✘ Loona - Oc M ✘

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Desperté de repente al escuchar mi teléfono sonar. La vista me ardía, pues era de madrugada, y sea quien sea le voy a decir sus mierdas por teléfono por haberme despertado a esta hora.

—¿Qué quieres? —soné seco y aún tenía la voz medio dormida.

—¿Interrumpo? —era Loona.

—Sí, estaba durmiendo.

—Oh... Lo siento.

Sentí de impacto algo raro. Ella no era de disculparse, y me preocupaba más escucharla decirlo de un modo triste... ¿Está llorando?

—Loona, ¿qué pasa? ¿Sucede algo?

—Es que... —sí, tenía la voz temblorosa— estaba llamando a Blitz para ver si me podía venir a buscar, pero no me contesta el teléfono, pensé que tú... podrías.

—Ah, claro —me senté en la cama—. Pero ¿qué tienes? Te escucho rara.

—No es nada. Yo... —escuché un snif de su nariz.

—¡Ajá, estás llorando!

—.... Sí.... Creo.

—¿Qué pasó? —soné preocupado.

—Vine a una fiesta... Me invitó Vortex, ya te hablé de él, el chico que me gusta pero tiene novia... Me invitó a otra fiesta que organizó su novia, pero... todo salió mal. Pensé que me iba a poder divertir mejor en esta, pero me terminaron avergonzando... Me siento tan.. estúpida.

—Ay, Loona... —murmuré—. Envíame la dirección. Llegaré lo más pronto.

—De acuerdo —y colgó.

Estaba en pijama y definitivamente mi cabello no estaba en las mejores condiciones. Simplemente me peiné rápido y salí corriendo de mi casa para entrar a la camioneta, ni siquiera me molesté en cambiarme de ropa.

Estuve como unos cinco minutos manejando a una velocidad razonable para que la policía no se le entrara la piquiña de detenerme y multarme.

Cuando llegué a la dirección exacta, estacioné el auto de una forma poco apropiada en frente de la mansión y me bajé rápidamente, buscando a Loona con la mirada por todas partes. Había tanta gente que podría ser imposible numerarlos exactamente; habían tantos afuera como adentro de la casa, algunos de ellos se me quedaban viendo raro por el aspecto que me cargaba en este momento y no disimulaban para nada cuando me seguían con la mirada y se reían; les resté la menor importancia.

De repente recibí una llamada. Saqué mi teléfono de mi pantalón y ví que era Loona, le contesté de inmediato.

—Loona ya estoy aquí, ¿dónde estás? 

—Aquí alejada de los demás en el gigantesco árbol, te estacionaste literalmente al lado mío y ni te diste cuenta.

—Eeeh —miré detrás mío tratando de encontrarla—. Ah, ya te ví.

Colgué y me acerqué a ella corriendo. Ella estaba sentada en el pasto y en cuanto me vió acercarme se levantó; apuesto a que vino preciosa cuando llegó, pero ahora tenía el maquillaje arruinado gracias a el llanto y su vestido.... ¿estaba mojado?

—¿No pudiste venir con algo mejor? —me preguntó con una mueca.

—Estaba durmiendo, ¿qué esperabas? que tuviera puesta una ropa fiestera por si acaso se me presentaba una ocasión repentina como esta a las tres de la madrugada?

—....No lo sé...

Iba a contestarle, pero me quedé callado cuando ví que lo dijo de forma triste, volviendo su expresión a decaer.

ONE-SHOTS [Helluva Boss]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora