Ambos son pertenecientes a un mundo ficticio y totalmente diferente al nuestro.
¿Magia? ¿Lobos?
Tal vez suene muy común y simple,pero no todos los universos son de color rosa.
Peleas, sangre y asesinatos son solo unas pocas cosas que suceden a su a...
Cuando hablas de un mundo ficticio algunas personas piensan que debe ser lo más emocionante que puede pasarte.
¿Una historia con final feliz? ¡Ja! Tal vez eso suceda en otro universo. Porque en este todo es completamente del lado contrario.
Aún cuando las nubes desaparecen y el cielo azul hace su presencia, la luna siempre me recuerda quien soy yo.
Desde mi nacimiento se marcó el principio de una historia con acontecimientos que marcarían tanto mi vida como la de los demás.
La paz nunca fue una opción en los reinos de alrededor.
-¿Tenías que traerme contigo?- rode los ojos y gire mi cabeza en dirección a mi media hermana.
Odiaba venir en carruaje en vez de estar en un caballo por el simple hecho de tener que traer a un acompañante en la "importante" reunión de todos los líderes de los territorios.
La regla era no ir solos, no tenía una pareja fija, pero para no traer a cualquiera decidí que Minji me acompañaría. Al ser mi media hermana era una ventaja para que no cuestionaran nuestra presencia.
-Es la absurda condición que el ministro puso para reunirnos.- respondí cruzando mis brazos y mirando hacia lo que la ventana reflejaba.
-¿Reunirse?- ella pregunto casi en burla- Creo que podrías ser más específico en decir que detrás de esa supuesta "reunión"- hizo comillas- está la firme decisión de destruir el reino Kang.
-¿Porque lo haría? Es un pueblo pequeño, que tiene un "Rey" como líder,al igual que los demás.- cuestioné.
- Porque eres alguien de corazón frío, y porque es parte del plan que Papá te ordeno para vengar a nuestros antepasados.
Sonreí a mis adentros. No era para nada mentira, Minji tuvo el privilegio de no tener sangre cien por ciento real y ser libre del derramamiento de sangre que tendría que hacer si fuera un híbrido.
Todos los reinos estamos en contra de los habitantes Kang. Hace varias décadas era un territorio igual de grande que el nuestro, ambos reinos vivían en comunión y paz.
Pero gracias a un triángulo amoroso entre el Rey Hwang y el Rey Kang por una Omega la guerra se desató. Obviamente los otros reinos estuvieron incluídos, hubo muchas muertes tanto de inocentes como de culpables.
Un día mi bisabuelo decidió tomar el control de la situación y exterminar la mayor parte de la población Kang. Lo logró,pero salió herido y después de su muerte los soldados Kang dieron un ataque sorpresa a la ciudad más pequeña del reino Hwang.
En realidad la lucha tiene varios siglos,y ninguno da su brazo a torcer. Es por eso que en mi sangre tengo marcado el destino de ellos.
Los inválidos no cuentan aquí, si dejas a unos cuantos vivos en unos años se multiplicarán de nuevo como abejas en el panal y volverán a hacer lo mismo.
-Supongo que se lo debo a papá ¿No? Al menos tu estás libre de ese destino- respondí.
-Soy cómplice de tus actos.
-Y aún así no te quejas.- a pesar de que lo único que nos diferencia es que no tenemos la misma madre, ella siempre es mi reflejo. Y no me importa,está expuesta a un mundo en el cual matas o te matan.
Ninguno hablo después de eso. Cerré mis ojos para al menos no tener que ver el ambiente de afuera,aunque la naturaleza misma le gritaba a mis oídos como yo era.
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