ONE-SHOTS [Helluva Boss]

✘ Asmodeo - Oc F ✘

A todos les llamó la atención la entrada de esa chica de tez morena y cabello blanco tan largo que le llegaba por debajo de las rodillas, esa figura delgada y hermosa de facciones. Todos los hombres anhelaban tenerla, mientras que todas las mujeres deseaban poder ser ella y obtener su físico, pero solo se limitaban a envidiarla. Esa chica de la que todos hablaban era T/N, una pecadora que llegó no hace mucho al infierno pero fue suficiente tiempo para que todo el mundo la reconociera por las noticias a través de las redes sociales, afirmando muchos que nunca habían visto a un pecador con ese nivel tan alto de belleza.

Todos le tuvieron la mirada fija hasta que desapareció al entrar a una habitación. A muchos se les hubiera pasado por la mente entrar a la misma habitación que ella, de no ser porque habían dos guardias cuidando la entrada del cuarto. 

Pasó una hora y, finalmente todos los invitados al lugar habían llegado y sentados en sus puestos, a excepción de uno que faltaba por llegar. A casi nada de comenzar, llegó una de las personas más esperadas por los demás de la noche, el mismo Asmodeo, conocido por su irresistible encanto y su habilidad para seducir a cualquiera. Hizo su aparición en la sala y saludó a todos los presentes con educación, para después tomar asiento. Al cabo de unos segundos empezó lo que tanto estaban esperando y la razón por la que todos asistieron, la subasta de cosas maravillosas. El presentador salió del telón con un aura bastante energético y su maravillosa voz de presentador para motivar al publico; les dio la bienvenida a todo el mundo y empezó de lanza con la primera cosa a la venta. Claro que habían objetos que volvían locos a la mayoría de la gente por conseguirlos, pero también subastaban a chicos y chicas para que pasaran una noche con la persona que los comprara. Pero Asmodeo parecía ser el único que no le llamaba la atención nada; nada le favorecía ni le daban ganas de tenerlo. Es Asmodeo, él lo tenía todo y a quien quisiera, por lo que todo lo que veía que estaba a la venta, no le despertaba una chispa de gusto por verlo o aunque sea por tenerlo. 

—¡Sí que hemos tenido unas muy buenas ofertas esta noche! Pero damas y caballeros, no se desanimen..., especialmente los caballeros —les mandó un guiño—, ya que como la última subasta de esta noche, les traemos algo... , o más bien, alguien, que valdrá la pena mejor que todos los anteriores que pasaron por este escenario. Damas y caballeros... 

El telón se abrió una última vez y, esta vez, todo el público se quedó callado y viendo directamente a la persona que se mostró. Era esa misma chica de tez morena que lucía idéntica a una muñeca de porcelana; sentada en una silla y viendo sin ningún tipo de expresión a la multitud de gente que tenía en frente, lista para ser subastada. Era lo que Asmodeo necesitaba ver para que finalmente sintiera interés por algo que estaba a la venta esa noche.

—La última pecadora albina en el inframundo; la persona que ofrezca la mayor cantidad de dinero por ella, se la queda por una semana completa.... Bien, ¿quién será el afortunado o afortunada en-....

Ni siquiera pudo terminar su diálogo, todos empezaron a gritar a la vez, ofreciendo muchas sumas altas de dinero.

—¡Calma, calma, compradores! Todos tendrán su turno, pero no se alboroten tanto. Uno a la vez —sonó firme, y con eso logró que el ambiente se calmara un poco y regresaran a sus lugares.