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Ocho años

―Señora Shin, por favor tome asiento ―indicó el Sr. Kim, profesor de segundo grado de las gemelas, mientras se sentaba en su escritorio.

Hari hizo un ligero gesto de desagrado al ser llamada Sra. Shin; el divorcio había finalizado meses atrás, pero no dijo nada. Estaba cansada de explicarse ella misma y su situación a extraños

―Supongo que se estará preguntando por qué le pedí que viniera hoy ―dijo el profesor Kim.

―Espero que no sea algo muy malo ―respondió Hari, estrujando sus manos.

El profesor sonrió y aseguró:

―Usted tiene dos hijas brillantes y especiales.

Ella suspiró en alivio.

―Gracias, pero no creo que eso sea lo que quiera decirme.

―Yuna y Ryujin están rindiendo, académicamente, muy bien para su edad. Es la parte social en la que estoy un tanto preocupado. ¿Ha notado que tienden a estar un poco... demasiado unidas?

―Sí, son muy cercanas; siempre lo han sido ―contestó Hari —, ¿eso es un problema?

―Creo que es maravilloso que trabajen tan bien juntas y se lleven bien. Pero ellas no están interactuando con los demás, y usted sabe que los niños pueden ser crueles.

ㅡ ¿Están molestando a alguna de mis hijas? ―preguntó Hari ㅡ ¿A Yuna?

―No, nada de eso. Son los otros niños los que no entienden la relación especial de las hermanas.

ㅡ ¿Especial? No estoy segura de entender qué quiere decir con eso ―Hari pensó en todas las veces que atrapó a Yuna y Ryujin sentadas en la oscuridad; y en la vez que las vio besándose. Su estómago se revolvió.

―Se toman de la mano, por ejemplo ―respondió el señor Kimㅡ, en sí es normal, muy lindo, pero los niños del salón...

―Oh ㅡdijo Hari, parpadeando ㅡ. No estaba advertida de que estaban atrayendo la atención.

―Por favor, difícilmente es algo que perturbe la clase. Estoy más preocupado por los sentimientos y bienestar de sus hijas. No quiero ser molesto, pero...

―Estoy feliz de que me llamara ―interrumpió suspirando, Hari ㅡ. Sin hacer darle muchos detalles, quiero decirle que ha habido algunos problemas en casa.

ㅡ¿Sí?

Hari frunció el ceño.

―El divorcio fue difícil para ellas, nunca quise que su comportamiento se volviera extraño.

―Yo tampoco ―el profesor se detuvo, y un silencio incómodo siguió.

―Voy a hablar con ellas ―dijo Hari, tratando de controlar las sensaciones de su estómago ㅡ. Tal vez puedan... expresarse solo en la casa.

El señor Kim asintió.

―No quiero que sean blancos de nada.

ㅡ ¿Qué más hacen aparte de tomarse de la mano? ―preguntó Hari.

―Bueno... ―murmuró en respuesta y bajó la mirada ―Supongo que más que todo es la forma en la que se miran, como si solo existiera la una para la otra; que se tomen de la mano es la única cosa física.

Hari se sintió aliviada.

―Voy a hablar con ellas ―repitió.

―Está bien. Creo que hemos terminado, a menos que tenga alguna otra pregunta de lo que están haciendo.

don't tell mom ; 2shinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora