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Nota: Volví después de un hiatus con este capítulo bastante largo. Disfruten bastante el inicio antes de leer el final, lo recomiendo 😵‍💫

Dieciséis años, Born To Be Tour

Ryujin apartó la cortina hacia un lado y los ojos de Yuna parpadearon. Miró a su hermana escabullirse en su litera y gruñó con suavidad.

—Ryu, no... —dijo con somnolencia. Se sentó y Ryujin se puso encima de ella, empujándola contra el colchón. Ryujin estaba tibia y olía a casa. Yuna no pudo apartarle —. Ryu, ¿qué estás haciendo?

—Silencio —contestó Ryujin y dejó caer su cuerpo, cubriendo el de Yuna. Bajó la cabeza y besó todo el cuello de la menor, suspirando y presionando sus cuerpos juntos —, por favor —susurró.

La boca de Ryujin se abrió, caliente y húmeda contra la garganta de Yuna y ambas jadearon.

—Prometimos que no íbamos a hacer eso —recordó Yuna, arreglándoselas para hablar —. No en el bus, es muy peligroso.

—No puedo —dijo Ryujin —. Sólo déjame... olerte.

Yuna sonrió y sintió que los dedos de sus pies se encogían.

—Ha pasado mucho tiempo, Jinnie. Voy a hacer algo malo... realmente deberías irte. Anda a dormir.

—No puedo hacerlo, ¿has escuchado a Jisu? Ronca muy alto —respondió, lamiendo el cuello de Yuna y juntando sus manos —. Suena como si estuviera... no sé, muriendo.

—Mm... —dijo Yuna, moviendo su cabeza y juntando sus labios. Se besaron con lentitud, explorando el cuerpo de la otra con sus dedos, con sus manos. La rubia suspiró ruidosamente y un pequeño gemido escapó de sus labios —Oh, Dios.

—Shh.

Ryujin presionó sus cuerpos, juntando las crecientes excitaciones. Se sentía muy cálido, mucho más de lo que se sentía en su litera. La vida en el bus era nada en comparación a casa. Ryujin extrañaba su cama, extrañaba su habitación.

Extrañaba a Yuna en su cama, en su habitación. Cogió el mentón de la menor y empujó su lengua dentro su boca, lamiendo el borde de su labio y detrás de los dientes. Yuna sonrió y luego gruñó.

—Dios, Ryujinie, me estás poniendo tan... tan jodidamente... —Yuna jadeó y abrazó con firmeza a Ryujin —. Me alegra que hayas venido, estaba congelándome.

—No estabas así, no mientas —dijo Ryujin, sonriendo.

—Está bien, estaba muy excitada.

—¿Ah, sí?

Yuna tornó los ojos y empujó a su hermana.

—En serio, no podemos de todas formas.

Ryujin arrastró sus dedos por el cuerpo de Yuna, sintiendo la piel suave y los músculos de su estómago y de sus muslos. No habían estado juntas, realmente juntas en más de una semana y Ryujin estaba volviéndose loca. Quería tenerla encima suyo.

Tocó a Yuna sobre las bragas y dijo, sonriendo:

—Sólo un beso, eso es todo lo que quiero.

—Sí, claro —dijo Yuna, arqueando su espalda ante el toque. Ryujin le acarició con más fuerza y ella suspiró —. Está bien, sólo un beso.

—Mmm... —Ryujin besó la barbilla de Yuna y subió hacia los labios, lamiendo el piercing —Sabes que voy a necesitar más de uno.

Yuna hubiera reído y asentido, pero la boca de Ryujin estaba en la suya antes de que siquiera pudiera pensar. Sus bocas se abrieron y sus lenguas se encontraron; se movieron en la cama. Esa era una pendiente resbaladiza, ambas lo sabían. Una vez que habían empezado a besarse era difícil detenerse.

don't tell mom ; 2shinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora