Jungkook.
El día pasaba a velocidad máxima. Era la primera vez en años que me sentía tan
obligado a estar en compañía de una persona tanto tiempo como pudiera, sin importar las ramificaciones.Y hubo ramificaciones.
Porque empecé a querer más. Mucho más. Más tiempo con él, más historias de él, más sonrisas y risas. Quería llevarlo a casa a mi apartamento y poco a poco desprender la ropa de su cuerpo, para que pudiera ver más de él. Probar más de él.
Ya sabía cómo era desnudo. Prácticamente había memorizado las fotos que me había
enviado cuando pensó que había estado enviando mensajes sexuales a su número
anónimo.Al salir del restaurante, adentrándonos en las frías calles de la ciudad, no podía sacar de mi mente la imagen de su mano envuelta alrededor de su polla, con la punta brillando con pre semen. Quería voltearme, presionarlo contra la pared del restaurante, y cerrar mi boca sobre la suya. Pero no pude. Porque yo era un maldito mentiroso, y como había aprendido en la cena, encontraba aborrecibles a los mentirosos.
Había dejado muy, demasiado claro que para él no había nada peor que alguien que
mentía y manipulaba para avanzar en su propia agenda, ya sea personal o de negocios. Y esa es exactamente la posición en la que me encuentro. Iba a tener que encontrar una manera de arreglarlo. Y lo haría, estaba seguro de ello. Es lo que hacía para vivir: solucionaba problemas. Pero eso vendría luego. Después de que finalizara el trato y no hubiera tanto en juego para ambos.Por ahora, quería disfrutar de este momento a solas con Yoongi en las calles de Seúl.
La noche estaba fresca, los viajeros caminaban apresuradamente con los cuellos subidos y los sombreros puestos. Pero no sentía el frío. No mientras Yoongi paseaba a mi lado.
-Cuéntame más sobre tu familia. -me aventuré a preguntar.
Hubo una larga pausa, y luego levantó un hombro.
-Ya sabes sobre mi madre; ella inventó la impresora médica.
Esperé a que dijera más, y cuando no lo hizo le pregunté:
-¿Son cercanos?
Otra pausa, como si estuviera eligiendo sus palabras cuidadosamente.
-Relativamente.
De nuevo su respuesta fue sucinta. Lo que me confundió. Sabía por nuestras conversaciones de texto que eran más que cercanos: Yoongi adoraba a su madre.
-¿La ves a menudo?
Ya sabía la respuesta. Me había dicho -o más bien, a Kookie- que cuando su madre se había enfermado, se había mudado al apartamento encima de su garaje para estar cerca y por lo tanto la veía casi todos los días. Si no es para una cita con el médico, era para dejar las compras o hacer mandados o simplemente para ver cómo estaba y pasar tiempo con ella.
Se encogió de hombros, con sus ojos pegados a la acera enfrente.
-Más o menos, supongo. Tan a menudo como se podría esperar viviendo en la misma pequeña ciudad.
Tuve que obligarme a seguir caminando cuando lo que quería hacer era agarrar su
brazo y tirar de él para que me mirara, obligarlo a reunirse con mis ojos, y decirme
lo que estaba pasando. No entendía por qué estaba siendo reticente. Había sido tan
abierto con Kookie sobre su relación con su madre, sobre las luchas que enfrentaba al
lidiar con su enfermedad. Pero cuando se trataba de compartir esos mismos sentimientos conmigo, con Jungkook, se callaba. Como si no confiara en mí.
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៹-•𝗜𝗡 𝗥𝗘𝗔𝗟 𝗟𝗜𝗙𝗘 [𝗞𝗢𝗢𝗞𝗚𝗜]
Fanfiction𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ׅ𓍻𓍹ׄ⭒ Luego de un par de copas encima Yoongi se había vuelto un poco salvaje, por lo que al volver a su habitación de hotel no duda mucho en mandar foto...