El tiempo siempre termina matando a lo que mas amas

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Harry estaba realmente nervioso más bien se movía de un lado hacia otro, tras todas los nuevos avances que había tenido con el chico se sentía muy emocionado. No sabía si de verdad Louis sentía algo tan fuerte como este pero lo que sí sabía es que no podía evitar que su corazón comenzara a aceptar más que se estaba enamorando de aquel chico.

Habían quedado para terminar el trabajo que les había enviado aquella mujer, y tenían que entregarlo mañana por la mañana antes de irse
Decidieron en verse para las 19:00 h en la habitación del ojiverde, el reloj marcaba las 19:01 h y seguro no tardaría mucho en llegar, así que un Harry muy ilusionado por su visita, se quedó tras las puerta esperando a cuando sonara un golpe tras la puerta, abrir de inmediato. Pero al parecer no fue así. Pasaron aproximadamente unos cuarenta minutos y desde luego Harry dio por hecho que este no se presentaría así que se restregó por la puerta para sentarse en el suelo, algo decepcionado por aquello pero también estresado por que tendría que tragar con todo el trabajo. Pasó una hora, y este decidió levantarse para poder aprovechar lo restante de la noche en trabajar en el proyecto.

Fue cuando estaba comenzando a abrir los libros que obtuvo aquella hora en la biblioteca cuando una mano tocó la puerta.

Este se levantó de inmediato con un 50 % de esperanza de que fuera el chico y el otro 50% sus amigos. Pero el primer % ganó. En cuanto abrió la puerta un chico con mejillas rojas, respiración agitada, y pelo revuelto, hizo hacía un lado al anfitrión del lugar para hacerse paso.

-¿Y estas horas?- Sonó realmente desagradable pero tampoco iba hablarle como si no hubiera llegado una hora tarde, pues claro que estaba cabreado y no se lo iba a ocultar. Por mucho que quisiera no hacerlo estaba realmente enfadado, odia la gente impuntual.

-Ocupado- Fue una simple respuesta pero que clavaron veinte mil cuchillos al contrario.

Harry se dirigió hacia la mesa, ignoraría aquella respuesta desagradable, no quería perder más tiempo, solo quería terminar aquel trabajo e ir a cenar con sus amigos. Quedaron a las siete de la tarde para poder llegar a la cena a tiempo, pero al parecer Louis decidido hacer lo que siempre hace, lo que le da la gana, por supuesto.

-Mientras te ausentabas la hora anterior, cree un planing, podemos hacer como un cartel informativo. Traje un par de cartulinas. Yo dibujaré un pulmón, y haremos letras grandes, para luego poner la información básica. El objetivo es que sea visual e informativo.- El chico de ojos verdes terminó de explicar el trabajo y tan solo el contrario asintió y abrió uno de los libros para extraer algo de información válida.

No obtuvo respuesta, de hecho había una gran tensión en el aire que se podía cortar con una tijera. El silencio era demasiado incómodo y Harry no podía sobrevivir ni un segundo más a esta tensa situación.

-¿Te pasa algo?- Preguntó extrañado a la vez que levantaba su cabeza hacia el chico sentado en la esquina. La mesa era circular de una madera maciza increíble y se encontraba justo al lado del ventanal, con lo que la luz de la luna iluminaba a su paso el lugar.

-Tan solo quiero terminar e irme- Espeto este. Una respuesta inesperada.

-No entiendo tus cambios de humor- Murmuró Harry entre dientes, aquel chico era como una caja de sorpresa. Un día está deseando besarlo y al otro odiarlo.

-¿Que entiendes tu? Es la verdadera pregunta- Respondió con brusquedad el contrario levantando así por fin su mirada al otro chico.

-Oye mira, no te he hablado mal como para que me trates así, así que calma tu mal humor conmigo, lo hubieras dejado en tu apartamento- Soltó esté demasiado directo.

-Lo hubiera dejado en mi apartamento si estuviera ahora mismo allí- Gruñó y bajo su mirada hacia los libros de texto.

-Ahí tienes la puerta, puedes irte por donde has venido- Señaló el rizado para luego centrarse de vuelta en el pulmón que estaba dibujando. Le estaba sacando de sus casillas. No soportaría mas aquellos comportamientos malhumorados, y menos en su apartamento.

Baby honeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora