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𝑻𝒂𝒏 𝒅𝒆𝒍𝒊𝒄𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒖𝒏 𝒑𝒆𝒕𝒂𝒍𝒐...
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Era una noche fría y realmente oscura. ¿Donde estoy? Me había perdido en lo profundo del bosque. Sin pistas de alguién a mi lado. ¿Otra vez me perdí?
- Tengo miedo.- Susurraba. El viento soplaba moviendo los mechones de mi pelo con brusquedad, un silbido se escuchaba a mi alrededor.
No había nadie. Estaba completamente pérdida entre las sombras ¿vendrían a buscarme? Por favor.
- _____ - Se escuchó mi nombre a mis espaldas, inmediatamentevoltee y di una patada a lo que sea que estuviese ahí. - Rayos _____, si que pateas fuerte - Era Sabito. De inmediato lo había abrazado con fuerza sin querer soltarlo. Como siempre.
- Veniste por mí - Sonreí.
- mensa, todos te están buscando -
- ¿donde están? - Pregunte mirando a todos lados buscandolos.
- están en la otra montaña, de verdad me sorprende, ¿cómo llegaste hasta aquí? - Carcajeo tomando mi mano para así comenzar a correr, y lo que hice fue seguirlo, pero de repente freno de golpe haciendo que choque con su espalda.
- Un, D-demonio - Sentí miedo, que los recuerdos de la muerte de mis padres aparecieron cruelmente. Siempre tuve miedo, hasta ahora.
- No te muevas y quédate detrás mio -
Me protegió. 𝑆𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑙𝑜 ℎ𝑖𝑧𝑜 Temia de que algo le fuese a pasar y que yo no pueda hacer nada. 𝐿𝑜 𝑝𝑟𝑜𝑡𝑒𝑔𝑖́ 𝑎 𝑒́𝑙.
- ¡Cuidado! - Grite con todas mis fuerzas alertando a Sabito, sin embargo fue golpeando mandandolo a volar lejos de mí, dejándome con el demonio. - No te acerques — Mencione con voz suave, casi susurrando.
- ¡_____, vete y dejamelo a mí! - Grito Sabito saliendo de unas ramas congeladas y completamente lleno de nieve. El demonio sonrió y fue por Sabito, pero con toda la valentía que tuve lo sujete de una pierna y le clave unadaga filosa. No le había hecho nada y próximamente me golpeo haciendo que choque con un árbol.
-¡Sabito! - Escupí sangre poniéndome de pie lentamente, pero en ese momento llegó el señor narizon y acabo con la vida del demonio en instantes.
- ¿estan bien? - Pregunto y de inmediato fui a abrazarlo, pero me di cuenta de que Sabito tenía una herida en el brazo por donde salía bastante sangre.
-Sabito tu brazo - solo me sonrió y se cubrió la herida. - Perdon perdon perdon. Me perdí y ahora Sabido esta herido -
¿Toda la vida tendré qué disculparme? 𝑃𝑒𝑟𝑑𝑜́𝑛 𝑆𝑎𝑏𝑖𝑡𝑜.
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