ONESHOTS MARCETTY

secretaria

MARCELA

Estaba en mi oficina comprobando unos documentos cuando escucho como tocan la puerta y sin esperar respuesta entran.

-¿Me ha llamado? - pregunta mi secretaria.

-Si, siéntate – digo con una pequeña sonrisa.

Desde que comenzó a trabajar como mi secretaria me he sentido atraída hacia ella, y como no si es una mujer demasiado sexy.

-¿Qué desea doña Marcela? - pregunta una vez se ha sentado.

-A ti – digo sin pensarlo.

-No se a que se refiere – dice casi susurrando cuando me posiciono detrás de ella.

-A esto – digo agarrando su mandíbula para besarla.

Ella profundiza más el beso y sin esperarlo me hace sentarme sobre su regazo, pensaba que no me correspondería pero al parecer estaba muy equivocada. Con desespero voy quitando uno a uno los botones de su camisa, cuando termino separo nuestros labios para besar su pecho sobre la tela que los cubre todavía. Siento como unas manos suben por mis mulos y no puedo retener un gemido cuando tocan mi centro, la excitación me invade de forma desesperada. Vuelvo a unir nuestros labios en un beso necesitado.

-Nos pueden ver Marcela – susurra contra mis labios.

-No me importa – digo mientras me levanto y me arrodillo separando sus piernas.

-¿Qué hace? - dice cuando desabrocho su pantalón y lo bajo junto sus bragas.

-Lo que he querido hace mucho – comienzo dándole pequeñas lamidas a su clítoris que le hacen soltar leves jadeos y algún gemido.

-Dios... - gime cuando la penetro con dos de mis dedos sin dejar de lamer todo a mi paso.

-Más rápido – jadea y sin esperar obedezco aumentando el ritmo de las embestidas, siento como su interior aprieta mis dedos anticipando su orgasmo.

-Marcela... - sonrío al ver como su espalda se arquea durante el orgasmo. Saco mis dedos de su interior y los llevo a mi boca saboreando la.

-Sabes delicioso – digo besándola.

-Es mi turno – dice haciéndome sentar sobre la mesa levantando mi vestido.

Iba de camino a mi casa, no he podido parar de pensar en todo el día sobre lo ocurrido con mi secretaria, era inevitable que pasara, es una mujer demasiado sexy como para dejarlo pasar. Después del encuentro no la volví a ver hasta que me aviso que tenía que salir antes por un motivo personal.

Estaba abriendo la puerta del departamento cuando noto un delicioso olor, seguro que mi prometida ha preparado uno de sus tan deliciosos platos, y es que todo lo que cocina le sale exquisito, sin embargo a mi se me quema todo, soy pésima en la cocina. Mi prometida y yo llevamos casi dos años de relación, nos conocimos por mi querido amigo Armando, y hace unos meses le propuse matrimonio.

BETTY

Estaba terminando de preparar la mesa cuando escuché a mi querida novia entrar al departamento donde vivimos, nos mudamos juntas al año de comenzar nuestra relación y sin duda conocerla es lo mejor que me ha pasado en toda mi vida.

-Hola mi amor – dice Marcela abrazándome por la espalda y besando mi cuello.

-Hola – susurro cuando me giro para besarla.

-Te ves cansada ¿mucho trabajo amor? - digo con una sonrisa acariciando su mejilla.

-No sabes cuanto – dice suspirando.