En el instante en que la mano de Rumplestilskin penetró el pecho de Regina, Emma se sobresaltó. Aún estaba sentada en la habitación donde la morena la dejo, con la cabeza baja mientras pensaba en una forma de salir de aquella situación. Se llevó la mano al pecho; tenía la sensación de que alguien intentaba arrancárselo, y sin embargo estaba sola. Entonces levantó la cabeza. ¡Regina estaba en peligro!
Desapareció en un humo azul, esperando que su voluntad, su necesidad de encontrar a Regina le permitiera transportarse directamente a ella sin saber dónde estaba realmente. Cuando apareció segundos después bajo el manzano, se tambaleó un poco por el viaje.
Vio a Regina y a Rumplestilskin. La morena estaba de rodillas, gritando mientras la mano del duendecillo intentaba salir a tirones de su cavidad torácica. Parecía estar batallando, como si el corazón de Regina estuviera atado, incapaz de ser extraído.
Emma se desplomó en el suelo, con el corazón agitado y latiendo de dolor. Era tan intenso que le recorrió los brazos, sacudió el pecho y apuñaló su cabeza. Levantó un brazo temblorosamente y envió un rayo de luz blanca hacia Rumplestilskin.
Este fue arrojado hacia atrás por el impacto de magia, haciendo que liberara el corazón de Regina. Con el dolor en su pecho disipándose rápidamente, Emma fue capaz de ponerse de pie y correr hacia la mujer que estaba tendida en el suelo, con el rostro pálida.
"¿Emma?" Su voz sonaba sin fuerzas mientras que sus ojos buscaban el rostro de Emma.
"Shhhh... Estoy aquí. Estoy aquí."
" Sólo...yo solo estaba tratando de... salvarte" Regina se esforzaba en hablar. Su energía estaba obviamente agotada por lo que acababa de pasar.
"Oh, Regina. No necesitas..."
"¿Así que lo has conseguido, querida?" interrumpió Rumplestilskin, imperturbable ante el reciente giro de los acontecimientos. Su rostro permaneció neutral a pesar de la aguda decepción que sentía. Esperaba que una nueva profecía, un nuevo cambio del futuro llenara su mente, pero permanecía nublado y nebuloso en su cerebro. Se dio cuenta de que era la magia de Emma. Ella estaba llena de una magia tan pura, que su oscuridad fue aplastada por ella.
"Sí. Lo hice". Gruñó Emma.
"¿Hiciste qué?" Regina estaba realmente confundida por lo que acababa de ocurrir. ¿Por qué Rumplestilskin no había podido arrebatarle el corazón? Emma giró la cabeza hacia la morena, pero sus ojos siguieron mirando sospechosamente a hombresillo durante un rato más.
"Até nuestros corazones", dijo Emma.
"¿Qué significa eso?"
"Significa que tú puedes sentir lo que yo siento, y yo puedo sentir lo que tú sientes. También significa que nada inducido mágicamente puede matarte. Mi magia te protegerá. Siempre". Explicó Emma. Regina lo meditó, eso explicaba por qué ella y la rubia parecían alimentarse del amor de la otra, su propio amor crecía cuando Emma le demostraba cuánto la amaba. Nunca lo había pensado, pero se dio cuenta de que literalmente podía sentir cuando la otra mujer era feliz.
"También significa que no puedo tomar tu corazón" añadió Rumplestiilskin.
"¿Para qué lo querías?" Demando Emma. La ira se estaba furiosamente gestando en su interior.
" Pues, porque ella quería matar a Leopold, esa era la única manera, querida".
Emma soltó un gruñido y dio un paso amenazador hacia él, "Sabes que eso no es cierto"

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The Lost Princess
FanfictionRegina está atrapada en un matrimonio sin amor y su corazón aún llora la muerte del hombre que ella amaba. Cuando Emma, la princesa perdida, llega a su castillo, Regina descubre que es posible que todo el tiempo en el que ella había estado viviend...