Just for you.

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—¿Ya comiste?— alce la cabeza viendo como Ryujin se asomaba por la puerta del cuarto.

—Si, lo acabo de hacer— respondí acomodando a Niki para que eructara.

Ella no respondió nada, solo se adentro.
Los días habían pasado demasiado rápido desde mi punto de vista. Niki era muy tranquilo y apegado a mí.
Probablemente heredará el carácter de su papá.

—¿Te has sentido bien en estos días? Porque todos estamos sorprendidos de que los dos avancen bien a pesar de lo que estuvieron atenidos— hablo después de unos minutos y una vez que Niki empezó otra de sus tantas siestas.

—Es por mis genes y la manera en que lleve a un cachorro con la sangre Hwang en sus venas— dije depositando a mi bebé en su cuna y arropandolo.

—Para ser mamá primeriza parecer tener experiencia.

—Es el instinto materno...— hice una pausa contemplándolo — además de que no se cuánto tiempo más lo podré tener entre mis brazos...

(...)

Me levanté alterada cuando pude identificar mucho alboroto en algún lugar de la casa.
La puerta fue abierta de golpe entrando por ella Félix y Ryujin al mismo tiempo.
Se dirigieron a velocidad de rayo a la cuna de dónde agarraron a Niki.

—¡Vaya! ¡su alteza!

Mi corazón se paró por un momento.

—¡Realmente la trataron bien aquí! ¡Hasta está descansando! ¡Una disculpa si la desperté de su linda siesta! ¡Pero ya es hora de irnos!— Yoshua me miró, pero después frunció el ceño mirando hacia la dirección donde tenían a mi bebé.

—¿Que hace ese bebé aquí? ¿De quien es?

Estaba segura de que mi sangre había dejado de circular por todo mi cuerpo.

—Es nuestro — todos volteamos de golpe a ver a Félix quien mecía a Niki y acariciaba su cabecita.— es mío y de... Ryujin.

—mhg— entrecerró los ojos — ¿En qué momento ustedes dos se tiraron? ¿no que son... archienemigos o algo así?

—Las personas cambian Yoshua — Ryujin lo miro con ojos fríos y voz segura — nuestros pensamientos y acciones suelen cambiar con el tiempo, y los sentimientos también...

—Ok, ya entendí, demasiada cursilería — hizo una mueca — como sea, tenemos que llevarnos a "su alteza" porque Hiro ya la solicita. Han pasado muchas cosas en estos días...

—No...— susurré mirando hacia Niki quién empezaba a abrir sus ojos.

—¡Rápido! ¡no tenemos todo el día!

Dos mujeres totalmente desconocidas aparecieron y me agarraron para llevarme hacia afuera.
Antes de salir mire hacia atrás con pequeña lágrimas acumulándose en mis ojos.

—Mi bebé...

En ese momento él empezó a llorar, rompiendo mi corazón.

(...)

Todo el tiempo tuve mi cabeza escondida entre mis piernas mientras iba en el carruaje. Agradecía estar completamente sola, el movimiento era lo único que me acompañaba.

Mi loba aullaba y yo misma sentía como otra parte de mi había sido arrebatada. Hyunjin y Niki son lo más importante que tengo en este mundo.

—¿Porque?— sollozaba.

Estaba temblando y las lágrimas seguían cayendo como ríos por mis ojos.

Era consciente de que esto pasaría en cualquier momento, pero no pensé que iba a ser tan difícil.
Solo me quedaba la pequeña esperanza de que una vez que lo llevarán hasta Hyunjin estaría en mejores manos.

(...)

Parecieron horas hasta que el carruaje se detuvo. Baje en silencio encontrando frente a mí lo que parecía ser una réplica de la anterior mansión en la que estuve.

—Hiro te espera, así que te prepararemos, después de todo tiene un dato interesante que darte.— volvieron a agarrarme y cuando estuve frente a la puerta de la casa me pusieron una venda para tapar mis ojos.

Durante las próximas horas solo sentí como me sumergieron me tallaron y me vistieron. Incluso mucho antes de venir había hallado la forma de tapar la marca que demostraba que yo era de Hyunjin. De esa manera no ocasionaría más problemas de los que pudieran acontecerme.

Me guiaron por un pasillo y pude percibir que ya era de noche. Se sintió como un déjà vu, en aquella ocasión cuando huí del reino Kang junto a Kazuha y me reencontré de una manera inesperada con Hyunjin.

Me quitaron la venda en cuando entré a otro lugar. Abrí mis ojos encontrándome con él de nuevo después de meses.
Su apariencia seguía siendo la misma, o solo tal vez en su mirada se veía un cambio drástico que reflejaba pura perversidad y maldad.

—Te has vuelto más hermosa desde la última vez que te vi— hasta podía sentir que su voz había cambiado— por el momento quiero olvidar los malos ratos de aquella ocasión, quiero vagar un poco antes de ir al punto...