<<>>

445 40 5
                                        


El dolor de cabeza la estaba matando, ser presidenta de una empresa era un trabajo más complicado y difícil de lo que había pensado en un principio. Roberto insistió tanto en que ella tomara el puesto hasta que las cosas se arreglaran en Ecomoda que le fue casi imposible negarse.

Su único mayor problema parecía ser una morena de ojos casi verdes que la atormentaba tanto de día como de noche, Marcela le hacia la vida imposible en el trabajo, y era algo que debía esperar después de todo lo sucedido con Armando, pero eso no era realmente lo que le preocupaba, sino el hecho de que no había noche que no soñara con la gerente de puntos de ventas.

Dos meses desde su regreso de Cartagena habían sido suficientes para que la presidenta descubriera que sentía una atracción irresistible hacia Marcela, no sabia muy bien como había comenzado todo, los sueños llegaron sin explicación, como algo normal, pequeñas interacciones entre ellas tratando temas de la empresa, hasta que un día Beatriz despertó entre jadeos y notando una gran incomodidad en su centro.

Era la última en Ecomoda o eso creía hasta que vio a Marcela entrar en el ascensor con ella, su respiración se había acelerado de forma inconsciente, sentir a Marcela tan cerca de ella le nublaba la mente.

Sin saber como se encontraba atrapada entre la pared del ascensor y el pecho de la que podría llamar enemiga, sentir como los pechos de Marcela rozaban su espalda le hacia perder la cabeza, notar como los pezones erectos se clavaban en ella cuando la gerente la empujo para acabar con el poco espacio que quedaba entre ellas.

Jadeó sintiendo como los largos dedos de la morena hacían estragos en su interior, escuchar la respiración acelerada de Marcela sobre su oído solo la empujaba a su orgasmo de una forma alarmante. Con un último empujón dejo escapar un gemido que le hacia entender a la morena que había llegado a su orgasmo, sintió como unas manos en su cadera la sostenían y como unos labios hacían estragos en su cuello.

Recordar ese tipo de sueños con la morena no le hacían bien, mucho menos si se encontraba en su puesto de trabajo intentando buscar soluciones para el desastre que Armando había dejado.

Suspiró intentando calmar los acelerados latidos de su corazón y esperando que su sonrojo desapareciera, porque si, sabía a la perfección que su cara estaba demasiado roja. Tomó los papeles intentando concentrarse, pero fue en vano, dando un pequeño salto por la interrupción en su oficina dejo caer los papeles, que se esparcieron por el suelo al lado de su silla.

-No era mi intención asustarla – dijo Marcela desde el marco de la puerta con una sonrisa ladina.

Beatriz trago saliva intentando aclarar sus pensamientos y ocultando su nerviosismo, había intentado por todos los medios evitar estar a solas con la morena y ahora la tenía apoyada en el marco de la puerta como en uno de sus tantos sueños con ella.

-Oh no se preocupe, solo estaba concentrada – intentó sonar lo más tranquila posible, pero sabía que eso no había funcionado, y sabía que Marcela lo había notado, sobre todo por su sonrisa que crecía por momentos.

-Ya imagino en que – dijo señalando sus propias mejillas demostrándole que podía notar su sonrojo.

-¿Qué desea Doña Marcela? - preguntó apartando la vista y esperando que la gerente dejara de provocarla, o eso le parecía a ella.

-Solo saber como va el tema de las telas – respondió entrando por completo a la oficina sin apartar la mirada ni un momento de Beatriz.

-No cree que es un poco tarde para hablar sobre eso – dijo Beatriz mirando su reloj para comprobar que era demasiado tarde si quiera para estar en Ecomoda.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 11, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ONESHOTS MARCETTYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora