Epílogo

737 58 5
                                    

Nueve años después...

En tanto tiempo habían sucedido muchas cosas en la vida de todas la personas. El mundo seguía su curso llevando a las personas a sus propios caminos.

Una semana después de la partida de Jack, Eleonor se reunió con Felipe, su madre y el rey John. Ambos adultos deseaban que el compromiso siguiera su curso, sin embargo ella se negó rotundamente.

Aquello había sorprendido a todos quienes, rápidamente, quisieron saber el motivo, y valorar si era suficiente para dar por terminada aquella, casi, unión.

El principal motivo era obvio y tenía nombre: Jack Sparrow. Pero aquello no tenían por que saberlo así que decidió dar el segundo motivo y el tercero.

¡Felipe era molesto y también un cobarde! Eleonor le relató a su padre y a su, ahora, ex-suegra lo que aquel joven había hecho cuando ella fue raptada.

El rey se sintió decepcionado y molesto, mientras que la duqueza no pudo evitar avergonzarse de la, gran, cobardía por parte de su primogénito.

Felipe claramente quiso objetar e incluso, tomandola por el brazo con fuerza, quiso obligarla a desposarlo pero no contó con algo.

Eleonor no tenía planeado dejarse manejar por las órdenes de otros, así que se puso de pie y apretando su mano en un puño la estampó en el rostro del rubio.

Su acción había dejado sin habla a la duqueza y a Felipe con su nariz fracturada, mientras su padre la reprendía por su comportamiento, que no era «propio de una dama». Pero seamos honestos; el rey se sentía fascinado con la fuerza de su hija y sumamente orgulloso.

Por otra parte, avanzando en el tiempo, el rey John se sintió fatigado y quiso pasar ya su mandato a Eleonor, sin embargo esta se negó.

Después de pensarlo, por mucho tiempo, se dió cuenta de que no quería tener tal responsabilidad sobre sus hombros.

Su padre, para su sorpresa, la miró con comprensión y decidió apoyar aquella decisión. Al renunciar al trono el siguiente en la línea de sucesión sería coronado, sin embargo quien correspondía ser coronado era su primo hermano, Enrique, quien aún era un niño.

Por aquel impedimento de edad sería la hermana del rey quien asumiría el cargo, y así fue.

El antiguo rey fue enviado al palacio de verano, donde viviría cómodamente hasta el fin de sus días, mientras tanto Eleonor decidió mudarse a una gran mansión cerca del mar que se encontraba a las afueras de la capital, allí viviría cómodamente y en paz.

En todos aquellos años no volvió a saber de aquel pirata que robó su corazón, pero si éramos sinceros ella nunca dejó de quererlo y anhelaba que él a ella tampoco.

Eleonor llegaba a quedarse despierta hasta muy noche pensando en él, e incluso, orando por él.
La castaña pedía que donde sea que estuviera Jack, estuviera sano y salvo.

También pedía poder verlo una vez más, aunque fuera solo una vez. Pero en nueve años aquella plegaria no había sido escuchada, así  que poco a poco se resignó y abandonó la idea de verlo.

Aquel día Eleonor había decidido salir a caminar a la playa. Era casi el atardecer y el sol no quemaba ya.

La castaña sentía la brisa chocar con su rostro y a hacer bailar su claros cabellos. Sentía las suaves y frescas olas de mar humedecer sus pies en conjunto con su vestido.

Sentía paz y caminaba sin poder dejar de pensar en aquel recorrido de nueve años, en las cosas que habían combiado. Arrepintiendose de algunas cosas y sonriendo por otras.

𝑬𝒍 𝑮𝒓𝒂𝒏 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑫𝒆𝒍 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕á𝒏 𝑺𝒑𝒂𝒓𝒓𝒐𝒘  || Jack SparrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora