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No podía ni siquiera pensar en algo en concerto, solo mi mirada estaba fija en la pared blanca de la comisaría, ahogándome con los todos los ruidos de mi alrededor. Estaba en un tipo de trance desde que me habían traído aquí. Aun no podía creer lo que me estaba sucediendo. Lo que le había sucedido a Randy.

Un jadeo salió de mis labios cuando la imagen de Randy llenó de puñaladas llegó a mi mente, alterándome por completo. El no podía estar muerto. No podía.

Una mano se posó en mi hombro, intentando tranquilizar mi tenso cuerpo, pero no ayudó en nada.

-Debí ser yo...-murmure la palabra que había estado robando por mi mente.

Debí haber sido yo, no el. El no tenía que ver en esto. El asesino me quería mi, me quería asesinar a mi, ¿porque a él?

-Tara, tienes que tranquilizarte-dijo una voz. Yo levante la cabeza de golpe al escuchar eso.

-¿Tranquilizarme?-me puse de pie de golpe. Solté una risa histérica- ¿Tranquilizarme? ¡Acaban de asesinar a mi maldito novio! ¡A todo lo que tenía en la vida! ¿Y me estás diciendo que me tranquilice?

Dewey me miro con compasión, como si estuviera viendo a un perrito herido frente a él.

-Deja de mirarme de esas manera, Dewey, no voy a quebrarme-murmure con los dientes apretados.

-No importa si eso ocurre-Hallie tomó mi hombro como apoyo.

-No sucederá-me senté de golpe de nuevo-. Tengo que ser fuerte si quiero matar a ese maldito.

-Tara...

-No digas nada, Dewey. No descansaré hasta haber vengado la muerte de Randy-dije y volví a mirar fijamente la pared.

Era verdad. No descansaría hasta ver muerto al asesino que me arrebató lo que más quería en vida. Vengaría la muerte de Randy aunque sea lo último que haga.

[...]

Después de unas horas en la comisaría, me llevaron a mi dormitorio para reunir mis cosas. Me sacarían en la noche a escondidas para llevarme a una casa de seguridad donde no podría sucederme nada. Me negué, no quería estar encerrada en un lugar donde no podría asesinar al asesino, pero después de unos llamada del jefe con mis padres, dijeron que tenían el permiso de llevarme a la fuerza si fuera necesario. Hallie vendría conmigo y eso me hacía sentir un poco más tranquila. No estaría sola en esa casa.

-Enserio lamento tanto lo de Randy-Hallie se sentó junto a mi en mi cama- Pero tienes que ser fuerte, Tara. Se que es lo que él habría querido para ti, que te mantuvieras fuerte. El té amaba demasiado.

-Lo se-murmure con la voz ronca- Yo también lo amaba.

-No te preocupes más.-me abrazo. Yo respire profundamente- El está ahora en un mejor lugar, lejos de todo el sufrimiento.

-Si, pero yo lo quiero aquí conmigo-murmure con las lágrimas bajando de mis ojos- Lo necesito en mi vida.

-Tara, se que aprenderás a vivir con ese dolor. Tu vida a sido difícil, lo se, pero has aprendido a superarlo y a seguir con tu vida. Se que lo harás también ahora y seguirás adelante, porque sé que eras capaz de eso y más. Te quiero mucho, amiga y sabes que cuentas conmigo para todo.

-Gracias, Hallie-me abrace a ella mientras sollozaba- Te agradezco tanto que estés para mí en este momento.

-Siempre-me abrazo con fuerza.

Cuando la noche cayó, Hallie y yo salimos de la fraternidad y los oficiales metieron nuestras maletas a la cajuela del auto. Realmente me pesaba irme. Por alguna razón me sentía más segura dentro del campus que estar fuera.

Thriller ━━ ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora