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La lluvia empapa mi cuerpo débil, el abrazo caliente de alguien me hace recuperar un poco la conciencia, lo miro.

Un... ¿Joven? ¿Un jovencito? ¿Por qué...?

¿... Niño...?  — mi voz tiembla, el calor de su cuerpo me permite tener la movilidad que tenía retenida por el frío. Extiendo mi mano a su dirección, está inconsciente, su cuerpo está caliente.

Trato de levantarme con debilidad, mi cuerpo sigue temblando pero el calor de este jovencito logra aflojar mis músculos, mis ojos no logran enfocar nada, faltan mis anteojos los cuales yasen rotos en el callejón. Busque entre mis bolsillos del saco, pero mi cartera y celular no están.

El aspecto del joven es borroso ante mis ojos ciegos, su cabello __________ y su piel __________ es lo único que puedo enfocar a parte de su ropa sencilla, mis manos temblorosas tratan de despertarlo, pero él está inmóvil, más pesado de lo que pensé.

Miro a los lados sin poder enfocar por culpa de la lluvia ¿Cómo es posible? ¿De dónde salió este jovencito? Las preguntas llenan mi mente pero las respuestas son escasas, suspiro suavemente tratando de ordenar mis pensamientos, tomo con delicadeza los brazos del chico, son delgados y muy duros, apenas se hunde la carne, también es pesado... Los niños de ahora son tan raros.

Tranquilo... Todo estará bien... – murmuro más para mí mismo que para el joven que se mantiene ¿Inconsciente? Todo es tan confuso... Acerco mi oído al pecho del chico... Nada.

Un escalofrío pasa por toda mi espalda, este joven... No puede estar muerto, hace unos segundos lo pude ver correr hacia mi con muchas energías... No logro comprender nada.

Vuelvo a suspirar, mi hogar queda cerca, pero no puedo llevarme a este chico, no quiero verme como un loco cargando a alguien inconciente, aunque si eso pasa tal vez la policía logre ayudarme... Pero ¿Cómo explicar todo? Sus signos vitales son nulos pero aún está muy caliente.

Paso mis manos sobre mi rostro sin saber que hacer, lo último que quiero es meterme en problemas, pero tampoco puedo dejar al chico ahí, en las calles hay gente mala que podría aprovechar que está inconsciente.

Suspiro nuevamente, decidido. No puedo dejar a un joven inconsciente en la calle, cuidaré de él y buscaré a sus padres, le debo ahora la vida.

Me preparo mental y físicamente mientras tomo los brazos del chico y los pongo sobre mis hombros para así tomar sus muslos y cargarlo como si fuera un niño, es tan pesado que me hace arrastrar un poco los pies, pero no importa, debo saldar mi deuda con este pobre joven.

Camino con un costado pegado a la pared, aún sin poder ver del todo, pero el camino a casa está grabado en mi memoria, solo espero que mi esposa lo entienda.

•••

Miguel lanza su fuerte telaraña para pegarse a la pared del frío concreto, lleva días investigando sobre un grupo de criminales, y siente que está a punto de llegar a ellos.

El comunicador que tiene conectado con __________ está averiado, pero confía que el robot estará bien, de todos modos el robot no tiene permisos para abandonar la casa, no debe preocuparse.

Las gotas frías de lluvia caen sobre sus ojos, y aunque tiene el traje protegiéndolos su instinto no puede evitar cerrarlos cada que pasa y eso solo lo frustra.

Quiere terminar con todo rápido, quiere llegar a casa, comer comida que no sea empaquetada que se calienta en microondas por tres minutos, desea tanto dormir en su cama, y... Tal vez...

Miguel sube hasta la azotea, activa su mapa holográfico en busca de señales de aquellos delicuentes, pero no aparece nada, bufa con enojo, no quiere quedarse otra noche buscando, y aunque podría volver a casa solo para descansar sabe que seria peligroso para él y para _________...

Espera... __________ es un robot... El nunca podría estar en peligro, si le pasara algo Miguel podría hacer una copia de él, de todos modos tiene a _________ conectado a tiempo real en caso de algún accidente, si se reinicia, rompe o algo similar podría simplemente construirlo y respaldar su información y memoria.

Miguel bufa mientras desactiva su mapa holográfico. — Lyla, escanea. — murmura Miguel mientras él camina a la puerta de emergencia de la azotea, el edificio está "abandonado" pero no sería sorpresa encontar algún vago o loco viviendo entre los cuartos casi destruidos.


Miguel camina con pasos calmados, silencioso en todo sentido, no tiene otros instintos que no sean la visión y oido, por lo que debe ser cuidadoso, cualquiera podría atacarlo por la espalda, aunque Lyla escanea al paso que él da.

No hay señales de vida

Avisa Lyla en voz baja, Miguel asiente suavemente mientras caminando, revisa cada habitación vacía y oscura del edificio, buscando alguna señal o pista de aquel grupo que busca.

Entre su búsqueda, casi en el piso 6to encuentra señales de que alguien estuvo ahí recientemente, hay un colchón sucio, cartones, jeringas y una tarjeta que Miguel reconoce. El moreno levanta la tarjeta y la examina, en efecto, encontró algo sobre el grupo delincuente.

Una tarjeta de un prostíbulo, ese lugar es clandestino, lleno de mujeres y jóvenes que terminan ahí siendo explotadas y maltratadas, Miguel siente tanto asco al solo imaginar la forma en la que aquellas personas se mofan de la desgracia de muchos, en este caso de mujeres que por razones desgarradoras terminaron ahí.

Miguel respira hondo, molesto por tener que hacer otra búsqueda para dar con esos criminales.— Lyla, escanea la tarjeta y haz una ruta para llegar al lugar —murmura Miguel sin muchos ánimos, el holgrama obedece al instante, escaneando y trazando una ruta en el pequeño mapa holográfico de Miguel.

Miguel suspira mientras vuelve sobre sus pasos para salir del edificio abandonado, cansado y molesto, quiere volver a casa, quiere comer algo caliente, quiere bañarse, quiere tantas cosas que ahora debe sacrificar para mantener el fragil orden.

Pero es necesario, todos los sacrificios serán necesarios para que Miguel pueda mantener el orden y paz débil de la ciudad, aunque eso signifique que tenga que alimentarse con comida fría de lata y estar sin bañarse, él sabe que no debe desperdiciar ni un segundo.

Tendrá otro momento para vivir en paz... No, él no merece esa clase de vida, él solo debe mantenerse fuerte y cuidando el orden de la ciudad, nadie más podrá hacerlo, él solo puede, él solo puede mantenerse vigilante, no tiene derecho a algo de paz sabiendo que los criminales siguen por ahí.

Solo eso.

•••

buenas días, tardes, noches...
Sé que no hay excusas, realmente lamento ausentarme por tanto tiempo, estuve pasando por tanto en tan poco tiempo que realmente no pude ni tocar el celular...

Realmente me alegra volver a publicar un capítulo, me alegran los comentarios que dejan en mi muro/historia.

Muchas gracias por el apoyo ¡No puedo creer que llegamos a las 6k vistas, tantas vistas! Realmente me hace muy feliz.

No duden en comentar, realmente me encantan los comentarios.

¡Nos vemos el próximo Martes!

Máquina. (Miguel O'Hara X Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora