ONE-SHOTS [Helluva Boss]

✘ Octavia - Oc M ✘

La princesa Octavia se hizo presente en la cocina, yendo al comedor para desayunar, y raramente (muy raramente) sus padres estaban en la misma mesa ya comiendo, y en silencio.

Ella se sintió aliviada, y siguió caminando hasta sentarse en la mesa, al lado de su papá.

—Buenos días —dijo, tranquila.

—Buenos días, Via —respondió su papá con una pequeña sonrisa, luego volviéndose a concentrar en su periódico.

Stella se mantuvo callada.

Luego de unos minutos de puro silencio incómodo, la mayor dió una tos fingida y se acomodó en su asiento, llamando la atención de sus otros dos acompañantes.

—Octavia... Tu papá y yo tenemos que decirte algo.

—Dirás que tú tienes que decirle algo, porque yo no estoy deacuerdo con esta decisión que tomaste tú sola. —contestó Stolas, con el ceño fruncido.

—Da igual —rodó los ojos, y luego enfocó su atención hacia su hija—. Quería conversar contigo sobre un tema serio. No quiero que reclames ni pongas peros, porque la desición ya está tomada por nosotros.

—Por tí —corrigió él.

—Ajá, eso...

—¿Qué sucede? ¿Me enviarán a un internado de niñas depresivas? —cuestionó la menor, con cierta preocupación de que sea eso.

—¿De dónde sacas esas cosas? —Stella la vió por un momento como si estuviera loca—. Da igual. La cosa es que te arreglé un matrimonio.

—Que... ¿Qué? —pareció realmente confundida por eso, y la tomó con mucha sorpresa—. No entiendo... ¿Por qué?

—¿Enserio lo preguntas, hija? Ayer tuve una charla con mis amigas, y una de ellas me dijo que tú y su hijo deberían casarse; son jóvenes y solteros, así que deberían tomar eso como provecho, además que él también es un príncipe, rico y atractivo. ¡Es el paquete completo!

—O-oye mamá, alto —se levantó de golpe de la mesa, apenas pudiendo procesar lo que le decía su madre—. ¡Ni siquiera lo conozco! ¿Me quieres hacer lo mismo que mis abuelos les hicieron a ustedes dos? ¿Casarse sin amor?

—No seas tan egoísta, Octavia —se quejó su madre—. Esto nos vendrá de provecho a nuestras dos familias cuando estén juntas.

—¿Yo egoísta? —empezó a alzar la voz inconscientemente por la rabia—. ¡Ustedes son los egoístas! ¿Cómo se les ocurre hacerme esto? Esto es... es un error.

—Via... —murmuró Stolas, con un semblante triste—, yo no estuve deacuerdo en esta desición, pero tu madre como ya sabes, es muy terca. Por favor no...

—Déjalo ahí, Plumoso —lo detuvo su esposa, fríamente—. No quiero escuchar tus lamentos de idiota hoy.

—Mamá....