Small Palace's Gold

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Era una mañana nublada, no hacia especialmente frío pero la heloz mañanera era notable en la ciudad. Harry voló hacia Nueva York en un avión de alto lujo solo para la familia Styles, en el llevaban el auto de Harry, un benz 300 sl color azul oscuro, las maletas envueltas en piel de leopardo, con la marca de bh en la mitad.

-¿Estas seguro de esto, Harry?- Repitió su madre por sexta vez en el día.

Harry perdió toda su paciencia, se levantó del majestuoso asiento de cuero y se dirigió hacia su madre, la cual le miraba con incertidumbre esperando una respuesta esperanzadora.

-Te lo repetiré una vez más, Anne, no quiero ser como ustedes. Entiendo que tengáis una macro empresa que triunfa por todo el mundo y os proporciona el dinero suficiente al punto de no tener que preocuparos del resto de vuestra vida. Pero yo, Harry, vuestro hijo, no nací con la misma vocación, quiero ser un hombre que construya su propio camino, quiero ver fruto de cada semilla que proporcione en mi vida laboral, quiero saber que todo lo que consiga en un futuro es gracias a mi, pero sobretodo quiero hacer algo que me llene, quiero conseguir dinero con un trabajo que sea feliz, y agradezco vuestra ayuda. Yo adoro la fotografía y la moda, no puedo evitarlo, adoro todo eso, es mi mundo mamá, me hace feliz, necesito que lo comprendáis, adoro dibujar en mis horas libres, crear millones de bocetos hasta conseguir un diseño que me estruje el corazón y me haga querer chillar lo precioso que quedo, me gusta salir por las noches y fotografiar la luna, o pasar una tarde fuera echando fotos, es mi sitio, no puedo imaginarme estudiar empresariales cuando no me gusta dirigir empresas u organizarl- Fue interrumpido por la impotente voz de su padre.

-El hijo de los Tomlinson, heredará la empresa y estudiará empresariales, salió ayer en el periódicos, tu deberías seguirnos-

-Me rindo- Inhalo aire, cerro los ojos y volvió a su sitio, conectó sus cascos y puso un poco de música clásica, rebuscó entre su bolso su libreta de dibujo, la cual la puso en sus piernas y cogió su lápiz. -Gracias por vuestra compresión- Añadió antes de meterse en su burbuja de grandes diseños.

Llegaron aproximadamente a las 20:00, un vuelo de 8 horas y 20 minutos es largo e intenso, y sobre todo agotador. Aterrizaron y sacaron todas las pertenencias de Harry. Aprovecharon el auto de Harry para ir a la residencia que se encontraba enfrente de lo que sería su universidad. No hubo ni una sola palabra más en todo el viaje, solo un "creo que esa es tu residencia" por parte de Anne quien se ayudaba de un mapa.

Harry estacionó justo en la puerta para sacar todas las cosas y no tener que ir cargando grandes tramos de distancia, ya que Nueva York era una ciudad enorme a rebosar de gente y de coches.

-Papa, tú estaciona el auto si no te importa, y mamá ¿podrías ayudarme a subir todas mis pertenencias a mi cuarto?-

No respondieron pero entendieron el mensaje, Des puso en marcha el coche y Anne agarro un par de maletas.

La residencia por fuera era realmente preciosa, estaba adornada con dibujos en las paredes, formas y escultoras antiguas, todo míticos dioses, puras leyendas, de un color blanco roto que hacía ver el sitio elegante. La puerta era trasparente en la que ponía un "bienvenido a tu nuevo hogar" una alfombra roja en la entrada exterior. Un señor salía del recinto el cual le sostuvo la puerta después de que el saliera y le sonrió amablemente. Al entrar una lampara de araña central iluminaba todo el lugar, en las equinas había cuadros colgados de grandes autores y estanterías de libros viejos, sillones de cuero y mesas de mármol, como sala de espera, suelo brillante y paredes de tonos suaves. Se acercaron a la recepcionista la cual sonreía con todos sus dientes.

-Buenos tardes, es una verdadero placer teneros aquí, ¿en que puedo ayudarles?- Añadió con su acento neoyorquino y una sonrisa impecable.

-Buenas, encantada, soy Anne Styles y el es mi hijo Harry Styles, está registrado en esta residencia para su estancia a lo largo de su carrera-

-Oh, los Styles, esperábamos su llegada. Por favor, acompáñenme- Busco unas llaves en uno de sus cajones y paso por delante de la familia, conduciéndolos a lo que sería la vivienda de Harry durante unos años.

La residencia era un lugar enorme, el edificio creaba una forma cuadrada la cual en el centro había un gran jardín.
Era puro lujo, zona de estudio, cine, biblioteca, gimnasio, comedor, spa, zona de relax, piscina, sauna, zona de masajes, y millones de cosas más.

Subieron al piso número dos, el cual sus pasillos eran iluminado por luces amarillentas que hacían ver el lugar un sitio tranquilo y elegante, el suelo siempre estaba acompañado de alfombras rojas.
Llegaron a la puerta, que era de color madera oscura, la numero 227, justo la de la esquina.

Introdujo la llave y abrió aquel enorme departamento. Al entrar de inmediato entraba al salon, que estaba decorado de forma muy elegante, las estanterías vacías de color madera oscura, suelo de mármol, los sillones rojos, aquel sitio era tan elegante. A su lado izquierdo había una habitación y un baño y en el otro lado la cocina, un pequeño balcón que dejaba ver la residencia en forma cuadrada y el parque del interior.

Aquello era demasiado lujo para Harry.

-Yo debo retirarme, llama a alguno de tus compañeros vecinos de habitación para que te muestren la residencia, es un placer tenerlos aquí, disfrute de su estancia en small palace's gold- Y se fue por donde había entrado.

Justo entró su padre, Des, quien venía algo acelerado.

-Anne amor, debemos irnos, hubo un problema en la empresa y tenemos que estar antes de mañana por la noche de vuelta a Reino Unido, lo siento hijo, no podremos ayudarte a desempaquetar-

-Oh bueno, esta bien, el deber os llama-

Anne se acerco y beso la frente de su hijo, apartando los rizos traviesos.
-Cualquier cosa llámanos, nos veremos en navidad, saca tu carrera hacia delante, te llamaremos al llegar a casa-

Des estrecho la mano de Harry y salieron por la puerta no sin antes despedirse con un "estudia mucho hijo" y cerrar la puerta.

Harry miro a su alrededor, estaba solo, contra un millón de maletas llenas de ropa, y pertenecías. En una ciudad nueva, sin saber dónde están los lugares.

-Desempaquetare esto mañana, las clases no comienzan hasta dentro de una semana, aprovecharé para organizar esto, pero ahora debo descubrir un poco más los sitios de esta residencia, como ¿la hora de la comida?-

Agarro las llaves de su cuarto y salió por aquel lujoso palacio por que eso era lo que parecía.

Baby honeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora