Capitulo 8
Dalia
—Perdón que interrumpa—Mis oídos identificaron la voz de una señora pero yo aún no podía reaccionar.
Acababa de separarme de Eliah, en algún momento él había cortado la distancia y nos habíamos besado, fue un beso suave, tierno y algo extraño por la posición en que estábamos, pero no me quería alejar jamás.
Cuando volteé el rostro la señora que había hablado antes nos dijo que cerca de ahí vendían algunas bebidas y almuerzos, nos preguntó si queríamos ordenar algo, Eliah pidió una caipiroska y yo una sangría, las cuales trajeron un rato después en dos copas grandes y nosotros nos sentamos uno frente al otro con las piernas cruzadas para hablar cómodamente.
—Hablame más de esos animados que tanto te gustan—Me dijo él mientras revolvía su bebida con el popote.
—¿Miraculous?—Respondí sin todavía creerme que me sacara el tema, mi favorito por así decirlo, hablaría de ello por horas.
—Si, me contaste que los protagonistas no pueden revelarse sus identidades, pero ¿cómo van a estar juntos si nunca se lo dicen?
—La verdad si se lo dicen, en la última película y luego él la besa—Bajé mi copa y la apoye en el suelo con cuidado de que no se derramara.
—¿Ah si? ¿Y cómo fue?
—Al final de la película ellos estaban en un baile de máscaras, él llevaba una, pero ella no, Marinette se acerca a Adrien y le quita la máscara del rostro, le dice: Soy Marinette, pero también puedes llamarme Ladybug, ella se coloca la máscara, Adrien sonríe y después...—Eliah interrumpió lo que estaba diciéndole robándome un beso, justo en el momento exacto donde Marinette y Adrien se besan en la película.
Fue algo muy inesperado, extraño y nuevo, pero tierno, porque después de ese momento nunca más pude ver esa película sin acordarme de él. La mañana fue tan nuestra que ni siquiera me di cuenta de que Emma me estaba llamando al celular para avisarme de la pizza que había pedido para nosotros, y cuando revisé mi celular ya era una hora tarde y tenía 5 llamadas perdidas y muchos mensajes de ella.
Un rato después Eliah arrancó una hoja de papel de un cuaderno que traía en la mochila y yo quedé extrañada porque no sabía que quería hacer, hasta que lo vi doblarlo y hacer origami con él, dándole forma de una bonita flor blanca. La extendió hacia donde yo estaba y la agarré mirándola.
—Gracias, pero hay muchas flores aquí, ¿no hubiera sido más fácil tomar una de esas?—Le pregunté riendo.
—No quería que se te marchitara luego.
—Nunca me habían regalado flores, aunque fueran de papel—Seguía mirando la flor en mi mano y dándole vueltas.
—Algún día llegará alguien que te regale la primavera, con todo y sus mariposas.
—¿Eso es posible?—Lo miré.
—Todo es posible si me dejas cumplirlo.
Para corazón, no debes latir a ese ritmo.
Más tarde Eliah me acompañó de regreso a casa de Emma y aunque nuestra excusa fuera "Ir a fotografiar mariposas" irónicamente solo hicimos una foto, de una mariposa claro, porque varias veces sorprendí a Eliah con la cámara en alto haciéndome fotos a mi y eso me ponía muy nerviosa.
Cuando él se fue no sabía como despedirme, quizás un beso en la mejilla, quizás en los labios, por pensarlo demasiado me quedé estática en mi lugar y él se acercó hacia mi dejando un corto beso en mis labios.
—¿Te escribo luego vale?—Me dijo antes de irse.
—Esta bien—Le respondí y lo vi irse camino abajo, volteandose algunas veces y yo haciéndole un gesto de despedida con mis manos.
Cuando entré a casa de Emma estaba eufórica porque no esperaba que todo saliera tan bien, ni siquiera esperaba un beso, pero pasó, fue real. Se lo conté todo a mi mejor amiga y compartimos juntas la alegría. Un rato después me conecté con mi celular y tenía un mensaje de Eliah.
Eliah: El día de hoy se sintió perfecto.
Y seguido de eso subió una foto a sus redes sociales donde no se nos ve la cara a ninguno de los dos, pero si se nota a una chica tumbada en el césped leyendo un libro y un chico recostado a ella con la gorra en la cabeza, o sea, nosotros. Yo también la compartí y al hacerlo comenzó algo que no sabía como explicar, a partir de este momento habría un mayor acercamiento entre nosotros.
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Agosto huele a Mariposas
Roman pour AdolescentsPara Dalia agosto llegó tan rápido como se fue, pero se sintió tan bien como la caricia de una mariposa. Entre fotos, flores, citas y libros de poesía conoció a Eliah y él llegó a enseñarle que una mariposa con el ala rota, puede ser la imperfección...