𝑬𝒍 𝑮𝒓𝒂𝒏 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑫𝒆𝒍 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕á𝒏 𝑺𝒑𝒂𝒓𝒓𝒐𝒘 || Jack Sparrow

XV

Sus manos en su rostro, cubriendolo, sus rodilla chocando con su pecho, al estar sentada en una esquina, y el pequeño hipo que salía de ella era prueba de su llanto, su desgarrador llanto.

Después de ver el navío, en el que viajó por tres días, hundirse, fue llevada con rudeza, a manos de Barba Negra, a un camarote en el cual fue encerrada.

Quisó exigir ser liberada, quisó salir y golpear a aquel capitán, pero no tenía las fuerzas para nada más que llorar.

Llorar por su suerte, llorar por la tripulación que fue tan amable con ella, pero sobretodo, llorar por Jack. Llorar por el pirata tramposo que había cuidado de ella.

Las suplicas de que no se fuera con Barba Negra aún resonaban en su cabeza, y aquel beso de despedida aún seguía dando un leve cosquilleo en sus labios.

Al pensar en aquel beso compartido dejó caer sus manos en su regazo y en cambio llevó una a sus labios, acariciandolos, creyendo aún sentir los labios de aquel pirata que de pronto un día había puesto su monótona vida de cabeza.

La castaña jamás había experimentado aquella acción y se decía que talvez había sido la presión del momento que la llevó a hacer aquel acto.

Ella lo sabía, sabía que sus sentimientos hacía Sparrow habían cambiado. Eleonor lo supo cuando deseaba que Jack le enseñara todo tipo de cosas, lo deseaba más por convivir un momento más con él que aprender algo nuevo.

Lo supo cuando verlo en el timón se le hacía tan fascinante y lo mejor que había visto, la seriedad que se tornaba en su rostro al estar enfocado en llevar aquel navío a su destino.

Lo supo cuando se encontró a si misma fantaseando sobre como sería una vida con Jack Sparrow y después dándose una bofetada mental al recordar que el pirata era un hombre que amaba más el mar que la tierra, los tesoros valiosos más que a una mujer.

Lo supo cuando, al verlo a la distancia, no podía evitar preguntarse si aquel pirata tenía a alguien que lo había conquistado, a alguien que hubiera domado aquel corazón tan liberal.

Eleonor sabía que Jack, como todo pirata, era un mujeriego y aquello lo había comprobado, con sus propios ojos, en Tortuga.

Aun que la chica quiso decirle al pirata lo que pasaba por su mente, sobre ellos, siempre se detenía. No encontraba el valor para decirle aquello, pues talvez sería rechazada.

Sin embargo aquella noche, al verlo preocupado y sobre todo al verlo corresponder aquel arrebatado beso, la hizo tener muchas preguntas.

¿Jack se sentía igual? ¿Y si solo correspondió por la presión del momento? Aquellos y más pensamientos surcaban su mente.

Sus pensamientos parecían ser una gran maraña, no tenían pies ni cabeza, no podía pensar en otras cosas que no fueran:

Navío, Jack, hundidos, Jack, ¡Barba Negra!

Sus pensamientos fueron detenidos con el sonido de la puerta abrirse, la chica se puso en pie y se arrinconó en aquella esquina.

Un pirata, que tenía su cabello atado en una coleta, entró a aquel lugar y la miró. Eleonor jamás lo había visto, suponía que lo habían reclutado en Tortuga, para suplantar a quienes habían sidos derrotados por Jack.

—El capitán solicita su presencia- Dijo con la voz algo apagada- Coloquese esto, por favor

Sobre aquella cama dejó un vestido y después se marchó, dejando a la castaña con las palabras en la boca.

Ella pensando que talvez no tenía opción, se acercó al lugar antes mencionado y observó aquella prenda.

Un vestido amarillo con bordados en dorado, algo sencillo para lo que ella solía usar, pero igual se lo colocó.

Eleonor entró al ya conocido salón notando que era igual a cuando estuvo por primera vez allí.

—Supongo que te queda bien- Dijo Barba Negra mirándola de pies a cabeza, aquello hizo sentir incómoda a la chica- Toma asiento- Ordenó señalando una silla al otro extremo de la mesa.

La castaña sin objetar obedeció, y manteniendo la mirada baja, triste y vacía, preguntó:— ¿Por qué hundió el navío?

El pirata rió un poco y aquella acción molestó a la menor, que lo miró con el ceño fruncido y apretando sus puños en su vestido.

—Jack Sparrow- Respondió, haciendo que los ojos de la chica se cristalizaran al escuchar su nombre- Esa es la razón, no puedo permitirme que interfiera de nuevo en mis planes.

—Dijo que buscaba matar a mí padre- Recordó ella con rudeza- ¿Por qué?- Cuestionó- ¿Qué le ha hecho mí padre para que desee matarlo?

—Su padre... Destruyó mí familia- Respondió logrando dejar a la chica sorprendida y confusa a igual medida.

—¿A-a qué se refiere?- Preguntó atónita- ¿Cómo que mí padre destruyó su familia?- Volvió a preguntar- ¡Mí padre sería  incapaz d...!

—Usted también tuvo que ver en ello- Acusó el mayor dejándola confundida- En el momento en que decidiste nacer... En ese momento destruyeron a mí familia

—¿Qué?

Continuará...