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Que épocas. Él sol era ocultado por las grandes nubes y el suelo era cubierto de un bello color blanco.
Lo veía cada día ocultada detrás de un antiguo árbol de Cerezo. No me atrevía a hablarle, cada día desde que vino siempre era lo mismo, talvés estaba haciendo lo equivocado, pero solo lo hacia cuando entrenaba.
No podia hablarle, no tenia las suficiente valentia,
¿Qué habria pasado si lo hubiera hecho más antes?
Talvez algo hubiera cambiado. Pero lo demás no.
Viernes por la noche. ¿Cuál había sido mi error? ¿Por qué me pasó eso?
—¿Mamá, Papá? — No recuerdo más, todo se había vuelto oscuro y sombrío, a pesar de estar inconciente había sentido el frío por todo mi cuerpo.
—¿Donde esta mi familia? — preguntaba repentinamente temerosa, no conocía ese lugar y mucho menos a ese señor, ¿Quién era? ¿Por qué la tonta máscara?
— Tu familia fue atacada a causa de los demonios — Su voz gruesa y gastada resonó una y otra vez dentro de mi cabeza; ᴅᴇᴍᴏɴɪᴏsᴅᴇᴍᴏɴɪᴏsᴅᴇᴍᴏɴɪᴏsᴅᴇᴍᴏɴɪᴏs.
¿Qué eran los demonios?
—Entiendo. — Fue lo único que había dicho pero era mentira, no entendía nada, necesitaba explicaciones, a mi mami y papi.
Era tarde y en todo el día no quería salir de aquella habitación, necesitaba pensar.
— Entra, Sabito — Lo llamó y recuerdo haber apretado las manos con fuerza por los nervios cuando lo vi, su pelo color carne y su peculiar cicatriz.
— Mi nombre es Sabito — Su nombre, ya lo sabia. Sonrió dándome la mano mientras cerraba los ojos.
—Mi nombre es _____, un gusto Sabito. —
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