𝑬𝒍 𝑮𝒓𝒂𝒏 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑫𝒆𝒍 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕á𝒏 𝑺𝒑𝒂𝒓𝒓𝒐𝒘 || Jack Sparrow

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Jack no pudo evitar preguntarse donde podía estar Eleonor. Después de haber logrado huir de los piratas, quienes lo seguían, Jack se había refugiado en un bar diferente, no sin antes buscar con la mirada a la castaña por todas partes.

El pensamiento de que talvez la habían atrapado y llevado frente a Barba Negra lo golpeó de repente, haciéndolo sentir culpable por haberla dejado sola en un lugar al cual no estaba acostumbrada y que podría asegurar peligroso para una mujer joven y refinada.

Sin embargo, como acostumbra olvidó esos sentimientos de culpa y se dispuso a beber Ron, sin mostrar mucha preocupación. En cuestión de tiempo una muchacha de unos 20 años, de estatura promedio, piel bronceada y una larga cabellera negra,  se sentó a su lado y también bebió Ron.

Fue en pocos minutos que comenzaron una animada charla, donde Jack alardeaba que gran capitán era y que era el mejor pirata de los 7 mares, aunque claro evitó hablar del motín al cual había sido sometido.

Aquella mujer llamada Anamaría resultó ser también una pirata, cosa que llamó la atención del gran capitán, ella tenía su propio navío y ese detalle no lo pasaría por alto, claro que no lo haría.

Pronto se hayaba seduciendo a aquella mujer, todo con la esperanza de tener un navío con el cual escapar de Barba Negra y continuar con su busqueda de Héctor Barbosa y su preciado Perla Negra.

Eleonor suspiró encantada al sentirse limpia una vez más, para ella había sido como una eternidad desde la última vez que tomó un baño, y todo gracias a Loren.

Aquella señora había sido muy amable al brindarle su pequeño y casi arruinado hogar, también le había permitido darse un baño y ahora le proporcionaba alimentos, que agradecía grandemente pues su estómago no paraba de rugir.

—Una vez más, gracias- Agradeció tomando asiento frente aquella humilde comida.

Aquella cena consistía en una taza de sopa caliente y un trozo de pan. Aunque era simple y pobre la castaña la disfrutó como si fuera la comida de un gran y delicioso banquete, disfrutando del calor leve de la sopa y su delicioso sabor.

—Lamento la pobre comida, su majestad- Habló Loren atrayendo la atención de la menor, mientras bajaba la mirada- Me gustaría haber tenido algo mejor que ofrecerle

—La comida más deliciosa es la que brida una persona con buen corazón- Respondió la castaña con una sonrisa tranquilizadora- Gracias a usted he logrado perder a esos piratas, he logrado tomar un muy necesitado baño y también una cena deliciosa- Llevó a su boca un pequeño trozo de pan y al tragarlo volvió a hablar- No necesito nada más, con esto es más que suficiente

—Habla con su madre- Mencionó con ternura y la castaña la miró con confusión, ladeando su cabeza y frunciendo el ceño.

—¿Conocía a mí madre?- Cuestionó llevando ahora toda su atención a la mujer

La mayor rió un poco nerviosa y asintió levemente— Así es- Confirmó- Su madre y yo nos conocíamos de niñas, solíamos jugar cada vez que llegaban a tocar puerto

-¿Llegaban a tocar puerto?- Cuestionó, bajo la mirada y después la subió hacia su acompañante, aun si quitar su confusión- ¿Mí madre?

La mujer rasco con algo de nerviosismo su brazo sin saber que hacer o decir. No sabía como explicar algo que siempre se escondió, pero que sabía que tarde o temprano se sabría.

—Entonces, ¿si era verdad?- Preguntó llamando la atención de la mujer, que de inmediato la miró con duda- ¿Mí madre era... una pirata?- Susurró

El silencio reinó en aquella pequeña vivienda, la mujer había abierto sus ojos llena de impresión. ¿Cómo la chica sabía la verdad? ¿Quién habría sido capaz de revelar aquel secreto?

—¿Quién se lo dijo?- Preguntó aún sumergida en su sorpresa

—Barba Negra- Respondió de inmediato

Aquellas palabras hicieron que la mujer tapara su boca con las manos y bajara su mirada. Un escalofrío le había recorrido su espalda al escuchar aquel sobrenombre.

Por su parte Eleonor no podía pasar desapercibida aquella reacción y la confusión e incertidumbre que la embargo. No podía dejar de pensar en que era lo que ella sabía y lo que no sabía, ¿Qué más era lo que se le ocultaba?

—Entonces, ¿Eran los hombres de Barba Negra quienes la seguían?- Preguntó aun consternada, la chica asintió despacio.

—Dijo que yo sería la persona que atraería a mí padre hacía él- Suspiró y paso con dificultad su saliva- Hacía su muerte

La mujer suspiró de nuevo y comenzó a hablar de lo que ella sabía, omitiendo cierta información. Eleonor no sabía que creer, ya no entendía nada.

Los escasos rayos de luz dieron con el rostro del pirata haciendo que saliera de su dulce ensoñación.

Al abrir un poco sus ojos se encontró en una habitación algo sucia y húmeda, se veía degastada y tenía un olor a antiguo un poco fuerte.

Se encontró acostado en una vieja e incómoda cama, a su lado la pirata Anamaría dormía placidamente, con su cabeza en el pecho de él, y aquello lo hizo sonreír de lado.

Con cuidado, y con toda la intención de no despertarla, la apartó de él y en silencio se puso de pie comenzando a colocar sus prendas sobre su desnudo cuerpo.

Se acercó a un barril lleno de agua cristalina y lavó su rostro. Dispuesto a salir volteó a ver a la pirata dormida y con una sonrisa burlona hizo una seña de despedida, para proceder a salir del lugar.

Jack mirando de un lado a otro se dirigió a la otra punta del puerto donde divisó un gran navío, justo donde la joven le había comentado que estaba, sonrió cómplice sabiendo lo que haría justo ahora.

Caminó en dirección a «su» nueva nave con toda la intención de abordarla y engatusar a los marinos que ya estaban abordo. Sin embargo, la imagen de cierta castaña de ojos claros pasó por su cabeza la cual lo hizo detener y bufar.

—Corazón débil por mujeres hermosas- Susurró molesto con él mismo, giro sobre su eje emprendiendo su camino de regreso para buscar a la más joven.

Continuará...