CAPÍTULO 18

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- Ya no soporto el dolor de cabeza - escucho quejarse a Tulsi - ¿siquiera estamos cerca?

- Van rápido, pero ya las vimos hace un rato - responde Kai - la niebla no ayuda en nada.

Hago una seña a Bree, que sube por la red sigilosamente detrás de mí, con la daga entre los dientes y la última lanceta paralizadora en la mano derecha.

Asomo la cabeza por la borda y veo a los tres al lado del timón que maneja Kai, buscando nuestro barco con presteza, sin sospechar que estamos detrás de ellos, ancladas a su propia nave.

Observo a Kai, la línea de sus hombros y como se ondula su cabello castaño por la humedad del mar, sus brazos llenos de cortes y cicatrices; muchas por las peleas en los Juegos, muchas por nuestras estúpidas aventuras en las costas del Distrito 4, y me pregunto si seguirá con el juego del niño bueno e inocente, aunque lo dudo. Después de hacer semejante barbaridad con Aliry, ya nadie puede creerle.

Evander deja la cubierta y se dirige hacia las bodegas. Es el momento.

Para aumentar nuestra suerte, Tulsi aprovecha la ausencia de Evander y atrae a Kai hacia sí, besándolo.

Le hago otra seña a Bree mientras subo al barco tan silenciosamente como puedo, pero temo que Kai y Tulsi puedan escuchar los latidos de mi corazón. Me arrastro hasta la trampilla por la que desapareció Evander, la cierro y la aseguro con un solo movimiento.

- Tenemos compañía - escucho el tono hastiado de Tulsi, advertida por el ruido de la trampilla.

- Neri - no sabría como descifrar el tono de Kai, o la expresión en su rostro. Quizá simplemente ya no lo entiendo en absoluto - ¿qué crees que estás haciendo?

- No venimos por ti Kai - advierto con la voz más quebrada de lo que me hubiera gustado - aunque seguramente eres tan culpable como tu novia de lo que le hicieron a Aliry.

- Pero yo... - Kai se gira hacia Tulsi, como si no supiera de qué estoy hablando, finalmente suspira y se vuelve a mí - sabía que irían a matar a la niña, pero yo no participé de esa muerte.

Se acerca a mí lentamente, nunca me lo hubiera imaginado, pero sus ojos color miel adquieren un matiz oscuro impropio de él, como los de un tiburón acechando a su presa.

- No sé si creerte.

- Pues vas a tener que hacerlo - me interrumpe sin dejar de aproximarse - porque no tienes ningún otro lado a dónde ir. Tu amiguita se fue y no creo que puedas dormir tranquila en el mismo barco que Bree ¿o sí?

Suelta un suspiro exasperado, como si estuviera reprendiéndome después de hacer alguna travesura. Su expresión de absoluto control me pone los dedos de punta; es bueno en esto, me siento intimidada con tan solo su mirada.

- Desde el inicio de los Juegos te he cuidado, Neri. No sé por qué te portas rara de repente - pretende tomar mi rostro entre sus manos, pero me aparto con rapidez.

- No me toques.

- ¿Por qué estás tan asustada? Cuéntame que pasa contigo - intenta tomarme por los hombros y me cuesta deshacerme de su cercanía. No había confiado en él desde que comenzaron los Juegos, pero ahora su sola presencia me causaba rechazo, me sentía en peligro.

- No estoy asustada, Kai. Estoy harta de tus juegos - mi tono es tan cortante que su mirada deja esa amabilidad fingida por unos momentos - ya no sé quién mató a quién ni por qué, solo sé que quiero irme a casa.

Miro por encima de su hombro y finalmente veo a Bree emergiendo por la borda, armada con el cuchillo y la lanceta. Antes de que pueda hacer nada, Tulsi la sujeta, y la obliga a soltar sus armas.

EL MENTOR | Los Juegos Del Hambre // ( COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora