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—Tú dijiste que lo hiciera —fue lo primero que Ryujin dijo cuando por fin se encontró a solas con Yuna. Estaban en la habitación de hotel que ambas compartían, así que iban a tener que hablar tarde o temprano.

—Esto no es como imaginaba que sucedería —contestó  Yuna sentada en su cama, sin mirar hacia su hermana —. Pensé que hablarías conmigo primero, que esperarías. No sabía que estabas tan deseosa de... de...

—Yun, Dios —dijo, sacudiendo su cabeza. Sus temores azotaban a través de sus labios y dio tentativamente un paso hacia la otra chica —. No estaba ansiosa... fue un accidente, en verdad, y ni siquiera me gustó.

—No me mientas —respondió Yuna —, puede gustarte. Es sexo, solo no mientas. Pensé que me lo dirías, que decidiríamos juntas quién sería. Pensé que yo sabría, no creí que iba a ser echada de mi propia habitación toda la noche mientras tú te follabas a alguien.

Recién entonces Yuna la miró, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. Todo el enojo y la molestia que Ryujin sentía se evaporó.

Cayó de rodillas frente a Yuna y se abrazó a sus piernas. Yuna intentó alejarla, pero se acercó aún más a ella.

—Lo siento, lo siento tanto —dijo —. No pensé y no significó nada para mí, yo sólo... ni siquiera podía hacerlo bien, lo juro.

El corazón de Yuna se encogió ante la visión, Ryujin estaba casi llorando con los ojos aguados, respiraba pesadamente tomando grandes bocanadas de aire.
Colocó una mano sobre su cabeza y acarició su pelo una vez.

—Sólo desearía que...

—Lo sé, lo sé.

—No —dijo Yuna, negando con la cabeza —, no sabes. Supongo que no importa de todos modos.

—Yun, no...

Yuna frunció el ceño dando un paso hacia atrás, liberándose de Ryujin.

—¿Puedo confiar en ti?

Ryujin ensanchó los ojos y le miró.

—¿Piensas que no puedes?

Yuna encogió un hombro lentamente.

—No puedo creer que hiciste esto, Jinnie.

Ryujin dejó salir un suspiro entrecortado y se sentó en el suelo, acercando sus rodillas a su pecho. Se sentía entumecida, estúpida y agotada. La forma como Yuna la miraba era algo que no podía manejar, y sintió miedo de ello.

—Estaba confundida, pensé que quizá estaba haciendo lo que querías —dijo Ryujin, limpiando sus ojos —, que querías que lo hiciera.

Yuna suspiró y avanzó lentamente fuera de la cama. Se sentó a su lado y se inclinó contra su hombro.

—No quiero pelear, pero me siento herida. Supongo que... no estaba preparada para esto. Pensé que podría soportarlo, que sería... no sé, que lo planearíamos juntas. Tú y yo, igual que siempre.

Ryujin asintió y apretó su rostro contra el cuello de Yuna.

—Nunca te haré daño de esta forma otra vez. No sé qué debemos hacer.

Yuna acarició su cabello y le silenció gentilmente.

—Lo hiciste por nosotras, ¿verdad?

—Sí. No podía solamente...

—Bueno —dijo Yuna —, muy bien. Entonces eso es todo. Lo hiciste por nosotras, no estoy molesta. Hemos tenido novios antes, incluso has dormido con hombres antes, esto es como todo aquello.

don't tell mom ; 2shinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora