Agoney recibió una llamada de una Miriam cuanto menos agobiada.
—Ago, te juro que me voy a tirar por el balcón— fue lo primero que escuchó el canario.
—A ver, tranquilízate— le respondió él. —¿Es por el tema del piso?— le preguntó.Miriam llevaba buscando piso en Madrid más de dos meses. Desde que salió de la academia iba a la capital prácticamente todas la semanas dos o tres veces. Las oficinas de Universal estaban allí, y con la cosa de su primer disco tenía miles de reuniones y movidas que hacer. Por eso optó por mudarse allí directamente, ya que se estaba dejando una pasta en trenes y no le merecía la pena.
—Ya te dije que te vinieses aquí mientras buscabas, que yo te ayudaría— le recordó el chico.
Agoney le había ofrecido en varias ocasiones que se fuera al piso que compartía con la granadina mientras encontraba uno para ella. Total, tan solo serían un par de semanas.
—Ya pero, ¿y Mimi?— preguntó Miriam mordiéndose el labio.
—Que no te preocupes mujer, que ella seguro que dice que sí, si ustedes dos se llevan muy bien— le respondió.
—Bueno pero... habla tú con ella primero. Si puede ser hoy mejor.— dijo Miriam atacada.
—Tú relájate, que ahora cuando llegue se lo comento— la tranquilizó.
***
—Pero Agoney, ¿cómo voy a tener a la vista el culo de Miriam todo el día?— le preguntó Mimi alterada.
—Pues chica, no se lo mires, tampoco es un drama— le contestó él riéndose.
—¿Pero cómo que no es un drama? ¿Que yo no puedo tener a Miriam delante y no mirarla? Que no, que no, que no es buena idea— dijo la granadina negando con la cabeza.
—¿Vas a dejar a tu amiga en la calle?— preguntó Agoney dramáticamente.
—No va a estar en la calle, va a estar en Galicia hasta que encuentre piso y se mude aquí. Es más, yo la ayudo si quiere— dijo Mimi convencida.
—Pues ella estaba súper ilusionada con la idea...— dijo el chico mirando para abajo, haciéndose el dramático.
—Bueno pero es que a mis hormonas no les hace tanta ilusión, fíjate tú— le respondió Mimi riéndose.
—Pues ahora le dices tú que no, guapa— le pasó el muerto a la rubia.
—No, no— negó con la cabeza. —Te ha preguntado a ti, a mí no me ha dicho nada, así que se lo dices tú— dijo ella levantándose para ir a ducharse.
—Se lo vas a decir tú y en breves, porque viene de camino— le dijo el chico mientras Mimi fruncía el ceño. –Viene unos días porque mañana y pasado tiene reuniones con Universal, pero no te preocupes, que se queda a dormir en casa de Manuel— le soltó Agoney de sopetón.
<<¿Manuel? ¿El de la discoteca? NO>> pensó Mimi.
—¿Por qué no se queda aquí?— le preguntó tragando saliva.
—Hombre, no quieres que se quede aquí hasta que encuentre piso, pues tampoco se va a quedar a dormir estos días— contestó el canario.
—Pero no es lo mismo— dijo la granadina cruzándose de brazos.
Agoney iba a responderle, pero justo la puerta sonó. Mimi fue a abrir.
—Hola, leona— la estrechó entre sus brazos.
—Hola— le respondió Miriam apretándola con ganas.
—Pasa, pasa— le dijo separándose de ella y dejándole espacio para que entrara. Miriam miró a Agoney apurada.
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Te quiero en cada rincón de Galicia
FanfictionMimi era hogar, y Miriam quería quedarse a vivir en Granada para siempre.