntad propia ser la sumisa de alguien, sino también que lo sería por tiempo indefinido y que éste no la podía dañar de muerte hasta que su vendedor lo decidiera así, y su vendedor era Damon.
Odiaba su situación. Ese hombre la trataba como una cualquiera, la hacía hacer cosas que jamás antes hizo, ni siquiera con Damon. Y la miraba como si sólo fuera un pedazo de carne. Aunque a veces veía algo más en el, en su mirada, aunque no sabía decir que era exactamente y no le importaba.
Ya no se esforzaba en ver a través de los demás, ahora apenas si hablaba, apenas si existía. Cada día se iba apagando un poco más, e iba perdiendo las esperanzas de escapar de ahí. Las tres veces que lo había intentado había recibido como castigo ser violada por todos los guardias del hombre al que pertenecía, y había terminado desmayada, sin saber que le habían hecho exactamente. El dolor que le provocaban era insoportable, eran bestiales con ella, no tenían compasión.
El hombre le decía que todo era por orden de Leyla, la nueva novia de Damon, ella imponía los castigos que a ella se le daban.
-Esa mujer te odia- le decía siempre riéndose con burla- pero en el fondo tiene razón al hacerlo, no sólo le arruinaste la vida, sino que eres pese a todo, incluso más hermosa que ella, tienes un rostro de ángel sorprendente, y es por eso que me encantas hasta la locura. Es por eso que pese a sus órdenes no dejo salir a la bestia que hay dentro de mí, que te juro se muere por acabar contigo de la manera más dolorosa posible. Tienes algo especial Alleia Barner, algo especial que hace que quiera conservarte siempre.
Algo especial, lo único especial que ella creía tener era esa vida de mierda que le habían impuesto a vivir. No quería ser una puta dispuesta a complacer a un hombre al que no amaba, pero debía hacerlo. Su familia corría el riesgo de ser destruida si no lo hacía. Aún recordaba las últimas palabras de Damon antes de irse y dejarla en manos del hombre que ahora era su dueño.
-Si no eres complaciente con el, como lo eras conmigo, si me llego a enterar de que el tiene aunque sea una pequeña queja de tus servicios, haré que mis hombres lleguen a tu casa, maten a tus padres, y violen a tus dos hermanas, y las conviertan en las mejores putas que jamás hayan existido. Ellas no podrán vivir sin tener un miembro metido entre sus piernas, creeme. Me conoces, lo haré. Y cuando ellos las tomen, cuando las llenen con su semilla, voy a enviarte los videos. ¿Me entendiste? Las conozco se que no lo soportarán, ambas son tan inocentes...
Alleia no podía permitir que sus hermanas fueran ultrajadas por hombres sin corazón como su dueño. No estaba dispuesta a permitirlo, por lo que aquel día se dedico a complacerlo como si lo amara, como si lo venerara como a un Dios, y el hombre quedó satisfecho,y le dijo de ella sólo halagos a Damon aquel primer día en que la poseyó, más tarde se sintió tan sucia por lo que había hecho, que intentó suicidarse. Su dueño había alcanzado a salvarla, y la curó, y la ayudó a ocultar aquella falta, pero Leyla tenía espías que le contaron a Damon lo ocurrido, y su dueño había recibido una advertencia, si volvía a pasar algo como aquello, ella sería entregada a otro, harían lo que fuera para revertir el contrato que tenían, y la entregarían a alguien incluso peor, junto con un vídeo para ella donde aparecía su hermana pequeña, gritándole a un hombre que no le hiciera daño, mientras el hombre la desnudaba en contra de su voluntad y la intentaba besar a la fuerza.
-Si vuelves a intentar matarte, piensa en ella, mi hombre no la violó, pero créeme, ganas no le faltaron, después de todo a sus quince, ya es toda una mujer, y cualquiera querría ser el primero en abrirla de piernas y marcarla en todos los sentidos de la palabra, así que, recuerda, como intentes romper las reglas que te he puesto nuevamente, le entregaré a tu hermana en bandeja de plata, para que disfrute de ella como le plazca.
Alleia lloró toda la noche aquella vez y su dueño, entendiendo su dolor simplemente se acostó a su lado y la abrazó, como si ella fuera más que una esclava, como si de verdad le importara. Pero al día siguiente la volvió a tratar como lo que era, como una vulgar prostituta, y la folló hasta saciarse de ella.
Por más que ella quería resistirse a él, el sabía como excitar a una mujer, sobre todo después de drogarla, sabía como tocarla para que se encendiera, por lo que la hizo tener muchos orgasmos y la dejó totalmente saciada. Después de todo era un hombre fuerte de 30 años solamente, y era guapo, cualquier mujer voltearía a verlo si anduviera en la calle, y suspiraria por el.
Cualquiera querría entregarse a él sin condiciones, pero no ella, Alleia era fiel a los sentimientos que tenía por Damon en aquel entonces, no importaba lo que él hubiera hecho en su contra, su tonto corazón aún latía por el, y ella creía que siempre lo haría. Pero un día simplemente dejó de pensar en el, dejó de sentir su olor, dejó de anhelarlo, dejó de sentir que lo amaba, tal vez fueron los videos que Leyla le enviaba de ella y Damon siendo felices, tal vez fue el saber que el había tenido un hijo, no lo sabía, simplemente su corazón ya no latía por el. Ya no se aceleraba como lo hacia, poco a poco ese amor murió, y con el ella también.
Después de eso se le hizo más fácil entregarse a su dueño, dejarse hacer en sus brazos, en el dolor que el le provocaba cuando utilizaba los látigos con ella. Cuando la hacía gritar de placer y le decía que era de él, y nadie más podría tenerla como él lo hacía, nadie más podría complacerla de esa forma.
Ya no sentía nada, solo placer, sólo lo sentía a él. Y eso a veces la aterraba, porque sentía que el se estaba volviendo su único cable a tierra. Y lo odiaba por eso, lo odiaba hasta tener el claro y más puro deseo de matarlo.
El la enloquecía de placer, la obligaba a tocarlo como jamás tocó a ningún otro hombre, y la tocaba como jamás nadie la había tocado, incluso Damon se quedaba pequeño ante el, aunque el también había sido un experimentado de ese ámbito y estuviera en ese círculo de amos dominantes, jamás logró enloquecerla como lo hacía Aydan Grey, el hombre al que ahora pertenecía por contrato. Un contrato indefinido, donde se estipulaba que debía complacerlo como a él mejor le pareciera.
Tal vez era, porque Damon jamás quiso dañarla cuando la amaba. No lo sabía, sólo sabía que él jamás fue tan salvaje con ella, como lo era Aydan.
Siempre había sido así, desde el principio, el podía tomarla de la manera que se le antojara, incluso podría violarla y ella debía dejarse hacer. Ella se dejaba hacer. Como ahora. Jamás se resistía luego de que este la drogara.
-Alleiaa- la llamaba, desde el cuarto mientras ella aún seguía inmersa viendo su triste reflejo en el espejo del baño. Ella sacudió la cabeza, y se dirigió de mala gana hacia el. Sabía lo que quería, así que apenas estuvo frente a él, se quitó la bata que tenía puesta y quedó totalmente desnuda frente a él.
-Ven aquí, mira como estoy, necesito estar dentro de tí. Necesito follar ese coñito hermoso que tienes y que me vuelve loco- le dijo con una sonrisa lasciva cuando la vió parada desnuda frente a él. Tenía una aguja en sus manos, dentro de delante había un líquido rosa. Ella supo lo que era. Quiso escapar, pero sabía que no terminaría bien, así que se acercó para que el le inyectara aquel líquido.
-Amo yo...
-Vamos Alleia, acércate- ella se acercó tímidamente, y quedó paralizada frente a él. Llevaba dos años entregándose a ese hombre, pero siempre le parecía que era demasiado grande para caber dentro de ella- se que también lo anhelas. Te has vuelto adicta a mi, como yo a ti- le tocó uno de los pechos con sus manos y ella cerró los ojos y sin querer se mordió el labio. El sonrió al verla. Le encantaba cuando ella comenzaba a excitarse. Sabía que ella amaba cuando el la tomaba salvajemente.
Ella se agarró de los hombros de él, y se sentó a horcajadas sobre sus piernas, y un gemido agudo escapó de su garganta cuando notó como el pene de el poco a poco iba entrando en ella. Cuando lo tuvo completo dentro de su cuerpo comenzó a moverse lentamente para adaptarse a él, pero el no tenía tiempo para ser bueno, queria tomarla duro.
La volteó en la cama dejándola de espaldas y la comenzó a embestir de manera rápida, ella no pudo evitarlo, gimió de placer, le encantaba cuando la tomaba desesperado, ansioso, sabía cuánto la deseaba.
-Me encanta estar dentro de ti, podría vivir follandote belleza. ¿Te gusta verdad? Te gusta que te folle duro.
Ella no quería aceptarlo, pero inconscientemente asintió con la cabeza.
-Dilo, quiero escucharlo- dijo el mientras se movia más rápido dentro de ella.
-Me gusta- gimió ella- me gusta que me folles salvajemente.
El sonrió, y mientras la envestia acercó su cara a su cuello y la besó con desesperación y desde hay subió hasta llegar a sus perfectos labios, que lo recibieron con ansias, el prácticamente violó su boca cuando ella le dió paso y lo dejó hacer.
Ambos gemían de placer. Las piernas de ella se enredaron en la cintura de el, y lograron darle más acceso a él para penetrarla, y lo impulsaron para entrar más hondo. Eso a él le encantó, sentía como la vagina de ella lo ordeñaba con desesperación, y eso lo hacía estar al borde, pero jamás terminaba tan rápido, siempre se tomaba su tiempo, después de todo, tenía mucha resistencia y amaba que la vagina de ella recibiera su polla como si hubiera nacido para cobijarla, el calor que sentía con ella jamás lo había sentido con ninguna otra sumisa.
-Eres perfecta... Vamos montame- en un rápido movimiento la dejó a ella arriba, y Alleia se movió como sabía que a él le gustaba, hasta que el no soportó más y se dejó venir dentro de la chica. Ella recibió con un gemido agudo la semilla de él, mientras explotaba en un orgasmo abrazador que la dejó casi desmayada. Pero el pese a haberse corrido, seguía envistiéndola, y ella volvió a correrse junto con el esta vez.
-Si crees que hemos terminado, estas muy equivocada belleza, sabes que tengo mucha resistencia, y puedo durar toda la noche si me lo propongo. Y se que a ti te gusta- la volteó y la dejó en cuatro.
-Así es como se debe ver una perra como tu- le dijo el- dispuesta, para ser penetrada- se acomodó en su entrada trasera, y la penetró fuertemente, ella gritó de dolor.
-¿Te gusta duro, no?
-Si- gimió ella, mientras lo recibía una y otra vez. El no podía tener suficiente de ella, la agarró del cabello y la tiró hacia atrás, haciendo que se arqueara y se viera más sexy al ser penetrada.
- Amo follarte, cualquiera de tus entradas me fascina. Se que lo sabes, te lo demuestro cada vez que me hundo dentro de ti.
-Amo, por favor... - Ella suplicó, se sentía al borde del desmayo, el la tomó un par de veces más y luego se salió de ella, sólo para tomarla de la mano y llevarla a su sala de juegos y activar los espejos que tenía, para que ella viera como la follaba.
La puso en cuatro sobre el piso y la penetró por detrás sin previo aviso, ella gimió de dolor, y el sonrió, le encantaba tomarla desprevenida.
-Vas a correrte mientras te la meto por detrás, te correras como la puta que eres Alleia- aseguró y la envistió sin piedad.
Ella gritó.
-Me encanta ver como mi pene se pierde dentro de ti, dentro de este hermoso culito que tienes-le decía al oído- eres tan estrecha, te la he metido cada día desde que llegaste, y sigues siendo tan estrecha, creo que mi amigo Damon no te aprovechó lo suficiente, después de todo cuando llegaste tu culito era casi virgen aún ¿no? Cuantas veces te folló por ahí, una?
Ella solo podía gemir. El placer que el le daba era sorprendente.
El entraba y salía de ella con furia. Una y otra vez, era tan grande que sentía cada centímetro entrar y salir de ella.
-Ah...- se quejaba ella.
Hasta que finalmente ambos se dejaron ir, y cayeron sobre el suelo respirando agitadamente. El se quedó dentro de ella, quería que ella lo cobijara un momento más y sobre todo que no desperdiciara ni un poco de su semen.
-Eres hermosa- el le dijo cuando ya estuvieron más calmados- realmente eres muy hermosa. Sin maquillaje, sin todo lo que antes te hechabas, aún sigues siendo una mujer bella. Y follas de maravilla.
-Señor...
El se salió de ella.
-Chupamela, limpia mi polla belleza. Después de todo eso es lo que más te gusta no? Tener mi pene entre tus labios, y tomarte mi leche calentita, luego de que te la he metido- el siempre la humillaba así luego de tener relaciones con ella- vamos quiero ver esa linda boquita abierta, lista para recibir mi leche.
Ella abrió la boca y apenas lo hizo el se la metió, la agarró del pelo y la folló salvajemente, hasta el fondo. Todo su pene desaparecía dentro de la boca de Alleia, y eso a él le encantaba. Cuando se corrió ella se tragó todo su semen, y lo que se le resbaló por los lados, se lo quitó con los dedos y lo lamió.
-Así me gusta Alleia. Que te comportes como una puta. Porque eso eres. Mi putita complaciente.
Alleia no lo soportó más y rompió en llanto, un llanto desgarrador que el no entendió. La miró desconcertado, y luego al ver que ella prácticamente se ahogaba con sus sollozos , se preocupó.
-Alleia.
Ella no podía más, se sentía sucia, asquerosa, miserable. No quería esa vida. Con Damon muchas veces se imaginó una vida diferente, después de todo era una chica decente. Quería una familia con Damon, una casa grande, donde todo estuviera lleno de amor, paz y tranquilidad. No pedía más que eso.
Y ahora aquí estaba con un hombre que no la amaba, y que estaba segura que ella jamás amaría tampoco. Estaba con un hombre que la trataba como un juguete, peor que basura, que la trataba de puta, y demás cosas que le desagradaban y la hacían sentir como la peor escoria del mundo .
-Alleia... ¿que te pasa?
Ella no podía parar de llorar, su dolor se estaba externalizando por fin después de dos años y no podía parar, le dolía el corazón, le dolía todo el cuerpo, era tanto el dolor que sentía y tanto el odio que había albergado alrededor de si misma, para si misma que apenas podía respirar. Se estaba ahogando.
Aydan no sabía que hacer... Alleia se estaba quebrando frente a él, estaba rompiéndose de forma irremediable, y no sabía qué hacer exactamente.
En su desesperación sacó su móvil y llamó a Damon, que era el único que probablemente podría ayudarlo, pues él la conocía mejor. Pero este al escucharlo, le cortó la llamada.
Aydan se estaba volviendo loco con los llantos desesperados de Alleia. No encontró mejor manera de ayudarla que darle una fuerte cachetada.
Ella se detuvo, por unos segundos. Y luego,
-Lo odio- gritó con rabia. No sabía de dónde había sacado esa valentía para decir aquello, pero ya que había empezado no pensaba parar- , lo odio, odio todo esto, me odio a mi misma por aceptarlo, odio ser una sumisa, odio esta vida. Odio tener sexo con usted y que mi cuerpo reaccione en contra de mi voluntad. Odio esta situación- estalló, y más lágrimas comenzaron a resbalar por sus ojos- odio llamar Amo, a alguien a quien apenas conozco y que solo le gusta provocarme dolor. Odio haberme enamorado de Damon, yo...yo...yo siempre estuve ahí para el, incluso cuando Leyla lo rechazó a los 14 años, y lo destrozó, yo acepté su amor, acepté su corazón y lo protegí, yo lo contuve, lo ayudé a salir de ese pozo de dolor, yo estuve siempre, ¿Por qué me hizo esto?, ¿por qué ? , ¿porque rechazó mi amor y aceptó el de ella? , ¿por que? ... yo lo amaba con todo y sus defectos desde la primera vez que lo vi, yo, le di mi corazón, y el lo rompió, porque- mientras ella gritaba y se descargaba de todo lo que sentía, las paredes y las cosas alrededor comenzaban a moverse, pero ella no era consciente de eso-¿porque me dañó así?Yo nunca quise dañarlo a propósito, solo quería demostrarle que podía ser mejor que ella, nunca mandé a mis amigos a que la violaran, ella mintió, si la secuestraron pero era para advertirle que no se metiera más conmigo, nunca imagine que ella estaría embarazada, y que perdería a su bebé por eso. No lo sabía, no lo sabía- las lágrimas desesperadas empañaban sus ojos- Odio esta vida, la odio, odio sentir lo que siento, me siento tan sucia, tan... Tan asquerosa, odio verme cada día al espejo, y ver que la persona que me devuelve la mirada sea otra, no yo...Demonios, yo, yo... Fui tan tonta, creí... Creí que... El sentía aunque fuera un poco de amor por mí... creí... - apenas veía al hombre que intentaba ayudarla, mientras caía al suelo-creí que el jamás sería capaz de hacerme tanto daño...yo no soy una mala persona, no lo soy ¿Porqué me sucede todo esto a mí? ¿Por qué me duele tanto? Ya no quiero vivir, ya no quiero, duele demasiado...- terminó diciendo casi en un susurro, mientras el mundo le daba vueltas y finalmente sus ojos se cerraban.
A su alrededor todo se calmó. Las cosas dejaron de moverse y Aydan por fin pudo soltar el aire que estaba conteniendo.
Más tarde cuando Alleia despertó lo primero que vió fue la cara de su dueño que estaba frente a ella. El estaba a su lado durmiendo, y la tenía abrazada de la cintura, de forma posesiva. Cuando la sintió moverse abrió los ojos y en silencio la quedó mirando de forma extraña. Ella sintió una sensación rara cuando el la miró de aquella forma.
Era como si por primera vez la estuviera viendo, y le sorprendiera darse cuenta de algo que no había notado antes.
-Te liberaré- dijo tocándole la mejilla con ternura, ella sólo lo observó, pensó en su interior que el estaba jugando con ella- te permitiré ser libre.
-¿Habla en serio?- ella preguntó tímidamente, deseando que aquello fuera verdad, mientras una lágrima de emoción caía por su mejilla.
-Hablo en serio. Voy a liberarte. Dejaré que te vayas. Pero debes darme tiempo para poder hacerlo. Sabes que eres mía por medio de un contrato indefinido- ella asintió, decepcionada, no podía ser real algo tan perfecto- Ese contrato no se puede romper tan fácilmente, lo sabes, y no estarás segura allá afuera sin mi.
-¿Seguiré perteneciéndole aún cuando me deje ir?
-Así es. Si quieres ser libre, tiene que ser conmigo a tu lado.
-Eso no es libertad. Seguiré siendo su esclava.
-Serás mi esposa. Mi chica. Ya no más mi esclava. Ya no más mi sumisa. Ya no tendrás que llamarme señor, o amo, podrás llamarme por mi nombre.
-Yo... ¿Esto es es una broma verdad? Damon le pidió que hiciera esto para ver mi reacción y luego burlarse de mi junto con Leyla ¿no?- Alleia no podía creer como había caído tan fácilmente en aquella trampa, aquello seguro era un truco para ver que tan ansiosa seguía por querer escapar de aquel destino.
-Ellos no tienen idea de esto Alleia. Ellos no saben nada de nosotros desde hace un par de meses. No les he seguido enviando videos...
-Pero...
-Ahora me perteneces, ellos ya no pueden interferir en nuestra vida. Ya no tienen derecho sobre tí, sólo yo. Hace un año, me pidieron que te asesinara, y les dije hace unos meses atrás, que lo hice... Que se me había pasado la mano contigo en uno de los tantos castigos que te impongo por querer escapar, y te había tirado al mar, en una bolsa, y que nadie sabría nada de ti nunca más.
-Mis hermanas...
-Ellas están bien, Damon las quiso subastar luego de enterarse de que estabas muerta, pero yo se lo impedí, le dije que me las vendiera a mí. Que como ya no te tenía, iba a necesitar chicas nuevas para torturar. El no dudó en entregármelas gratis.
-Maldito...- murmuró Alleia- Maldito sea- Sentía como su odio hacia Damon Donovan crecía poco a poco.
-Son unas chicas hermosas. No he permitído que nadie las toque, están resguardadas por mis mejores guardias.
-¿Puedo verlas?
-No aún belleza. Todo a su tiempo. Conformate con saber que están bien. Mientras estén bajo mi protección, ellas estarán a salvo de cualquiera que las quiera dañar, incluso Donovan no podrá tocarlas aunque quiera. Cometió un error al entregarmelas...
No, esto no es real. Esto no es real. Su mente le gritaba, no es real... despierta.
Hasta que de pronto despertó... Era de noche, estaban las luces apagadas, en su velador apenas alumbraba una vela que ya estaba por acabarse. Estaba en el calabozo donde siempre la dejaban cuando estaba castigada.
Lágrimas comenzaron a caer de su hermoso rostro, creía que ya no tenía esperanzas, pero siempre descubría que algo quedaba, y se sentía tan tonta.
Iba perdiendo cada día sus esperanzas y su fe... Pedazo por pedazo se la arrancaban los sueños que solía tener.
Jamás saldría de ahí. Estaba condenada, incluso si salía, si algún día era libre, ella no viviría. Estaba demasiado destrozada y agotada de la vida, como para querer seguir adelante. Sólo le pediría perdón a los que amaba, y acabaría con todo su sufrimiento.
Nadie jamás comprendería la carga que tenía, y lo realmente sucia que se sentía... Nadie jamás entendería su dolor. Porque estaba segura, nadie estaba tan hundida como ella en un pozo de sufrimiento.
Su voluntad, su orgullo, su bondad, habían sido mancilladas sin contemplación por el hombre que más creyó amar, el le había quitado todo, y la había reducido a lo que era ahora, una chica sin voluntad que simplemente vivía para complacer a un hombre que no amaba.
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UN POZO DE DOLOR
RastgeleBIENVENIDOS/AS A LA PRIMERA HISTORIA QUE HICE. LA HISTORIA QUE MÁS ME COSTÓ ESCRIBIR PORQUE ES ALGO FUERTE Y DURA. ESTÁ TERMINADA. (O ESO CREO) ESPERO LES GUSTE. AUNQUE SEGURO LA ODIARÁN UN POCO. NO ESTABA SEGURA, PERO AL FINAL DECIDÍ COMPARTIRLA C...