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Capitulo 4


Dalia

Es viernes y no se me ocurre mejor manera de pasar la tarde que con un libro de poesía, "Aquella orilla nuestra" me atrajo casi tanto como lo hicieron los demás libros de poesía que me envió Eliah. Me senté con la espalda apoyada en el cabecera de la cama con un tazón de gelatina de fresa, si me preguntan la definición de felicidad lo resumiría en esto, un buen libro y una merienda exquisita.

«Si no es mirar a los pájaros que brotan entre tus pestañas, yo no sé qué es volar»

Y entonces lo hice, me levanté de la cama y volví a colocar la gelatina en la nevera, agarré mis botes de pintura y una cartulina de 37cm x 28cm, abrí mi Laptop y busqué algunas fotos de referencia. Era complicado porque quería buscar una donde se viera claramente el rostro, cada facción y cada detalle de cerca, y la encontré.

Mi celular reproducía música a todo volumen mientras yo terminaba el boceto y me daba cuenta de que me estaba manchando las manos, de alguna forma, es lo que más me gusta de la pintura, llenarme los dedos de colores y ver como tantas mezclas  se convierten en arte.

En algún momento quise cambiar la canción que sonaba y cuando agarré el celular me di cuenta de que tenía un mensaje de Eliah. Nuestras conversaciones se habían vuelto seguidas, pero casi todas eran basadas en los libros que más nos gustaban, aunque quería hablar de todo con él, no quería que dejáramos de lado tampoco estos temas.

Eliah: ¿Terminaste el último poemario que te envié?

Dalia: Casi lo termino, pero dejé de leerlo un rato porque estoy haciendo una nueva pintura

Eliah: ¿Ah si? ¿De qué es?

Dalia: Es un retrato.

Eliah: ¿De quién? ¿Me muestras?

Dalia: Es de un chico, un chico al que le gusta tomarle fotografías a las mariposas :)

Eliah: No te creo.

Dalia: ¿Qué no crees?

Eliah: Muéstrame el retrato.

Dalia: No muestro mis pinturas hasta que no estén terminados, lo siento.

Y dejé el teléfono de lado para terminarlo, le hice algunas sombras más al pelo con pintura negra y a los ojos, en esa parte me di cuenta de algo curioso, porque cuando pasas mucho tiempo haciendo esto notas algunas características específicas de los rostros, es como los maquillistas, se dan cuenta de que una parte es distinta a la otra. Pues me fijé en que Eliah tiene un ojo más pequeño que el otro, exactamente el derecho, y creo que si no lo hubiera retratado no me habría dado cuenta de ese pequeño detalle, me pareció tierno y una buena idea para molestarlo después. Pero la verdad es que tiene unos ojos muy bonitos.

Agosto huele a MariposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora