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Yuna arqueó su espalda mientras Ryujin lamía su cuello. Su hermana saboreó su sudor, fue por sus labios, lamiéndolos, presionando su boca al ras de la piel caliente. Yuna maulló, alargando sus piernas y poniéndose rígida bajo su toque. Le clavó las uñas en la espalda y presionó, haciendo que ella jadeara.

—Lo siento... —suspiró Yuna, cerrando los ojos y enterrando su cara en el pecho de su hermana —Lo siento, lo siento... Oh, Dios, Ryujin —movió la cabeza y espiró, el aire caliente tocando el cuello contrario.

—No lo hagas —murmuró Ryujin. Jaló a Yuna hacia delante, a su regazo y amasó la carne de su espalda — ¿Se siente bien?

—Mmm... —fue todo lo que pudo decir. Sus centros se deslizaron juntos y Yuna abrió los muslos, sintiendo un frío viento contra este —Oh...

Ryujin se empujó hacia arriba, justo entre las piernas de Yuna, su sexo resbalándose justo para presionar contra la entrada. La menor chilló y tembló en los brazos de Ryujin.

—Oh, no, Jinnie... —suspiró —No... ugh... ahí.

Ryujin sonrió y lo hizo de nuevo; Yuna sollozó en evidente placer.

—Puedo sentir que tan caliente estás ahí —jadeó Ryujin —Dentro.

—Mierda, mierda.

Se movió en el regazo de la otra, dejando que la provocara. El sexo de su hermana estaba caliente y muy húmedo, y Ryujin se movió contra ella una y otra vez. Yuna pensó, incluso, que sus dedos fácilmente podían deslizarse dentro.

—Quiero estar ahí dentro algún día —dijo Ryujin. Besó el cuello de Yuna y se empujó lo suficientemente fuerte para que ambas lloriquearan un poco alto. Ryujin juntó sus bocas e hizo que Yuna se echara de espalda —. Shhh...

—Ryu... —dijo Yuna en un quejido una y otra vez —Ryujin, Jinnie...

Ryujin acarició sus muslos y presionó un pulgar en su entrada. Yuna tensó sus piernas y las apretó alrededor de su hermana, haciendo que gimiera. Yuna estaba actuando como si fuera sexo, sexo real. No sexo de mentira. Ryujin le miró fijamente y soltó un sonido de frustración.

—Yuna... —susurró.

— ¿Sí? —relajó su cuello y apoyó pesadamente su cabeza contra el colchón —Sí...

—Vamos... —Ryujin posó su mano en el abdomen de la menor, bajando esta de forma lenta, acariciando la tibia piel bajo su tacto —Solo hay que hacerlo.

Yuna levantó la mirada con los ojos muy abiertos.

— ¿Quieres... hacerlo? —se retorció, alejando la mano escurridiza de la mayor —No toques cerca de ahí, es muy...

—Muy caliente —terminó Ryujin, volviendo a colocar su mano en el abdomen de la contraria (un
poco más abajo esta vez) —. Vamos, está bien. Te amo y quiero tocar dentro de ti.

Yuna chilló.

— ¿Cómo sabes que no es tan asqueroso?

—No lo sé —contestó Ryujin, con honestidad —, pero luce bien.

— ¿Luce? —Yuna se sonrojó mucho y sus orejas ardieron.

—Sí —Ryujin jugó un poco con el elástico de la ropa interior. Finalmente deslizándose dentro y tocando la feminidad de la menor con su dedo índice —. Puedo ver todo.

Yuna tembló y trató de apartarse pero no la dejó, Ryujin mantenía un agarre fuerte sobre ella.

—Nayu, ¿no quieres? —el dedo de Ryujin avanzó, apenas tocando el cuerpo que tenía debajo — ¿Duele?

don't tell mom ; 2shinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora