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Catorce años

Ryujin estaba mirando fijamente sus manos mientras la mesera parada a lado de la mesa esperaba la orden. El hombre que estaba al frente suyo se aclaró la garganta y Ryujin gruñó.

—Ryujin —dijo el hombre, impaciente.

—No tengo hambre —contestó mirando a la mesera —, nada para mí.

—Shin Ryujin —djo el hombre de nuevo. Volvió la vista a la chica y suspiró —. Para ella una hamburguesa con queso y papas fritas.

La mesera asintió y escribió la orden.

— ¿Eso es todo?

—Sí —replicó la menor hurañamente, mirando la mesa de nuevo.

—Gracias —dijo el hombre y la mesera se alejó —Ryujin...

— ¿Qué, papá? —murmuró. Las luces fluorescentes del pequeño restaurante hacían zumbido aburrido y su boca se sentía seca como papel —Realmente no tengo hambre.

—Trata de pasarla bien —dijo su padre, inclinándose —No te veo a menudo.

—Lo sé.

Un silencio incómodo se situó entre ambos. Ryujin no tenía nada que decirle a Hyunjoon.

—Luces bien —dijo Hyunjoon finalmente.

Ryujin asintió mientras rompía una servilleta.

—Bueno, excepto el cabello.

— ¿Qué hay de malo? —murmuró Ryujin. Sabía lo que estaba viniendo; cada maldita vez su padre decía algo malo sobre ella. Ya sea si estaba un poco pasada de peso, si su cara se veía hinchada. Todo, absolutamente todo. En su cabello, simplemente se había teñido algunos mechones rosas al rededor de su cuello y Hyunjoon simplemente no podía aceptarlo.

—Tu madre debería cortarte esas mechas —dijo Hyunjoon —, pero luces bien. Estás creciendo.

—Um. Gracias.

A ella sinceramente le valía una mierda lo que su padre pensara. Las gemelas lo habían comenzado a ver unos meses antes, y eso nada más por obligación de Hari. No habían estado con su padre por años, no desde el divorcio.

— ¿Cómo está Yuna? Ya no está usando maquillaje ni ese piercing, ¿no? ¿Por qué su madre le permite eso si apenas tiene catorce?

Ryujin suspiró.

—A ella no le importa. A mí no me importa. Yuna solo es Yuna.

—Espero que se le quite rápido —dijo Hyunjoon con desaprobación.

—Yuna puede hacer lo que quiera. Usar maquillaje y tener un piercing no es malo tampoco.

Hyunjoon hizo una mueca.

—Hace pensar de determinado modo. ¿Qué crees que opina la gente?

—Yuna está bien, y apuesto a que otras personas piensan igual que yo —dijo Ryujin exasperada.

—Qué mal que no haya podido venir esta noche.

—Una jodida lástima.

—Ryujin... —dijo Hyunjoon con severidad.

La camarera apareció con sus bebidas y Ryujin comenzó a sorber su Coca-Cola.

— ¿Yuna va a estar bien? También estaba enferma la última vez que fui a recogerlas.

Ryujin quiso reír. Su hermana no estaba enferma, solo era buena pretendiendo estarlo cuando quería evadirse de algo; y Yuna no quería ver a su padre, la noche anterior se había deshecho en lágrimas ante el pensamiento. Ryujin lo recordó y sus puños se apretaron. Odió a su papá.

don't tell mom ; 2shinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora